Svalbard, un archipiélago ubicado a medio camino entre Noruega y el Polo Norte, es un lugar de características únicas en la Tierra. Aquí, la noche cae una vez al año y el sol no se pone hasta cuatro meses después. Este fenómeno natural crea un escenario perfecto para la observación de auroras boreales. Además, Svalbard es conocido por sus políticas peculiares, como la prohibición de tener gatos y la coexistencia de renos salvajes y humanos. La inusual ley de este lugar, que prohíbe morir en el archipiélago, refleja su singularidad. Las personas enfermas o cercanas a la muerte son trasladadas a Noruega continental, debido a que los cuerpos no se descomponen en el permafrost, lo que podría propagar enfermedades.
Svalbard no solo prohíbe morir en su territorio, sino también nacer. Dado que el hospital más cercano está en Noruega continental, las futuras madres deben viajar allí para dar a luz. Esta normativa, junto con la prohibición de los gatos para proteger la biodiversidad local, demuestra cómo las leyes y costumbres de este lugar se han adaptado a su entorno extremo. La presencia de osos polares y renos salvajes también dicta ciertas normas de seguridad, como la necesidad de llevar armas para protección personal, aunque deben dejarse fuera al ingresar a establecimientos. De hecho, la población de osos polares duplica a la humana.
La Bóveda del Fin del Mundo
Más allá de sus leyes y vida silvestre, este territorio alberga la Bóveda Global de Semillas, también conocida como la Bóveda del Fin del Mundo. Este depósito subterráneo, diseñado para proteger la diversidad de cultivos de todo el mundo, almacena más de un millón de variedades de semillas. Esta instalación se beneficia del permafrost natural, que asegura la conservación de las semillas incluso en caso de fallas eléctricas. La Bóveda de Semillas de Svalbard es un recurso crítico para la conservación global, resguardando la biodiversidad agrícola contra desastres naturales o causados por el hombre.
Además de las prohibiciones de nacer y morir, Svalbard impone límites al consumo de alcohol. Los residentes tienen asignado un límite mensual de alcohol, controlado por un sistema de cartillas. Esta regulación, implementada en los años 70, tiene como objetivo prevenir el alcoholismo en el archipiélago. Estas normativas, junto con las singulares características naturales y sociales de Svalbard, lo hacen un lugar fascinante y único en el mundo, reflejando cómo la humanidad se adapta y regula su convivencia en un entorno tan extremo y desafiante.
