De The Elder Scrolls VI sabemos muy poco. El videojuego, que fue anunciado durante el pasado E3 de 2018, es uno de los proyectos más ambiciosos de Bethesda, un videojuego tan complejo que podría salir en la próxima generación de consolas. Todd Howard, de Bethesda, explica los desafíos que se esconden tras un juego tan deseado como este.
Una secuela de un título lanzado en 2011
"Por un lado, creo que es bueno echar de menos las cosas. Creo que eso hace que la gente venga con ojos realmente nuevos a nuestros títulos.
Cuando el público vea el juego y sea consciente de lo que estamos haciendo y tenemos en mente, se entenderá el salto en escala y en términos tecnológicos del videojuego", apunta Howard a IGN, que también habla de Starfield, el título de rol ambientado en el espacio y que también fue anunciado en el show de Bethesda el año pasado.
"Por su parte, Starfield tendrá su propio tono y aspectos en términos de que hay tanta ciencia-ficción de la misma manera que Fallout tiene su propio tono en post-apocalíptico. Elder Scrolls ha encontrado su propio tono, pero originalmente no lo hizo. Era una fantasía muy genérica", añade el directivo de Bethesda. "Queremos apuntar alto con ambos videojuegos. Tenemos suficiente talento, experiencia y tecnología; tenemos que escribir el código de un montón de nuevas tecnologías que estamos haciendo. Pero creemos que podemos lograrlo", puntualiza.
De hecho, Todd Howard, que ya ha pedido paciencia cree que The Elder Scrolls VI será un juego de rol diseñado para la próxima década, capaz de marcar un impacto jugable enorme de la misma manera en la que Skyrim lo hizo en 2011.