Hacer un Call of Duty no es fácil, y la gente no sabe apreciarlo. Esas son las palabras de Glen Schofield, exdirector general de Sledgehammer Games (Call of Duty: WWII, Call of Duty: Modern Warfare 3). Schofield ha codirigido varias entregas de la emblemática saga de disparos en primera persona de Activision, y esta semana ha querido compartir su opinión sobre la percepción que se tiene de la franquicia. De esta manera, juzga que los jugadores no son conscientes de la cantidad de trabajo que conlleva hacer un nuevo juego de esta propiedad; al tiempo que alude a las competiciones internas que existen entre los diferentes estudios dedicados a COD. Una serie que pronto dará la bienvenida al rumoreado Call of Duty: Vanguard, que ya contaría con una alfa privada en PS5.
Glen Schofield y su experiencia con la saga Call of Duty
"La gente hoy en día [piensa] que un Call of Duty es... ya sabes, simplemente pásalo por el molinillo y saldrá otro", expresa Schofield en una entrevista concedida esta semana al último número de la revista Edge. "No se dan cuenta de cuánto trabajo implica hacer un juego de Call of Duty. Hay que hacer un montón de investigación. Tienes que trabajar con expertos. Estudié la Segunda Guerra Mundial durante tres años. Trabajé con historiadores. Pasé ocho días en una furgoneta en Europa yendo a todos los lugares que iban a estar en el juego. Disparé diferentes armas antiguas. Todas estas cosas tienes que hacerlas cuando trabajas en un juego de Call of Duty".
De hecho, este estudio de campo no se limitó a hechos bélicos pasados: también cuando trabajaron en Advanced Warfare tuvieron que realizar un largo proceso de investigación. "Para convertirnos en unos expertos, trabajamos con la gente de los NAVY SEALS y Delta Force, para aprender las tácticas y técnicas e incorporarlas al juego", explica.
"Tuvimos que aprender sobre las Fuerzas Especiales de diferentes países como Inglaterra, Francia, España e Italia y todo eso, porque todos estaban en el juego. Por lo tanto, hay mucho aprendizaje, lectura constante, visualización constante de vídeos y trabajo constante con expertos".
¿Y la competición entre los estudios?
Schofield también habla de la competencia interna que hay entre los diferentes estudios dedicados a la saga Call of Duty, entre los que se encuentran el mencionado Sledgehammer, Infinity Ward y Treyarch, que ha lanzado recientemente Call of Duty: Black Ops Cold War. Por no hablar de Raven Software, encargados del exitoso Call of Duty: Warzone. Una competencia donde también hay un mutuo apoyo entre los desarrolladores. Así es como ve Schofield la situación:
"¿Hay competencia interna? Sin duda, sin duda", dijo. "Es extraño, porque realmente te apoyas en cada estudio porque necesitas y quieres que cada Call of Duty funcione bien. Pero siempre quieres obtener una puntuación más alta. Quieres lograr más ventas si es posible. Así que sí, nos presionamos mutuamente, realmente lo hacemos. Pero, de nuevo: también nos ayudamos los unos a otros, como, a mitad de su desarrollo, ayudamos un poco a Black Ops. Podríamos subir de nivel o tomar algunos objetos y cosas así: vehículos y cosas. Éramos una especie de hermandad de Call of Duty. Había una competencia tranquila, donde ayudabas a avanzar en el siguiente juego tanto como pudiste".
Una competencia que se ha traducido en unas más que saludables cifras de ingresos para Activision: la compañía indicó que habían vendido más de 400 millones de juegos de pago de Call of Duty, desde que la saga se puso en pie en el año 2003. Hasta la fecha, la franquicia habría generado un gasto de consumo de 27.000 millones de dólares, señalaron en febrero (vía Video Games Chronicles). De hecho, sólo en 2020, Activision superó los 3000 millones de dólares en beneficios.
Mientras tanto, todas las miradas están puestas en el llamado Vanguard: se rumorea que se trata de un juego ambientado en la Segunda Guerra Mundial, que estará disponible en noviembre para PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One y PC. Podéis encontrar aquí todo lo que se ha dicho al respecto hasta ahora.