Naughty Dog, el estudio californiano responsable de las sagas The Last of Us, Uncharted y Crash Bandicoot, tiene varios juegos en preproducción. Sin embargo, Evan Wells, copresidente de la firma, admite en Game Maker's Notebook (el podcast oficial de la Academia de las Artes y Ciencias Interactivas) que solo uno de ellos aglutina la mayoría de los recursos porque la empresa aún no ha encontrado el modo de ejecutar acertadamente una estrategia de desarrollo multiproyecto.
"Intentamos nuestro primer gran desarrollo multiproyecto con The Last of Us", explica Wells en el podcast (traducción ofrecida por VGC). "Al final de Uncharted 2, Bruce Straley y Neil Druckmann se fueron a diseñar [ese juego], aunque pasaron tres o cuatro meses trabajando en Jak and Daxter antes de decidir archivarlo y centrarse en algo nuevo".
La idea era tener dos equipos: por un lado, el de Uncharted 3: La traición de Drake y por otro el de The Last of Us. "La cantidad de esfuerzo que se requería para terminar Uncharted 3 en ese momento estaba robando recursos a The Last of Us", confiesa el responsable de Naughty Dog, "y nunca llegamos al punto de tener dos producciones completas en marcha".
Wells apunta que en 2021 aún no son capaces de tener dos grandes proyectos en desarrollo paralelo: "Definitivamente tenemos varios proyectos, pero solo uno se lleva la mayor parte de la atención en todo momento". Y especifica: "No tenemos dos proyectos en los que trabajen varios cientos de personas.
Tenemos un [proyecto] y otros que están en fase de preproducción, o que tal vez salgan de la preproducción, pero que tendrán que esperar a que el proyecto principal haya finalizado antes de que todo el mundo salga de ese proyecto".
Creatividad y jerarquía en Naughty Dog
El copresidente de Naughty Dog asegura que los proyectos que se llevan a cabo en sus oficinas de Santa Mónica los decide el propio estudio, lo que promueve que se creen nuevos tipos de juegos en lugar de numerosas secuelas de una misma saga. Wells dice que "casi todas las decisiones que tomamos en el estudio tratan de representar de alguna manera lo que más quiere el equipo" para promover que estén motivados en el proyecto.
Para mantener al equipo motivado y para mejorar organizativamente, Wells y Druckmann, presidentes del estudio, han realizado cambios estructurales en Naughty Dog tras el desarrollo de The Last of Us: Parte II, un proyecto que estuvo rodeado de informaciones sobre explotación laboral.
"Siempre hemos intentado aferrarnos a esos días de [desarrollo de] garaje", apunta Wells, admitiendo que esto provoca que esa falta de organización en un estudio de 300 personas provocaba que los líderes de los proyectos (quienes también tenían labores de desarrollo) no tuvieran tiempo de dirigir sus equipos, y que ante la falta de puestos de liderazgo, los creativos sénior abandonaran la firma ante la falta de perspectiva de un ascenso. Para evitarlo han "añadido más títulos y jerarquía" al estudio.
La semana pasada surgieron informaciones que apuntan a que Naughty Dog está trabajando en un juego multijugador, apoyando el desarrollo de un remake del primer The Last of Us y quizá supervisando la creación de un nuevo Uncharted, cuyo desarrollo estuvo a cargo de Bend Studio (Days Gone) antes de que dejaran el proyecto.