Guste o no el giro que ofreció Final Fantasy VII Remake, Square Enix ha logrado que estemos con los ojos bien abiertos y las orejas bien puestas de cara a Final Fantasy VII Rebirth. Ya no sabemos qué va a suceder y en qué medida la historia seguirá la del juego original.
Combinando felicidad, drama, momentos emotivos y humor
Las principales dudas llegan por el destino de Aeris, con una escena en particular en el punto de mira. De esa secuencia, la que ponía punto y aparte con el cambio de discos en la PlayStation original, sus responsables ya advirtieron de que incluiría "una gran sorpresa". Claro que, a día de hoy, todo lo que suceda es sorpresa.
Más allá de ello hay incógnitas como el papel de los susurros, el de Zack o el de los planes de Sefirot. Todo esto, por supuesto, desemboca en el final de esta historia y en la pregunta de si acabará como el juego que recrea o conectará con él de alguna manera.
Durante una entrevista en Londres con Vandal y El Español, Yoshinori Kitase, productor de este juego, y Naoki Hamaguchi, director, se han sincerado en cuanto a lo que querían para los personajes del juego, matizando que sus deseos no tienen por qué hacerse realidad.
Kitase, preguntado por aquello que ha aprendido haciendo estos juegos, explica que, después de tanto tiempo trabajando en este proyecto, y tras pasar casi 30 años conociendo a los personajes de Final Fantasy VII se ha dado cuenta de algo: "Cuanto más trabajo en ello, más empiezo a sentir que quiero hacer felices a todos estos personajes. Quiero darles un final feliz".
Antes de poder sacar conclusiones deja claro que "obviamente" no nos preocupemos porque no es él "solo" el que hace el juego: "El resto del equipo también tienen se tienen en consideración, por lo que no será todo felicidad y arcoíris. Pero sólo quiero hacerles felices".
Sobre esta mezcla entre felicidad y drama, habló también Hamaguchi, concretando en cómo han trabajado para crear escenas de humor que en el original aligeraban la experiencia. Dice que han buscado por la "mejor respuesta" a ese problema y que vista la recepción de los tráilers o los vídeos en los que se ha podido ver a Cloud montado en ‘Segway’ o a Red XIII en Chocobo, cree que han acertado. Cree que la gente "busca eso" y que es "parte de lo que hace que Final Fantasy VII sea tan especial: "Tiene un contenido realmente dramático y serio y también el humor divertido y alegre".
Para resolver el cambio desde un look superdeformado que favorecía situaciones de humor a ese estilo realista del proyecto remake no encontraron ningún truco o clave en cómo lo desarrollaron en el pasado que les sirviera ahora. Al final, quedaba "en manos de la creatividad y el ingenio de cada uno de los desarrolladores".
Y cree que eso es una "fortaleza del juego", ya que el equipo de desarrollo de Remake y Rebirth (muy similar entre ellos) "se ofreció como voluntario para hacerlo": "Son personas que, como yo, se inspiraron con Final Fantasy VII y adoran el juego". Según él tienen mucha "pasión" por el original y "entienden qué hace que Final Fantasy VII sea lo que es, qué le gusta a la gente de él y qué lo hizo tan bueno".
"Debido a esa familiaridad y ese amor por Final Fantasy VII, tenemos tan buenas ideas", añade. Cuando miran como "reimaginar y representar" aspectos del título que recrean, "siempre tienen buenas ideas" y "sugerencias". Hamaguchi detalla que el equipo no solo consta de "desarrolladores japoneses" y que tienen "mucha gente de fuera" participando: "Así que a todos se les ocurren perspectivas e ideas muy diferentes y se unen para hacer que funcione". Y, por lo que el director cuente, al equipo "le encanta divertirse".
En Vandal ya hemos publicado nuestras impresiones de Final Fantasy VII Rebirth tras jugarlo durante unas tres horas en un evento en Londres. Allí os contamos qué nos ha parecido.