El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una orden ejecutiva para comenzar una investigación de 100 días sobre la falta de suministro de cuatro productos clave: semiconductores, medicinas, baterías de gran capacidad y minerales esenciales. Los semiconductores son utilizados en la industria del automóvil, en la fabricación de smartphones y ordenadores, y también en las consolas de videojuegos, siendo el culpable principal de la falta de stock de PlayStation 5, Xbox Series X y Xbox Series S.
El objetivo de la investigación, informan desde VGC, es abordar las vulnerabilidades en la cadena de producción estadounidense sobre esos cuatro productos. La Asociación de la Industria de Semiconductores asegura que la capacidad del país norteamericano para fabricarlos ha disminuido del 37 por ciento en 1990 al 12 por ciento.
Dicha organización pidió a Biden el pasado 18 de febrero "financiación sustancial para incentivar la fabricación de semiconductores" en Estados Unidos.
El suministro de nuevas consolas se irá normalizando a lo largo de 2021
Los fabricantes de las consolas de nueva generación y de las últimas tarjetas gráficas han mencionado en varias ocasiones la falta de suministro de semiconductores a nivel global como motivo principal para la falta de consolas en las tiendas; comprar una PS5, una Xbox Series X o una Nvidia GeForce RTX en los últimos meses es tarea casi imposible a no ser que uno esté dispuesto a acudir a los especuladores de las webs de reventa.
El propio Jim Ryan, presidente y CEO de Sony Interactive Entertainment, dijo que esperan mejorar el stock a lo largo de 2021, pero no pudo asegurar si en las Navidades de este año se podrá acudir a una tienda y comprar una PS5 con normalidad. Igualmente, desde Microsoft anticiparon que la falta de suministro de Xbox Series X/S durará hasta mitad de año, un mensaje que comparte AMD, el fabricante de procesadores y tarjetas gráficas (también los de las nuevas consolas).
A principios de febrero, fuentes anónimas afirmaban en un reportaje de Bloomberg que ante la falta de semiconductores los fabricantes de consolas tenían poco que hacer para competir contra los gigantes de la industria tecnológica, que compran dichos semiconductores en mayor cantidad.
