El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, se ha hecho con el 96 % de la desarrolladora japonesa SNK. Gracias a Electronic Games Development Company (EGDC) -subsidiaria de Mohammed bin Salman Foundation- ya había adquirido un importante porcentaje del estudio en 2020 pero ahora es dueño de casi la totalidad de acciones.
La noticia ha pasado bastante desapercibida porque no hubo un anuncio público por parte de SNK, probablemente por la mala reputación del heredero, acusado de crímenes de asesinato y tortura al periodista Jamal Khashoggi en 2018, además de las constantes violaciones de derechos humanos en el país. Aunque se sabía que Arabia Saudí buscaba el 51 % de SNK no estaba anunciada la finalización de este acuerdo.
Ahora conocemos la compra en un documento de SNK como parte de las inversiones para diversificar los negocios de Mohammed bin Salman Foundation y "mejorar las capacidades de SNK, que tiene muchas propiedades intelectuales innovadoras en el sector de los videojuegos" con gran potencial en una industria de gran crecimiento.
SNK fue una de las grandes compañías de los salones arcade durante los 90 gracias a títulos como Samurai Shodown, Metal Slug y The King of Fighters, y en los últimos años ha recuperado parte de su peso gracias a nuevos juegos de estas sagas: el ejemplo más reciente es The King of Fighters XV, pero también hemos visto un nuevo Samurai Shodown y proyectos por recuperar su shooter con Metal Slug Tactics o un nuevo título para móviles.
Un fondo con inversiones en múltiples compañías de videojuegos
SNK es la primera compra de esta fundación, pero el interés por la industria está bastante claro. Arabia Saudí ha realizado inversiones de más del 5 % en Capcom y Nexon que en total suman más de 1000 millones de dólares. En diciembre de 2020 se invirtieron 3300 millones de dólares en acciones de Activision Blizzard -que si no hay impedimentos será adquirida por Microsoft-, Electronic Arts y Take Two.