Hoy en día usamos Tinder y sucedáneos para encontrar pareja. Pero si fuéramos un ave del Cretácico (echadle imaginación) tendríamos que emplear otros recursos para conseguir un compañero o compañera. En ese caso, más que aplicaciones de ligar, tendríamos que hacer uso de elegantes plumas en nuestra cola, que nos servirían para captar la atención de nuestros futuros conyugues. Probablemente después nos descartaran (o no) como se hace en Tinder pero, oye, eran otros tiempos. Dicho esto, los paleontólogos de China han encontrado un fósil de Yuanchuavis: un ave extinta hace 120 millones de años y que portaba en su cola esas dos plumas largas que le servían, precisamente, para encontrar pareja. Entre otras cosas.
La información sobre estas investigaciones paleontólogas se ha publicado hoy en la revista Current Biology, y gracias a ello conocemos algunos detalles interesantes de este Yuanchuavis, ave procedente del Cretácico. Por ejemplo, su nombre se deriva de Yuanchu, un ave de la mitología china. Su tamaño es poco más grande que el del arrendajo azul, y el peculiar plumaje que podemos apreciar en su cola se debe a dos motivos: la selección natural y la sexual. Así lo ha explicado el paleontólogo Wang Min de la Academia de Ciencias de China, principal autor del artículo.
El coautor del estudio, Jingmai O’Connor, del Museo Field de Chicago, afirma en declaraciones recogidas por Gizmodo que estas plumas probablemente eran poco prácticas a la hora de volar. Lo más seguro, por tanto, es que su objetivo fuera el de usarlas para atraer parejas. Esas dos largas plumas es el rasgo más distintivo del Yuanchuavis, pero en el fósil podemos apreciar también su cola en forma de pintos: que es la combinación de las dos plumas largas con una corta en abanico.
De esta forma, en el esqueleto podemos apreciar lo que es un conjunto de características primitivas y nuevas, que arrojarían luz a la "complejidad de la evolución aviar temprana y la evolución del ave moderna". Los denominados pintos se suelen ver en aves actuales como los quetzales, pero el fósil del Yuanchuavis supone el primer ejemplo conocido de pintos en los Enantiornithes, este grupo de aves mesozoicas.
“La cola de pinto tiene la forma de una cola que se forma por selección natural y sexual, y sirve para ambos propósitos: aumentar las posibilidades tanto de supervivencia como de reproducción”, dijo O’Connor. “El abanico de cola proporciona elevación para ayudar durante el vuelo, mientras que las dos plumas de la cola alargadas son adornos que se pueden usar para atraer parejas”.
Estos "añadidos" en los animales se denominan "señales honestas", porque comunican a las hembras que los machos se encuentran en estado de poder aparearse con ellas. De esta forma, los autores del artículo dedicado al Yuanchuavis sostienen que esas dos colas alargadas son exactamente su "señal" para buscar pareja. A menudo este tipo de ornamento dificultaba el vuelo, y requería de una gran energía y resistencia hacerlas crecer.
Dicho de otro modo: los machos Yuanchuavis eran unos maestros a la hora de ligar, pero volando podrían contar con más dificultades que las hembras. “Las plumas de la cola son muy largas y las colas largas casi siempre son ornamentales”, explicaba O’Connor. Sin embargo, en estos momentos de la investigación, asevera que es difícil saber hasta qué punto estas plumas eran ornamentales y si de verdad suponían un impedimento a la hora de volar.
El sexo: el culpable de la aparición de las alas
Si seguimos este razonamiento, es posible que la selección sexual haya sido la encargada de acabar desarrollando las alas. “Incluso se ha sugerido que la selección sexual en pequeños dinosaurios corriendo puede haber impulsado la elaboración del plumaje del brazo, que finalmente culminaría en un ala lista para volar”, Dennis Voeten, paleontólogo de la Universidad de Uppsala y experto en aves antiguas.