Actualización: MercurySteam afirma que las acusaciones son falsas y que no se le ha dado la oportunidad a la empresa de dar su versión de los hechos.
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Varias personas que han trabajado en el estudio español MercurySteam durante el desarrollo de Metroid Dread han hablado con AnaitGames de las condiciones laborales que han vivido a lo largo del proceso de producción. Estos testimonios anónimos describen mala organización durante la creación del videojuego, que de hecho fue recortado con respecto a la idea original (iba a tener el doble de jefes, por ejemplo, según las fuentes consultadas), pero también políticas de castigo, imposiciones y abuso en el entorno laboral.
Durante el desarrollo del proyecto Cazadora -nombre en clave del juego que ha llegado a Switch como 'Metroid Dread'- hubo grandes recortes de contenido avalados por la propia Nintendo, pero también en la plantilla. A principios del año pasado, Enric Álvarez, copropietario de MercurySteam, aseguró en un vídeo que la compañía tenía hueco para toda aquella persona que quisiera quedarse, un comunicado con el que intentó tranquilizar a los empleados tras las múltiples quejas por la inseguridad que les daba no saber si continuarían trabajando. Meses después se despidieron a todos los trabajadores de QA, excepto a dos, y a otros tantos de animación y modelado 3D.
Un ambiente de control y tensión
"El desarrollo de Metroid Dread fue bastante caótico.
Muchas veces, dándome indicaciones, mi lead y el director del juego se contradecían y esto siempre lo pagábamos los trabajadores", explica una de estas personas en el texto de AnaitGames, donde se asegura que el ambiente de trabajo en MercurySteam es bastante tenso: "El control constante se nota en el ambiente y es evidente que se penalizan muchas cosas que son errores o que no se hacen a malas", añade un antiguo empleado.
En general, los testimonios que fundamentan el artículo de AnaitGames hablan de un ambiente de tensión y control exagerado en MercurySteam. También de una restrictiva gestión de recursos humanos, con prohibiciones manifiestas a los empleados de que no comparasen los bonos que recibían durante el desarrollo. Sobre los salarios también hay quejas, tanto en relación a su poca cantidad (alrededor de 25.000 euros anuales los juniors y 28.000 euros los seniors) como a la arbitrariedad de la cuantía: "Yo creo que pagan dependiendo de lo bien que les cae la gente porque no hay un rango por posición o departamento o nada de eso".
El salario también fue un problema cuando la pandemia de COVID-19 llegó a España, una problemática que según las personas contactadas se llevó de forma caótica. MercurySteam nunca quiso imponer teletrabajo y cuando lo hizo, además, se acogieron al ERTE de manera retroactiva tratando de no abonar a sus empleados la parte del sueldo de la que tenían que hacerse cargo: "Al final cobramos el salario íntegro pero muchos compañeros tuvieron que protestar para conseguirlo porque Mercury no quería abonar el 30% que le correspondía", explica un ex trabajador.