Hannspree es una conocida marca de monitores que, de hecho, es uno de los fabricantes de paneles para monitores más importantes del mundo y que lleva ya bastante tiempo adentrándose en el mercado de las pantallas para jugar.
Ahora la marca ha publicado un interesante artículo en el que nos habla sobre la importancia de la resolución o de la tasa de refresco del monitor, una cuestión que ponen en duda muchos jugadores a la hora de comprar un nuevo monitor.
La tasa de refresco, como sabéis, se indica en Hz y es es la cantidad de veces por segundo que una pantalla actualiza su imagen. Aquí es importante no confundir la tasa de refresco, que es un atributo del monitor, con los fps de un juego que están relacionados con nuestro ordenador y que es la velocidad de fotogramas a la que se envía la información de la imagen.
La tasa de refresco más habitual en los monitores, sobre todo en los que no están hechos para jugar, es de 60 Hz, aunque cada vez es más común encontrarnos pantallas de 120 Hz, 144 Hz o 240 Hz. Si estáis acostumbrados a jugar a 60 Hz, el salto a una pantalla de 144 Hz va a suponer un gran cambio para vosotros sobre todo en juegos de acción como shooters en los que se nota más una alta tasa de refresco.
¿Resolución o tasa de refresco?
Para Hannspree, "técnicamente, hay un empate, dado que se trata de una preferencia personal. Valorar la resolución en un monitor gaming por encima de todo tiene sentido si lo que buscas es una experiencia visual más definida y potente a nivel gráfico. Hoy en día, existen monitores con muy altas resoluciones y 60 Hz, cuyo rendimiento es más que suficiente para tener experiencias de juego fluidas y satisfactorias".
Por otro lado, optar por una pantalla con alta tasa de refresco "se traduce en una mayor suavidad en los juegos en lugar de los detalles
visuales adicionales", algo especialmente útil para aquellos que juguéis a títulos competitivos.
En cuanto a nuestra opinión o, más bien, la opinión del que os escribe, una alta tasa de refresco compensa, con creces, una gran resolución en la mayoría de las ocasiones. La gran suavidad y fluidez de la imagen y los movimientos está por encima de resoluciones superiores sobre todo en monitores por debajo de las 32 pulgadas. Además otro factor que hay que tener en cuenta es que para aprovechar al máximo, por ejemplo, una pantalla de 144 Hz el juego que estemos ejecutando en ese momento en nuestro PC debe de alcanzar los 144 fps, algo más difícil a medida que tenemos una resolución superior (y prácticamente imposible en 4K incluso con PC de la NASA). Por eso, muchos jugadores de PC siguen apostando por monitores 1080p aunque con tasas de refresco cada vez más altas, aunque poco a poco vamos viendo un incremento de los monitores 1440p y, en menor medida, de los 4K para aquellos que quieren combinarlos con su consola o buscan experiencias de "aventura" o RPG en las que una alta tasa de refresco es menos importante.