Las últimas producciones de DC Studios han sido la gota que ha colmado el vaso. El género de superhéroes ha sido vital en estos últimos años para mantener las salas a flote. Guste o no, las principales películas que han logrado servir como verdadero reclamo del público han sido aquellas atadas a grandes franquicias o a otras obras de culto que han vuelto gracias a secuelas frescas, como en el caso de Top Gun: Maverick. Tanto Marvel como DC han publicado un sinfín de proyectos que han mantenido a los espectadores en constante movimiento dentro del circuito cinematográfico destinado a proyectarse en salas comerciales. Sin embargo, tanto por la calidad como por la cantidad de esos filmes, el público siente cada vez más rechazo por el género. Estrenar una película de superhéroes ya no garantiza el éxito, y sino que se lo pregunten a Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, The Flash, Black Adam o Shazam 2.
El género está cayendo en picado en taquilla y sólo algunos proyectos se salvan
El público está algo cansado del género y, en parte, eso se debe a la increíble masificación de productos con los que Marvel ha saturado el mercado, invadiendo las salas y bombardeando el servicio streaming de Disney+ con una consecución de series "obligatorias" para poder continuar el hilo del UCM. "Más de un tercio de los fans de Marvel se sienten completamente fatigados por el flujo constante de contenido en forma de películas y de series para Disney+ en 2022", recogíamos a través de un estudio publicado el año pasado. Eso provocó de forma inmediata que Kevin Feige, máximo responsable de Marvel Studios, tomase nuevas medidas con respecto a la publicación de series y películas de su compañía: "Queremos que los proyectos de Marvel destaquen de forma especial. La gente lo verá a medida que avanzamos en las Fases 5 y 6. El ritmo al que estamos presentando las series de Disney+ cambiará para que cada una pueda tener la oportunidad de brillar".
Y, ni con esas, el público ha respondido mejor, porque en realidad el problema por el que atraviesa actualmente el género de superhéroes no se debe tanto a la cantidad, sino a la calidad. Ant-Man y la Avispa: Quantumanía se convirtió en uno de los mayores traspiés de Marvel con una caída en taquilla del 70% después de su estreno, y su despegue no fue nada mal, con 357 millones de dólares, pero las malas críticas y las quejas del CGI hundieron el proyecto. Paul Dergarabedian, responsable de Comscore, realizó un análisis intentado explicar a qué se debía esa caída desenmarañando el sistema mediante el que funcionaban los grandes blockbuster contemporáneos en su circuito comercial.
"A medida que avanzan las caídas del segundo fin de semana en la industria, cualquier cosa que se emplace en el ámbito del 70% es bastante significativa", decía Dergarabedian. "Pero las películas que abren en taquilla con más de 100 millones de dólares por lo general, tienen a descender. En algunos casos, entra en juego la máxima de 'más grande, más dura será la caída'.
En otras palabras, que un filme de esta índole solo haga 32 millones en su segundo fin de semana no es buena señal, pero veremos cuáles son los números totales cuando salga de cartelera". La tercera entrega de Ant-Man no ha sido la única que ha tenido complicaciones en taquilla, porque Black Adam, Shazam 2 y The Flash todavía han funcionado peor con recaudaciones iniciales que no superaban apenas los 70 millones en Estados Unidos.
Ahora bien, Guardianes de la Galaxia vol. 3 sí que tuvo una buena acogida, con 500 millones en su estreno. Puede que porque se trata de la despedida de un elenco de personajes que ha pasado por eventos cinematográficos de alto calibre como Vengadores: Endgame, o puede que porque James Gunn apadrinaba el proyecto, pero sea como fue el filme funcionó bien recaudando un total de 820 millones de dólares. La trilogía de los Guardianes tiene una calidad que la precede y su elenco de artistas siempre ha encantado al público. Ninguno de los proyectos anteriores cumple con estas condiciones, porque Ant-Man siempre ha sido considerado un personaje menor, Black Adam llevaba demasiado tiempo intentando salir adelante y llegó en el peor momento, y Shazam 2 (que rascó sólo 65 millones) estaba ya enterrada antes incluso de estrenarse. The Flash, por otro lado, aun habiendo recibido buenas críticas, probablemente ha pinchado por culpa de los escándalos de Ezra Miller.
Y tampoco nos olvidamos de Spider-Man: Cruzando el Multiverso, que abrió con 208,6 millones de dólares y hasta la fecha lleva un total aproximado de 493 millones. No son cifras tan grandes como las que mueve el Universo Cinematográfico de Marvel "oficial", y va de la mano con algunos estrenos de DC en la era de Zack Snyder, pero desde luego son resultados que demuestran, una vez más, que dependiendo de la obra el público asiste sin problemas. La secuela de Un nuevo universo es un increíble trabajo de animación y una proeza audiovisual. Sony se toma su tiempo en estrenar este tipo de proyectos, y cuando lo hace se nota. Por el contrario, otros como Morbius no tienen la misma suerte, que ni con dos estrenos y haciéndose viral logró pasar de los 167 millones. Veremos qué tal Kraven el Cazador, que se nutrirá del lanzamiento de Marvel's Spider-Man 2.
¿Hay alguna posible solución a esta crisis superheroica?
El boom del superhéroe ha pasado y las obras de este género forman ya parte de una normalidad dentro de las carteleras mensuales. Pero más que fatiga por cantidad, su mayor problema actual, repetimos, es la calidad. El CGI de The Flash ha sido criticado hasta la saciedad a pesar de que se ha intentado justificar por medio del propio director, y la crisis por la que ha atravesado Marvel con sus controles de calidad tampoco han ayudado. El género puede seguir publicando series y películas, pero nada funcionará a no ser que los acabados mejores y los libretos vuelvan a sus corrientes del pasado, donde cada uno servía para dar un pequeño paso hacia algo más grande. La fase 4 de Marvel ha sido de pura experimentación y no ha conducido a absolutamente nada, y DC está perdida en ese aspecto. Puede que Gunn consiga darle la vuelta con su universo.
Pero en corto, quizá, la mejor solución actual sea la de retrasar películas y ralentizar los estrenos lo necesario para que cada proyecto salga en el mejor estado posible, tanto en sus apartados visuales como en lo que respecta a historia. Parece que DC Studios entiende eso y por ello su universo "oficial" no arrancará hasta por lo menos 2025. Marvel, por su parte, ha frenado la maquinaria un poco pero sigue estrenando como churros. Hace nada tuvimos Guardianes 3 y ya mismo tenemos Invasión Secreta en Disney+. ¿Sería mejor tomarse un descanso a lo Ross y Rachel?