Antes incluso de que comience oficialmente, la temporada de huracanes del Atlántico de 2024 ya se perfila como una de las más activas de la historia, según las predicciones realizadas por la Universidad Estatal de Colorado. El estudio anticipa un total de 23 tormentas con nombre, incluyendo 11 huracanes, de los cuales cinco podrían alcanzar o superar la categoría 3. Esta cifra establece un nuevo récord en comparación con los pronósticos anteriores, superando el máximo anterior que preveía nueve huracanes en la temporada.
Que se prepare la costa continental de los Estados Unidos
Phil Klotzbach, pronosticador principal del estudio, ha expresado a la CNN su asombro ante estos números, afirmando que se trata del pronóstico de abril más activo desde que comenzaron a emitirse en 1995.
A pesar de la notoria inestabilidad que puede presentarse en las condiciones atmosféricas y oceánicas en los meses venideros, el equipo de Klotzbach sostiene una confianza superior a lo normal en sus proyecciones. De acuerdo con sus análisis, existe una probabilidad muy alta de que grandes huracanes impacten la costa continental de los Estados Unidos y el Caribe durante esta temporada.
Mientras tanto, en México, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional también han emitido sus propias predicciones, esperando entre 15 a 18 sistemas con nombre en el Pacífico y de 20 a 23 en el Atlántico. Aunque estos ciclones no necesariamente impactarán el territorio nacional, se estima que al menos cinco podrían hacerlo. Este pronóstico subraya la importancia de preparativos adecuados y sistemas de alerta temprana para mitigar los posibles daños.
La Niña azotará el Pacífico entre septiembre y noviembre
Asimismo, la transición de El Niño a La Niña juega un papel crucial en estas proyecciones. La Niña, que se caracteriza por enfriar las aguas del Pacífico y disminuir los vientos en los niveles superiores de la atmósfera, favorece la formación e intensificación de huracanes en el Atlántico. Según el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, hay un 77% de probabilidades de que La Niña se desarrolle entre septiembre y noviembre, coincidiendo con el pico de la temporada de huracanes.
Este contexto se ve potenciado e intensificado por el calentamiento global, que sigue elevando la temperatura de los océanos y alterando patrones climáticos a nivel mundial. La acumulación de calor en los océanos no solo facilita la formación de tormentas más poderosas y frecuentes, sino que también aumenta el riesgo de inundaciones costeras debido al ascenso global del nivel del mar. Estos factores, combinados con las condiciones propicias proporcionadas por La Niña, configuran una temporada que podría registrar una actividad ciclónica excepcionalmente alta, reiterando la urgencia de estrategias de adaptación y respuesta eficaces ante el cambio climático.