La competición profesional en esports es dura por la presión mental de las partidas en sí pero hay casos en los que hay factores añadidos, sobre todo si se trata de juegos en solitario. Nerea Nercromina Díaz (@nercromina) lo experimentó hace años cuando competía en Street Fighter, llegó un momento en que no le compensaba seguir y se retiró. Años después, hace unos meses, y ya repuesta psicológicamente, ha retomado el arcade stick, ha vuelto a los campeonatos y emite en su canal de Twitch. Lo de que ha retomado el stick es literal. Al empezar los streams con Street Fighter V, Díaz decidió utilizar el mando normal, por aquello de romper con la tradición de los arcade stick, pero dos días después de esta entrevista decidió regresar a la palanca, "hoy día no es tan necesario un arcade stick para jugar juegos de lucha y quería explorar otras opciones, pero al final el arcade stick me sigue pareciendo la mejor opción y por eso he vuelto de forma definitiva a usarlo".
En los juegos de lucha los personajes de la pantalla dan patadas y puñetazos y realizan ataques especiales mientras los jugadores que los controlan desarrollan sus reflejos con el mando y entablan un combate mental. "Lo que más importa es la toma de decisiones. De hecho, se parece al ajedrez y al póker en el sentido de que es un poco piedra, papel o tijera en el sentido de que ‘yo pienso que tú vas a hacer esto y entonces yo hago esto otro que va a ganar a la acción que creo que vas a hacer’. Los reflejos importan, es importante que tú estés listo y entrenado para reaccionar a ciertas cosas, pero no sería lo más importante en los juegos de lucha, en mi opinión", nos cuenta Nercromina.
"Uno contra el otro, como si fuera un ajedrez, pero con más movimiento"
Díaz se ha sentido atraída durante toda su vida por el género de lucha. "Recuerdo tener cuatro años y jugar a todo tipo de videojuegos con mi hermano, pero los que más me gustaban eran los de lucha. Éramos verdaderamente el uno contra el otro, como si fuera un ajedrez, pero con más movimiento", recuerda. Esa afición le duró, aunque de una manera que ella define como "casual, porque mis amigas tampoco jugaban", durante los años siguiente, con juegos como Pokémon y, como no, del género de lucha "aunque no había online; no tenía con quién jugarlos. Con 10, 12 años recuerdo volver del colegio a casa, comerme la merienda y meterme yo sola a jugara contra la CPU, que es lo más aburrido que existe en el mundo, porque no tenía a nadie con quién jugar, pero yo quería jugar a Street Fighter"
Quienes han jugado a videojuegos durante la infancia o la adolescencia suelen disminuir el tiempo que les dedican o incluso dejarlos a un lado durante la etapa universitaria y los primeros años en el mundo laboral, pero Díaz comenzó a jugar con más intensidad precisamente a punto de empezar su etapa en la universidad. "De hecho, en la universidad es cuando más duro le di, ja ja ja, cuando me hice profesional", apunta.
En 2009 salió a la venta Street Fighter IV el juego que devolvió popularidad al género en general y a la serie en particular y que sí tenía desde el lanzamiento el tipo de juego online que Nercromina había echado en falta. "Descubrí este juego en casa de un amigo. No sabía que había salido porque no seguía la actualidad de los videojuegos. De hecho, yo estaba muy metida en el mundo literario, ganaba concursos literarios, fui representante de Cataluña en el concurso nacional de Ortografía de la RAE. Un perfil que nada tenía que ver con los videojuegos, aunque estos me gustaban igualmente"; de hecho, estaba estudiando Filología Hispánica. Como en Street Fighter IV podía jugar desde su casa se compró el juego. Hoy día estamos acostumbrados a que haya numerosas competiciones de e-sports, pero hace 11 años las que había eran desconocidas para el gran público español. Díaz se enteró de un torneo en Barcelona y se presentó y, a partir de ahí "fui a todos", dice.
Nercromina recuerda que ella jugaba en la versión de PC pero la mayoría de quienes competían lo hacían en la de Xbox 360, con lo que no la conocían por el nombre, "sin saber que yo hubiera ido a ningún torneo, ni saber si yo era mujer ni nada, mi nombre estaba en los foros internacionales como uno de los mejores jugadores que podías encontrarte en PC. Me faltaba conocer el mundo de la competición. No es lo mismo jugar desde tu casa que ir a un torneo ni es lo mismo jugar dentro de un círculo reducido que jugar contra los mejores jugadores del mundo, pero yo siempre me he sentido muy capaz de lo que quisiera hacer… porque me gusta el proceso de aprender, me gusta encontrarme con alguien mejor que yo y jugar contra esa persona todas las veces que haga falta hasta que pueda ganarla y cuando puedo ganarla voy al siguiente reto", afirma Díaz.
Una experiencia muy positiva en el primer torneo
Cuando alguien que quiere competir participa en su primer torneo no suele llegar muy lejos porque se enfrenta a jugadores que llevan años en el mundo competitivo, pero Nercromina surgió de la nada y en su paso por aquella primera competición ganó a algunos jugadores nacionales conocidos aunque reconoce: "no llegué muy lejos". Según lo recuerda la entrevistada, "Yo estaba tan contenta y tenía ganas de jugar. Me lo estaba pasando súper bien, estaba súper motivada. Simplemente quería saber contra quién iba a ser mi siguiente partida, qué personaje llevaba y tal, pero a mi alrededor cada vez que jugaba se iba generando más y más multitud de gente. Y cuando yo iba a jugar, la gente se ponía a mi alrededor, me animaba".
En aquel torneo de 2010 se juntaron dos detalles que llamaron la atención de los asistentes: ser una recién llegada capaz de ganar a algunos jugadores veteranos y ser mujer cuando la inmensa mayoría eran jugadores masculinos, "creo que en el evento había una o dos chicas más. Ahora somos un montón, aunque seguimos siendo muy pocas, pero hace diez años era penoso el panorama, era muy triste todo", recuerda. Ella fue de las que abrió caminos. "Me alegro de que las que llegan ahora no les toque vivir muchas situaciones que yo he vivido, porque también hay algunas infraestructuras que las acogen, en esports hay un circuito, un camino profesional. Cuando yo empecé no era solo el hecho de ser chica, era que estaba jugando a videojuegos y la gente lo veía como una pérdida de tiempo. Mi padres lo veían como: ‘no deberías estar haciendo esto, deberías estar estudiando’. Era una mentalidad muy retrógrada", afirma Nercromina.
El equipo Watchdamatch ficha a Nercromina
"Tenía muchas cosas por aprender, aunque ganase a algún jugador bueno, hubo un proceso de nutrirme del conocimiento que había en la comunidad", continúa Díaz. Unos meses después empezaron a llegar los primeros puestos y algunos equipos intentaron ficharla. Menos de un año de aquel primer tornero, en la Dreamhack Spain -en Valencia- de 2011 un ojeador del equipo francés Watchdamatch le ofreció un puesto y estuvo en esa formación dos años.
Conseguir hacerse un nombre como profesional en menos de un año no fue un camino de rosas. "Siempre había un rollo raro conmigo", nos cuenta. "La gente me solía decir que era buena, pero como un hombre. Para evitar decir el ‘eres buena para ser una chica’. Era habitual que hubiese esa condescendencia, que por le hecho de que eras mujer se te iba a exigir menos o que, con poco que hicieras, ‘para ser una tía, no lo haces mal’ y muchas veces la gente, queriéndome elogiar y huir de ese paternalismo, me lo recalcaba de esa manera, como un ‘te veo como un igual, no como si fueras una mujer y por eso fueras menos". Hasta sus compañeros de Watchdamatch se sorprendieron porque "en aquella época no había tantas mujeres que se tomaran el juego tan en serio porque, a fin de cuentas, es una cuestión de echarle horas. A mí me gustaba Street Fighter y jugaba Street Fighter. Seguramente por lo menos la mitad de chicas que les pueda gustar y le puedan echar horas podría llegar igual de lejos que yo".
Hasta hace poco no ha tenido en su casa la conexión necesaria para entrenar online, así que tenía que aprovechar al máximo cuando se desplazaba a París, donde estaba la sede de Watchdamatch, o iba a un torneo. "Cuando estaba en un torneo, aunque no me tocase jugar, buscaba jugadores buenos y les pedía echar unas partidas para así nutrirme de todos los jugadores que pudiera haber allí", sostiene.
Díaz ha tenido siempre muy claro que Street Fighter es su juego "por como se juega, y el ritmo. Cada videojuego tiene un ritmo diferente, es como una canción, el tempo, y cada videojuego tiene un ritmo distinto. Por ejemplo, Dragon Ball Fighterz, que es precioso porque se parece al anime, es un juego que no encaja nada conmigo porque tiene un tempo demasiado rápido, las cosas pasan a una velocidad que a mi cerebro consciente no le da tiempo a procesar. Es muchísimo más instintivo, sí hay procesamiento pero es mucho más instintivo. En cambio, en Street Fighter el ritmo es un poco más tranquilo, te da tiempo a hablar contigo mismo en tu cabeza, a decir: ‘Voy a hacer esto porque creo que va a hacer lo otro’".
No solo se le asocia a Street Fighter, también va unida a Cammy, que fue el segundo personaje femenino de la serie después, claro está, de Chun-Li, y no tardó en convertirse en uno de los más populares. ¿Qué vio en ella? "Me gustó, con sus trenzas, una militar que peleaba, tipa dura… me gustaban sus movimientos. De entre todo el plantel me apetecía más coger una chica, me sentía más identificada, y las que más me gustaban eran Chun-Li y Cammy. Al final, no sé, me gustó más el diseño de Cammy y me quedé con ella en todas las ediciones porque, como era muy buena en todas las ediciones, nunca tuve que cambiar de personaje", responde.
En esta vuelta a la competición, con Street Fighter V, Díaz decidió probar con otros personajes buscando uno que encajase mejor con ella, "era como que no me apetecía cogerme e Cammy porque hay había jugado con ella en Street Fighter IV. Era como que me quería encontrar a mí misma y no sabía si mi verdadera identidad era Cammy. Sé que suena un poco dramático, pero es que la identificación con tu personaje en los juegos de lucha es muchísimo más profunda que en otros juegos", explica. "Hay otros juegos en los que puedes llevar a varios personajes, en pocas partidas y más o menos te haces con sus mecánicas, pero en los juegos de lucha el camino lo haces con un personaje, como mucho, dos, pero tu personaje eres tú. Yo había estado intentando probar otros palos para ver si me podía desarrollar como jugadora en otros aspectos pero no, al final lo mío es Cammy y lo he asumido. Estoy entrenando con ella desde hace más de dos semanas".
Sobrepasada por la situación
Dos años después de fichar por Watchdamatch, Nercromina abandonó el equipo y el mundo de la competición de Street Fighter, se sacó el título de monitora y el Proficiency de Inglés y empezó a trabajar, compaginándolo con el voluntariado en ONGs. "Sigo siendo de Letras, de Humanidades, y me gusta el aspecto social de las cosas", dice.
Es poco habitual que alguien abandone cuando le gusta lo que hace y está teniendo éxito, "Ahí dije: ‘¡me planto!, ¡no puedo más!’ Literalmente dije: ‘Esto me está sobrepasando’. Era un montón de situaciones que mi cabeza no podía procesar. No estaba entendiendo lo que estaba pasando. Hubo muchas situaciones en las que te sientes diferente, que tú solo quieres encajar. Sí que quieres destacar y ganar y claro que quieres ser la mejor, pero me sentía ajena a todo. La gente me trataba tan raro… era todo tan extraño en aquel 2013. Yo era una chiquilla, cualquier comentario que lees en internet te afecta, ves que eres distinta, encima en un mundo tan nuevo como los e-sports, que lo estábamos empezando a construir nosotros. Era todo muy raro y me sobrepasó. Decidí dejar el equipo porque no podía con la presión, dejé de confiar en mí misma. Me daba mucho miedo perder, darle la razón a esas personas que decían que solo estaba en un equipo porque era una mujer, y también defraudar a las personas que habían confiado en mí. Todo era muy turbio y eso me afectó a mí también". Se retiró tras la Dreamhack Winter, en Suecia (2013) y tras jugar contra Daigo The Beast Umehara, uno de los jugadores más famosos del mundo de Street Fighter, al que consiguió ganar un combate, aunque perdió por 2-1.
Díaz reconoce que durante un tiempo no fue capaz ni de jugar, "el juego se había convertido en todas esas experiencias emocionales, todas esas historias que he explicado en un vídeo de Youtube en el que hablé de anécdotas de torneos o en mi capítulo del libro "¡Protesto!" en el que hablo también de mi historia como competidora. Un montón de anécdotas que, cuando la gente las ha ido sabiendo, han leído el capítulo o han visto el vídeo…", una de esas anécdotas no indica nada, explica Nercromina, pero son situaciones que se repetían en cada evento, y Díaz se preguntaba: "¿Por qué me tengo que encontrar esto? ¿Por qué tienen que pasarme estas cosas? Yo vengo aquí a jugar como todos, ni quiero que me trates mejor ni quiero que me trates peor. Soy una persona, ni soy un unicornio ni soy un ser mágico".
La entrevistada apunta que no hay que achacar aquella situación ni a la competición ni a los juegos, "yo creo que es algo que pasa siempre que eres diferente en un entorno, ni siquiera voy a decir que cuando eres mujer en un mundo de hombres -que pasa-, sino que cuando eres muy diferente, en el sentido que sea, o ser de los primeros o las primeras en construir una narrativa, que lo que tú estás haciendo no lo ha hecho nadie antes, porque se estaba generando ese mundo. La culpa no es de nada en concreto, sino que la situación se dio así, simplemente". En su caso ese elemento diferenciador era que era mujer y buena jugando.
WIG y Capcom potencian la participación femenina en esports
Desde que Nercromina dejó de competir el mundo ha cambiado muy rápido, cada vez más mujeres se animan a competir -"cada vez es menos raro y hay menos comentarios o prejuicios", apunta-, y ella también ha evolucionado: "Decidí seguir explicando mi historia, participando en documentales, escribí un libro… mis redes sociales las había cerrado pero a partir de 2017-2018 decidí volver y a partir de 2019 empecé a emitir en Twitch y a querer volver a competir". Hace poco compitió en un torneo por equipos y los tres jugadores quedaron en segunda posición y tiene como sponsor a Women in Games (WIG) y a Capcom, la editora de Street Fighter dentro de un programa que se iba a desarrollar de febrero a junio para potenciar a las jugadoras profesionales y que patrocina a jugadoras de todo el mundo para competir en eventos y servir como modelo que anime a jugar a las chicas jóvenes. Con la alerta sanitaria mundial se han cancelado los eventos offline, aunque sí se están llevando a cabo actividades online como el torneo que supuso su vuelta a la competición, organizado por WIG. Dice: "mis expectativas se cumplieron. No puedo pretender llegar después de siete años desaparecida y volver a estar en la cima".
Tampoco el juego es el mismo, ya que ahora se compite con Street Fighter V. "Las mecánicas son distintas, necesito un tiempo de adaptación, necesito entrenar… y en eso estoy. En Twitch estoy retransmitiendo casi cada día los entrenamientos", explica. "Estoy contenta con mi progreso, avanzo rápido y sé que tarde o temprano llegaré".
No falta voluntad y ganas de mejorar la parte técnica a Nercromina. Al hablar de la vuelta a la competición se le ilumina la voz y cuenta que fue "¡Super guay! No te puedes ni imaginar. Me gustó muchísimo. Y más teniendo en cuenta que no tengo el mismo nivel que tenía entonces y que el juego es diferente, pero despertó ese gusanillo que te dice: ‘quiero más y quiero llegar más lejos y quiero llegar a lo más alto’".
Cuando Díaz empezó a competir en 2010 lo hizo con Super Street Fighter IV Arcade Edition versión 2012, pero ahora se juega con Street Fighter V: Champion Edition . "Me está gustando", dice Nercromina. "Pasar de un juego a otro se siente un poco extraño al principio. Luego hay gente a quien sí le ha calado el juego y gente a quien no, pero ahora mismo estoy súper motivada, muy metida en las mecánicas, tengo ganas de aprender, tengo esa sed de jugar y jugar y jugar y de seguir jugando, aprendiendo y subiendo de nivel".
Una buena comunidad en Twitch
No solo han cambiado el juego y Nercromina, también es distinto el espectador, Nercromina retransmite en su canal de Twitch en días alternos y también prepara vídeos para Youtube o fotos para Instagram, y combina esta actividad con su trabajo de profesora de inglés. "Me sorprende un montón esa comunidad que he creado en Twitch. Cuando me lancé a Twitch lo hice con miedo porque no me imaginaba encontrar a gente tan guay, tan normal. [La diferencia] de lo que yo había vivido en aquel entonces, de cómo había sido todo aquello a cómo están las cosas ahora. Claro que hay siempre algunos piezas que hay que banearlos y siempre tienen que estar los moderadores un poco al tanto, pero hay muchísima gente guay que me manda mucho apoyo. Es posible que también en aquella época recibiera apoyo, pero dejé que lo negativo me calase más y ahora estoy intentando todo lo contrario gracias también a la experiencia, a que yo soy más mayor, más madura y, si he vuelto, ha sido un poco sabiendo lo que había y preparada para hacer frente a lo que venga", afirma.
Díaz es una mujer que combina el gusto por las letras con la acción. La lucha forma parte de la vida diaria de Nercromina y no solo en la pantalla; desde pequeña practica artes marciales. "El Kárate es una disciplina súper espiritual y tiene un montón de enseñanzas que son filosofía pura. [...] Para mí todo forma parte de un todo. No hay dos Nereas, una línea divisoria, yo soy la misma y mi mentalidad prácticamente es la misma. Los valores del Kárate, la fortaleza, la entereza, el respeto al rival… Es un poco una forma de vida, no solo una disciplina", afirma.
Nercromina en cinco preguntas
1. ¿De dónde procede el nombre Nercromina
A la hora de ponerme el nombre para jugar online. Cuando compré Street Fighter IV estaba con mi hermano diciendo: ‘¿Qué nombre me pongo?’ y él me dijo: ‘Ponte Nerea91" y le dije: ‘Eso es una mierda’. Y me acordé de que tengo un amigo que de Nerea siempre me llamaba Ner y se inventaba nombres y uno de ellos era Nercromina y en ese momento se me pasó por la cabeza y lo puse, pero sin la menor intención de que eso llegase a suponer ningún tipo de identificación mía, como quien rellena un correo aleatorio cualquiera y al final ha acabado siendo mi nick.
2. ¿Qué puede hacer una chica que quiera competir para no tener los mismos problemas que tuviste tú?
¿Esa es una pregunta corta? Hay que hacer muchas cosas. La sociedad tiene que seguir desarrollándose en ese sentido y se pueden hacer cosas desde dentro de la industria pero creo que es la propia sociedad la que tiene que ir abriéndonos esas puertas y diciéndonos a todos y a todas que podemos hacer lo que queramos hacer, no lo que se supone que tengamos que hacer acorde a nuestro género.
3. ¿Hay algún otro juego de lucha que te atraiga aparte de Street Fighter?
Los respeto a todos y me gustan mucho todos, pero sí me gustan Tekken y Dead or Alive. Los juegos 3D no los juego tanto pero me gustan.
4. Si de pronto decidiera Yoshinori Ono prescindir de Cammy, ¿con qué personaje jugarías?
El otro día me estaba planteando esta misma pregunta, en plan ¿qué sucedería si en Street Fighter VI no ponen a un personaje, no digo ya Cammy, sino mi arquetipo de juego, un personaje que jugase más o menos en ese rango. Siempre habrá un personaje de ese tipo, tiene que haber un poquito de todo, igual que hay personajes agresivos y defensivos. Si no es Cammy será en forma de otro personaje de rush down. con dive kick , pero tiene que existir siempre en Street Fighter.
5. ¿Qué le dirías a Yoshinori Ono que tuviera en cuenta para el siguiente juego?
Uf, le diría que hiciera el juego con mucho cariño. Si me pones a Yoshinori Ono, no a otro, le diría: ‘Por favor, haz el juego con mucho cariño y dánoslo con todo el cariño del mundo".