FromSoftware regresa este viernes 25 de agosto con Armored Core 6: Fires of Rubicon para PS4, PS5, PC, Xbox One y Xbox Series X/S, la nueva y esperada entrega de su veterana saga de acción a bordo de mecas, un título que sirve, a su vez, como un nuevo punto de partida con el que la compañía pretende captar a nuevos jugadores que hasta ahora no se habían atrevido a dar el salto, ya sea por falta de interés en su temática o por lo intimidantes que podían llegar a resultar sus títulos anteriores.
Ahora que el estudio está en boca de todo el mundo y que la saga tiene más visibilidad, probablemente muchos os estéis planteando darle una oportunidad por primera vez a la serie, aunque quizá tengáis ciertas dudas sobre lo que os vais a encontrar en relación a su dificultad, ya que los juegos de FromSoftware siempre se han caracterizado por ser muy desafiantes. Como en Vandal ya lo hemos podido completar de principio a fin y ya hemos publicado su análisis, hoy os traemos la respuesta a esta pregunta.
La dificultad de Armored Core 6
Comparar la dificultad de Armored Core 6 a otros juegos de FromSoftware como Dark Souls, Bloodborne, Elden Ring o Sekiro puede ser un poco complicado, ya que se trata de una propuesta muy diferente y con una jugabilidad que poco o nada tiene que ver. Aquí estamos ante un juego de acción puro y duro en el que podemos volar, movernos a toda velocidad y disparar todo tipo de armas, desde lanzacohetes equipados en el hombre hasta escopetas láser y espadas de energía, por mencionar tan solo unos poquísimos ejemplos.
En líneas generales, el título está pensado para ser accesible, con unas misiones iniciales muy suaves que nos darán tiempo a asimilar los controles y las diferentes mecánicas que más adelante tendremos que dominar.
La mayoría de misiones en las que se estructura el título son desafiantes, pero asequibles, y no deberían suponernos grandes problemas gracias a los puntos de control que tienen las propias misiones, los cuales nos reabastecen y curan por completo cuando reaparecemos en ellos tras morir.
Ahora bien, hay que destacar que cuando los jefes entran en escena suelen suponer un importante pico de dificultad, algo que probablemente os recuerde a lo que ocurre en los Souls de FromSoftware. En nuestro caso, la mayoría han caído en unos pocos intentos, varios incluso a la primera o a la segunda, pero tenemos que advertiros que hay al menos un par de ellos que son huesos muy duros de roer, teniendo al final del primer capítulo un enemigo temible que será con el que de verdad aprendáis a jugar y que puede llegar a convertirse en un verdadero muro si no dais con la estrategia adecuada.
Por último, comentar que la dificultad también depende, en gran medida, de que configuremos adecuadamente nuestro meca, ya que las piezas que le equipemos y las armas que empuñemos darán como resultado un robot más o menos óptimo para cada misión, por lo que podéis tener más o menos problemas dependiendo de este factor. Si un jefe os parece imposible, lo más probable es que con una máquina diferente os acabe resultando mucho más llevadero y manejable, por lo que parte de la dificultad también reside en vuestra capacidad para adaptaros y analizar la situación.
