Jordan "Crimz" Herzog, a simple vista, podría parecer un joven más de 16 años aficionado a los videojuegos y, sobre todo, a Fortnite, el Battle Royale de Epic Games que se ha convertido en todo un fenómeno viral entre los jugadores de todas las edades.
Sin embargo, Crimz sueña con convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo de Fortnite, algo que también desea su padre que, recientemente y como podemos leer en el Boston Globe, decidió que Crimz abandonase el instituto para poder dedicarse en cuerpo y alma a convertirse en un gran jugador de esports.
Tras su salida del instituto Crimz ha seguido recibiendo educación vía online pero la mayor parte del día la pasa entrenando en Fortnite, practicando construcciones, mejorando su puntería y forjando sus habilidades durante 8, 10 e incluso 14 horas diarias para convertirse en el mejor del mundo.
Además de dejarle abandonar la escuela para centrarse en su carrera en los esports, el padre de Jordan, Dave, de 49 años, también ha invertido 30.000 dólares en comprar el mejor material posible para su hijo, con el mejor monitor, PC, teclados o mesas que Crimz pudiera necesitar para competir al primer nivel.
Entre los planes de Crimz, además de alcanzar el éxito competitivo, está el "ganar suficiente dinero como para no tener que trabajar durante la mayor parte de mi vida".
Su padre, sin embargo, va más allá y quiere que Jordan se convierta en un jugador que logre fama, prestigio y beneficios económicos que algún día lleguen a los millones de dólares.
Por el momento, Crimz ha logrado clasificarse para las finales de la World Cup de Fortnite en modo Duo junto a su compañero Spadess y, según ha anunciado hace muy poco en Twitter, acaba de firmar un contrato, presuponemos que con un club de esports que se anunciará próximamente.
Como era de esperar, a raíz del artículo del Boston Globe la polémica ha comenzado a recorrer internet hablando sobre la conveniencia de que Crimz salga o no del instituto con tan solo 16 años.
Vosotros, ¿qué opináis?
