La saga Pokémon se estrenará con una nueva entrega este mes de noviembre con Pokémon: Let's Go, Pikachu! / Let's Go, Eevee! para Switch, y para ir calentando motores hemos decidido repasar este verano todos los juegos de la saga, desde las entregas principales a los spin-off, uno cada día, los meses de julio y agosto.
Son más de 20 años de historia, con multitud de títulos, desde los más conocidos hasta curiosos y extraños spin-off, que también repasaremos.
Acompáñanos en nuestro Verano de Pokémon.
- Pokémon Edición Roja y Edición Azul (1999)
- Pokémon Pinball (2000)
- Pokémon Snap (2000)
- Pokémon Amarillo (2000)
- Pokémon Trading Card Game (2000)
- Pokémon Stadium (2000)
- Pokemon Oro y Plata (2001)
Hey You, Pikachu! (2000)
Hoy vamos a repasar una de las mayores rarezas que nos ha dejado la saga hasta el momento y el que podríamos considerar como el primer tropezón que sufrió la licencia tras haberse marcado una buena racha de juegos de gran calidad: Hey You, Pikachu!
Probablemente a muchos de vosotros no os suene ni el nombre, algo normal considerando que se trató de un título para Nintendo 64 que nunca llegó a comercializarse en el Viejo Continente, quedando su estreno oficial relegado únicamente al público japonés y americano, un detalle que podría parecer un tanto extraño si tenemos en cuenta que se lanzó cuando la serie estaba disfrutando de su momento de popularidad más dulce, aunque se entiende rápidamente al considerar lo costoso que habría salido adaptarlo a los diferentes idiomas europeos.
¿Y esto a qué se debe? Pues al hecho de que estamos ante un juego que funciona con comandos de voz. Para ello, el cartucho venía acompañado de un accesorio que nos servía de micrófono para que así pudiéramos comunicarnos con Pikachu directamente siempre que quisiéramos.
Sin embargo, con la limitada tecnología de la época, este intento por romper la cuarta pared se acabó volviendo en su contra al no detectar correctamente la mayoría de cosas que decíamos, lo cual sumado a una interfaz horrenda y un esquema de control muy mejorable, debería ayudaros a haceros una buena idea del auténtico infierno en el que se podía convertir la aventura, obligándonos a repetir constantemente nuestras frases con una vocalización perfecta hasta que nuestro roedor favorito decidía entendernos.
Por desgracia, sus problemas no acababan aquí, ya que a nivel jugable también hacía aguas por todos lados. La idea era irnos de aventuras con Pikachu para explorar diferentes lugares realizando distintos tipos de misiones, las cuales solían implicar algún que otro minijuego. Tan pronto podíamos estar buscando tesoros que preocupándonos de cuidar Caterpies para que evolucionasen, o simplemente disfrutando de un plácido paseo con nuestro compañero eléctrico.
Evidentemente, para hacer todo esto, teníamos que comunicarnos con Pikachu e interactuar con el entorno con las limitadísimas opciones que nos daban para ello. Además de pelearnos con el dispositivo de reconocimiento de voz y con el propio mando, no tardábamos en darnos cuenta de que todas las actividades que el título proponía eran extremadamente aburridas y planas, por lo que nunca conseguían motivarnos lo suficiente como para que quisiéramos seguir jugando.
Entendemos que fue un producto destinado a los más pequeños de la casa, lo que no quita que haya muchísimos videojuegos adecuados para ellos infinitas veces más recomendables y menos frustrantes que lo que nos ofrecía Hey You, Pikachu!
Al menos, gráficamente no estuvo nada mal, con unos modelados y animaciones muy conseguidos para cada monstruos de bolsillo, destacando sobre todo a Pikachu, quien resultaba tremendamente expresivo. Además, todos ellos tenían sus voces del anime.
No vamos a negar que la idea en 1998 (fecha de lanzamiento japonesa, a Estados Unidos no llegó hasta el año 2000) fue realmente llamativa, original y novedosa, pero al igual que otros juegos que han intentado utilizar nuevas tecnologías antes de que estuviesen lo suficientemente pulidas como para resultar prácticas y divertidas, acabó fracasando estrepitosamente a la hora de hacernos disfrutar de una buena experiencia de interactiva.