Es posible que a muchos de vosotros os suene el hongo Cordyceps, sobre todo si habéis jugado a The Last of Us. Hablamos de ese hongo que parasita insectos y los utiliza para alimentarse. Si bien el más conocido es el que infecta a las hormigas, lo cierto es que hay unas 400 especies diferentes. Y una de ellas, la Ophiocordyceps sinensis, parece que sería revolucionaria para los tratamientos del cáncer. ¿Lo más curioso de todo? Que en la medicina tradicional china ya se lleva utilizando desde hace siglos.
El hongo Cordyceps, medicina para el cáncer
Este Ophiocordyceps sinensis es un parásito de larvas de polilla. Se encarga de parasitarlas para alimentarse de ellas, hasta crecer en su interior. En el momento en el que el tallo de este hongo atraviesa la cabeza del insecto, a la oruga no le queda más remedio que convertirse en una momia. Se le conoce popularmente como "hongo oruga", aunque en el Tíbet está bautizado como Yatsa Gunbu (hierba de verano, oruga de invierno), tal y como apuntan desde Gizmodo.
A pesar de este desagradable proceso, lo cierto es que Ophiocordyceps sinensis segrega una sustancia llamada cordycepina. Un ingrediente que la medicina tradicional china ha tratado para elaborar polvos, que cuentan con todo tipo de aplicaciones: se puede usar para luchar contra la fatiga o para aumentar el deseo sexual. En estado natural, eso sí, es tóxico por sus altos niveles de arsénico.
Desde el mundo científico moderno, se conoce a la cordicepina se la conoce también como 3'-desoxiadenosina (o 3'-dA): tal y como informan desde ScienceAlert, se trata de un análogo de nucleósido de origen natural que cuenta con efectos anticancerígenos, antioxidantes y antiinflamatorios. No en vano, apuntan, al Ophiocordyceps sinensis se le conoce por ser "el hongo más valioso del mundo".
Este hallazgo ha llevado a la creación de la NUC-7738, un nuevo tipo de quimioterapia cuyo núcleo central es la cordycepina. Ha sido sintetizado por la Universidad de Oxford en colaboración con la empresa biofarmacéutica NuCana, con sede también en el Reino Unido. En estos momentos se encuentra en sus primeras etapas experimentales, y aún no está disponible como un medicamento contra el cáncer. Sin embargo, sus ensayos clínicos auguran un brillante futuro para este fármaco.
NUC-7738, la quimioterapia del futuro
Estos primeros ensayos clínicos comenzaron en el año 2019 con un grupo de pacientes. Estos voluntarios presentaban tumores que se resistían a los tratamientos habituales, pero con el NUC-7738 lograron estabilizar la enfermedad y que incluso el cáncer entrara en remisión. El siguiente paso en este proceso, antes de que su uso se extienda por los hospitales, es estudiar cuál su mejor uso y dosis.
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