Jonathan Warner, el director de Anthem, ha anunciado que ha abandonado BioWare tras haber pasado los últimos diez años en el estudio: "Hoy es mi último día en BioWare. Ahora voy a hacer nuevas cosas", escribió en Twitter este viernes.
La marcha de BioWare
So, today is my last day at BioWare, I’m moving on to do new things.
BioWare has been home to my grateful heart for nearly 10 years and I want to wish them all the best. DA ME and SWTOR are in good hands and I can’t wait to play from this side of the screen. #ThankYou #BioWare pic.twitter.com/g5zp7hkSV5— Jonathan Warner (@Zen_Warner) March 26, 2021
"BioWare ha sido mi hogar y agradezco de corazón haber pasado estos casi diez años allí. Quiero desearles lo mejor.
Dragon Age, Mass Effect y Star Wars: The Old Republic están en buenas manos y no puedo esperar a jugarlos desde este lado de la pantalla. Gracias, BioWare", concluyó Warner.
Su partida del estudio no debería de ser demasiado sorprendente si tenemos en cuenta que hace tan solo unas pocas semanas se confirmó que BioWare y EA habían abandonado definitivamente Anthem, cancelando así los planes que el estudio tenía para relanzarlo con una nueva versión que estuviese a la altura de lo que los jugadores demandaban tras su fallido estreno original y la falta de apoyo y nuevos contenidos que ha recibido desde entonces.
De igual modo, Warner no es el único ejecutivo de BioWare que ha abandonado la compañía en los últimos meses, ya que Casey Hudson y Mark Darrah, dos de las principales y más veteranas figuras del estudio, también marcharon hace poco.
El fracaso de Anthem
Anthem fue un ambicioso título de rol y acción planteado a modo de juego como servicio. En él podíamos volar por los escenarios gracias a unos trajes especiales mientras cumplíamos diversas misiones en un misterioso planeta. Se estrenó en España y el resto del mundo en febrero de 2019 para PS4, PC y Xbox One. En el análisis que le dedicamos en Vandal os comentamos que "es un juego con un potencial enormemente desaprovechado. BioWare ha firmado una obra con una jugabilidad excelente y muy divertida, pero que no ha sabido aderezar con contenidos de calidad, dando como resultado un título repleto de problemas de diseño, fallos estructurales y molestos errores de programación que, a día de hoy, le impiden ser ese juegazo al que tanto aspira".