Un grupo de investigadores en China, tras revolucionar la inteligencia artificial, está trabajando en un proyecto que parece sacado directamente de una novela de ciencia ficción: el desarrollo del primer robot humanoide diseñado para llevar un embarazo a término.
Se trata de un nuevo salto en la robótica de consumo en lo que es un claro mensaje del nivel de desarrollo tecnológico en China. Equipado con un útero artificial capaz de reproducir con precisión las condiciones de la gestación humana, este prototipo busca abrir una puerta inédita en el terreno de la biotecnología y la robótica, según recogen medios internacionales como RT y Chosun Biz. Las implicaciones éticas son enormes.
China presenta el primer robot con útero artificial que imita la gestación y pone en jaque a la ciencia
El dispositivo, todavía en fase de pruebas, integra un fluido amniótico sintético y un sistema de suministro de nutrientes que permitiría el desarrollo completo de un feto durante las tradicionales 40 semanas de embarazo. La idea, tal y como defienden sus creadores, es ofrecer una alternativa tecnológica a parejas con problemas de fertilidad, aunque el alcance real de este avance va mucho más allá de ese objetivo.
“El útero artificial ya se encuentra en una etapa avanzada de desarrollo. El siguiente paso es integrarlo dentro del cuerpo del robot para lograr un embarazo viable y permitir que el feto crezca en su interior”, señaló Zhang Qifeng, fundador de Kaiwa Technology y responsable de un proyecto que está generando tanto entusiasmo como inquietud en la comunidad científica.
Pese al asombro que despierta, el prototipo todavía guarda incógnitas importantes. No se ha explicado de manera detallada cómo se fecundan e implantan los óvulos en este sistema, un punto crítico para comprender la viabilidad real de la propuesta. Lo que sí han adelantado sus responsables es que esperan tener un modelo listo en un plazo de un año, con un precio estimado inferior a los 13.900 dólares.
Aunque pueda sonar revolucionario, la gestación en úteros artificiales no es completamente nueva. En 2017, un equipo del Children’s Hospital de Filadelfia consiguió que un cordero prematuro se desarrollara con éxito en un dispositivo bautizado como biobag. Se trataba de una bolsa de vinilo transparente, rellena con una solución salina templada que imitaba el líquido amniótico, mientras que los nutrientes llegaban al feto a través de un tubo conectado al cordón umbilical.
Ese experimento, que marcó un hito en su momento, sirve ahora como referencia para este proyecto chino que aspira a ir mucho más lejos: trasladar el proceso de gestación al interior de un robot humanoide. Una idea que, de materializarse, podría redefinir no solo la medicina reproductiva, sino también la manera en la que entendemos el nacimiento mismo.















