Kingston comercializa el IronKey Keypad 200, un pendrive que podría ser el dispositivo de almacenamiento más seguro jamás fabricado para el mercado de consumo. Este aparato, que cuesta aproximadamente 147 euros en Amazon, incorpora certificación FIPS 140-3 de Nivel 3, el mismo estándar de seguridad utilizado por las agencias militares y gubernamentales de todo el mundo.
Lo más llamativo del dispositivo es su capacidad de autodestrucción programada. Si alguien intenta adivinar tu contraseña y falla diez veces consecutivas, el sistema ejecuta un borrado criptográfico completo que elimina permanentemente toda la información almacenada. Kingston declara que esta acción "borra la unidad, eliminando los datos para siempre", haciendo imposible cualquier recuperación posterior.
El teclado alfanumérico físico integrado en la propia unidad permite desbloquear el dispositivo sin necesitar ningún software, aplicación o conexión de red. Simplemente introduces tu PIN de entre 8 y 15 caracteres directamente en el teclado del USB antes de conectarlo al ordenador. Esta característica lo hace compatible con absolutamente cualquier sistema operativo moderno, desde Windows y macOS hasta Linux, Chrome OS e incluso Android.
Protección física que supera a las cajas fuertes digitales
Los circuitos internos están recubiertos con una capa especial de epóxido que hace virtualmente imposible retirar componentes sin dañarlos. Cualquier intento de manipulación física destruye irremediablemente los componentes, detectando instantáneamente el sabotaje. Es como si alguien intentara abrir la caja fuerte de Ocean's Eleven pero con tecnología del siglo XXI.
El cifrado XTS-AES de 256 bits está implementado a nivel de hardware, lo que significa que funciona independientemente del sistema operativo. Este método criptográfico representa una fortaleza que cumpre los estándares utilizados por agencias de inteligencia internacionales. Kingston especifica que el dispositivo también incorpora protección BadUSB con firmware de firma digital, previniendo que código malicioso se ejecute haciéndose pasar por la unidad legítima.
Las velocidades de transferencia alcanzan 145 MB/s en lectura y 115 MB/s en escritura, suficiente para mover archivos grandes con rapidez razonable. Este modelo está a la venta desde 16 hasta 512 GB y con USB-A o USB-C haciendo que la versatilidad forme parte también de su propuesta general.
