Devs, la creación de Alex Garland, emerge como una meditación sofisticada sobre temas recurrentes en su obra como el determinismo, que ha explorado previamente en películas como Men y Civil War. Este proyecto encapsula una exploración de la condición humana frente a la omnipotencia tecnológica, entrelazada con una estética visualmente apabullante y una narrativa densamente tejida que es característica de Garland. Lo mejor es que está disponible en Disney+.
La serie se centra en la historia de Lily Chan, interpretada por Sonoya Mizuno, una programadora de Amaya, una empresa tecnológica dirigida por el enigmático Forest, interpretado magistralmente por Nick Offerman. La trama se despliega tras el sospechoso fallecimiento del novio de Lily, quien trabajaba en la misteriosa división Devs de Amaya que tiene que ver con un superordenador cuántico, propulsando a Lily a descifrar los secretos que se ocultan tras el proyecto.
La naturaleza del libre albedrío
A través de la serie, Garland examina con meticulosidad los límites éticos y morales de la tecnología moderna, particularmente alrededor de las capacidades de simulación y predicción. La serie se desmarca como un thriller tecnológico que no sólo plantea interrogantes filosóficos profundos sobre el libre albedrío versus el predestino, sino que también reta a los espectadores a reflexionar sobre las consecuencias de poder predecir y, potencialmente, manipular, el comportamiento humano. Este enfoque se materializa en un relato que constantemente cuestiona la ética de la omnisciencia tecnológica y su impacto en la autonomía individual.
En el plano visual, ofrece una experiencia estética excepcional. La dirección de fotografía, meticulosamente cuidada, crea un ambiente que parece tan futurista como tangible, con una paleta de colores que utiliza tonos dorados y espacios abiertos que contrastan con secuencias más oscuras y opresivas. Estas últimas reflejan el creciente tormento interno de Lily, a medida que se adentra en las profundidades del misterio que rodea a Devs. Además, la actuación de Nick Offerman es un pilar central de la serie; su interpretación de Forest es una desviación de sus roles anteriores, presentando a un personaje reflexivo y casi monástico cuya serenidad esconde un torbellino de dilemas éticos y emocionales. La banda sonora, compuesta por Ben Salisbury y Geoff Barrow, quienes han colaborado frecuentemente con Garland, es otra capa que refuerza el tono de la serie. La música sintética e inquietante amplifica la tensión y el misterio, elementos clave en el suspense que Devs sostiene a lo largo de la serie.
Física cuántica compleja pero accesible
A pesar de sus numerosas fortalezas, la serie no es inmune a las críticas. Particularmente, algunos espectadores pueden encontrar su ritmo demasiado lento, ya que Garland se toma su tiempo para desarrollar meticulosamente tanto a los personajes como la trama. Este ritmo meditado, aunque claramente una elección estilística de Garland, puede no resonar con aquellos que prefieren una acción más directa o respuestas más inmediatas. Sin embargo, en términos de narrativa, la serie logra mantener un equilibrio admirable entre accesibilidad y complejidad, integrando discusiones sobre física cuántica y determinismo de manera que enriquecen la trama sin sobrecargar al espectador. Eso sí, requiere una participación activa y reflexiva, recompensando a aquellos que se sumergen completamente en su complejo mundo. Por supuesto cuenta con un giro típico de Garland que le dejará reflexionando sobre lo que ha visto.
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