Hay muchas adaptaciones de videojuegos a películas en marcha, y una de ellas es Metal Gear Solid. Desde hace algún tiempo no tenemos noticias de su progreso, pero su director Jordan Vogt-Roberts es activo en redes sociales y ha comentado algunos de los últimos avances. El proyecto sigue en marcha aunque todavía en sus primeras fases de desarrollo.
Vogt-Roberts dice que recientemente se ha completado un nuevo borrador del guión. "Está repleto de guiños a Kojima y surrealismo militar. No diré más".
En principio, la historia de la película no sigue los pasos de ninguno de los juegos, aunque se espera que incluya todos los elementos reconocibles de la licencia: su protagonista Solid Snake -o Big Boss-, una amenaza nuclear con un tanque robótico y enemigos con habilidades sobrenaturales.
El director tiene planes para encontrarse con un actor "muy pronto". Es de suponer que se trate del papel protagonista y por tanto quien interprete a Snake. A principios de año Oscar Isaac (Star Wars, Ex Machina, X-Men: Apocalypse) mostró su interés por dar vida al agente especial al citar Metal Gear Solid como la adaptación de videojuego en la que le gustaría participar. "Con las películas de videojuegos, el truco es imitar la sensación de jugar a un videojuego. Creo que eso normalmente falla con los guiones", según Isaac.
BONUS IF YOU MADE IT TO THE END: I’m sorry can’t update you on the MGS film more regularly... but:
-We just turned in a new draft. It’s full Kojima-quirk and full Military surrealism. I won’t say more 🤫
-I’m hoping to meet a specific actor very soon :)
-Let’s make this movie! pic.twitter.com/0Qj5XGTbkQ— Jordan Vogt-Roberts (@VogtRoberts) December 3, 2019
Sabemos que será una película para adultos
La intención de Jordan Vogt-Roberts es que la película reciba una calificación R -Restricted-, mayores de 17 años, respetando la violencia de algunas escenas y los toques de terror que suele introducir Hideo Kojima en sus historias. A cambio, quiere que tenga un "coste razonable", logrando así una mayor libertad creativa sin las presiones que recibe una superproducción.