Desde el lanzamiento de PS5 y Xbox Series X/S en noviembre del año pasado hemos visto cómo la falta de stock en prácticamente todos los mercados, incluyendo el español, ha provocado enfado en la comunidad de jugadores al mismo tiempo que ha aumentado la especulación con consolas de nueva generación con precios de reventa inflados y propuestas de leyes que ayuden a regular esta situación.
John Carmack, cofundador de id Software y actual consultor en Oculus, no es ajeno a esta situación y ha querido compartir su perspectiva sobre lo que está ocurriendo, además de una posible solución que ayude a solventar todos estos problemas en el futuro.
Básicamente lo que propone Carmack es que Sony y Microsoft dejen de trabajar con intermediarios para vender ellos mismos PS5 y Xbox Series X/S; así lo ha explicado en un tweet en su cuenta de Twitter personal, un mensaje que podéis ver insertado bajo estas líneas.
may be moving past that for a lot of products. There would be much indignation at reported prices out of the gate, but removing intermediaries should net out better for consumers in the end.— John Carmack (@ID_AA_Carmack) February 19, 2021
Sin intermediarios todo iría mejor, según Carmack
Como podéis ver, Carmack asegura que "eliminar intermediarios debería dar mejor resultado para los consumidores finales". No es la primera vez que se baraja un método así; ya Phil Spencer, jefe de Xbox, admitió que el actual sistema de reservas de consolas está desfasado y que quizás en el futuro se evolucionaría hacia un método de prepago personal en el que cada usuario puede comprar una consola desde su cuenta directamente a Microsoft para tener más control sobre toda la gestión de adquisición, fabricación y envío del dispositivo.
Por el momento, las compañías de videojuegos siguen vendiendo su hardware a través de terceros que son los que tienen que restringir la compra masiva de consolas por parte de especuladores: una famosa tienda del barrio de Akihabara, en Japón, tuvo que prohibir la venta de PS5 en efectivo para poder tener cierto control sobre a quién le vendía la consola y evitar el caos que se produjo unos días antes. Los grupos de especuladores campan a sus anchas desde que se lanzaron estas nuevas máquinas y, aunque dicen tener una mala fama inmerecida, también aseguran haber conseguido unas buenas sumas de dinero revendiendo las consolas a un precio mucho más alto del habitual.