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Así es el loco e innovador robot-tortuga que camina sin necesidad de chips electrónicos

Gracias a un ingenioso circuito mecánico e hidráulico, este pequeño robot con forma de tortuga es capaz de desplazarse sin necesidad de chips gracias al flujo de aire.
Así es el loco e innovador robot-tortuga que camina sin necesidad de chips electrónicos
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El mundo de la robótica no deja de sorprendernos. Más allá de los avances en la inteligencia artificial a la hora de construir seres sintéticos capaces de relacionarse con nosotros, el futuro está en la creación de sistemas mecánicos y de movimiento que sean capaces de ofrecer robots adaptativos al entorno en el que se desplazan. Este experimento demuestra que se están logrando grandes avances, y que además, se pueden llegar a realizar sin ningún tipo de chip o electrónica avanzada (vía Universidad de San Diego).

Un robot que se desplaza gracias a un ingenioso sistema

Hablamos de un diminuto robot que es capaz de desplazarse por sí solo sin requerir a cables, complejos chips o hacer gala de un gasto energético descomunal. Ideado por la Universidad de San Diego, e inspirado en los movimientos y la forma de desplazarse de las tortugas, se trata de un ingenio que es capaz de desplazarse gracias a un bien pensado y estructurado circuito neumático en base al aire que capta y mueve por su interior.

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No esperéis un movimiento rápido o veloz, de hecho es más bien lo contrario, pero es curioso cómo se puede imitar el patrón de desplazamiento de estos reptiles con concha.

Lo espectacular de esta aproximación y del diseño de este robot, es que no esconde ni hace uso de ningún tipo de motor, y tampoco necesita de piezas complejas o articuladas. El robot-tortuga está alimentado por un circuito de aire con tres válvulas que le permiten jugar con el aumento y el descenso de la presión, estimulando así el movimiento y otorgándole cierto margen de maniobra a la hora de cambiar de dirección. Cada extremidad tiene tres posiciones o grados de libertad, y están compuestas por tres tubos individuales conectados, funcionando como pequeñas cámaras neumáticas que, cuando reciben presión, se doblan en la dirección opuesta. "Creo que nuestro ingenio supone un significante paso hacia los robots no electrónicos completamente autónomos", explicaba Dylan Drotman, investigador jefe del proyecto.

Nuestro ingenio supone un significante paso hacia los robots no electrónicos y autónomos

¿Qué buscan en San Diego con el diseño de un robot así? Bueno, no tiene nada que hacer con las espectaculares presentaciones de Boston Dynamics y sus increíbles coreografías con robots capaces de bailar o patrullar las calles, pero su motivación es mucho más inteligente. El objetivo del proyecto tiene dos pilares fundamentales: el ahorro de materiales y la fisiología de los seres sintéticos. Gracias a la investigación previa a la etapa de conceptualización, los estudiantes e ingenieros descubrieron que el coste de un motor de presión es muchísimo menor al de uno mecánico y la circuitería electrónica necesaria para alimentarlo, y observaron que mientras construían al pequeño robot, los arcos reflejos de los vertebrados, eran la clave de todo. Estos circuitos nerviosos no conectan directamente con el cerebro, pero permiten realizar acciones rápidas y reflejas.

Roboto de San Diego

Si bien hablamos de un prototipo muy básico, lento y poco útil, los hallazgos relacionados con su construcción pueden ofrecernos un mañana mejor. ¿Cómo? Pues a la hora de construir seres autónomos sin generar residuos y más ecológicos, o incluso en la fabricación de robots que cumplan algunas funciones en lugares en los que el metal o la electrónica no son útiles o incluso pueden llegar a ser contraproducentes.

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