Como si se trataran de cazadores de demonios, el Padre Alexander Goryachev y el Obispo Savva trataron de erradicar el mal de la ciudad rusa Tver el pasado 11 de septiembre. Para ello, vertieron 80 litros de agua bendita desde el aire para acabar con el "consumo del alcohol, las drogas y la fornicación".
"Cada enfermedad es causada por un virus, y los virus son demonios. Es por eso que cada enfermedad es ante todo una enfermedad espiritual", esgrimía el Obispo.
La cuestión es que esta no es la primera vez que realizan un acto así. Goryachev celebra desde 2006 el Día de la Sobriedad, que consiste en esto mismo: arrojar agua bendita desde un avión utilizando para ello un Cáliz, símbolo de los cristianos ortodoxos.
"Un hombre vio nuestro avión volando por encima y le dijo a su esposa que renunciaría a la bebida, y lo hizo", detalla Goryachev. "Y una pareja casada a bordo del vuelo también dijo que el esposo se curó milagrosamente del alcoholismo".
Por otro lado, agregó lo siguiente a sabiendas de que hay gente en el mundo - hay que ver - que dudan de su metodología: "No hay ninguna broma en nuestro acto, estamos tratando de ayudar a las personas a deshacerse de las enfermedades. Promovemos detener el consumo de alcohol, las drogas y la fornicación, ¿es esto ridículo?"