Nunca fui un aficionado a los mundos post apocalípticos. Siempre preferí la épica fantasía medieval a los futuros venideros, hasta que me enamoré de Fallout 3. Es por ello que utilizaré esta analogía para explicar lo que está sucediendo en mi barrio.
En Japón hay grandes centros de oficinas, con edificios que arañan el cielo por doquier y oficinas de diferentes formas y tamaños. Al igual que Shinjuku, Shinagawa es una zona donde predominan los grandes rascacielos de importantes empresas. Sony Computer Entertainment tiene en esa zona parte de sus cuarteles generales por ejemplo. Pues bien, si seguimos la línea Yamanote, la siguiente parada es Osaki, lugar donde resido y donde se han realizado grandes cambios urbanísticos. Sony, pero esta vez sin Entertainment, está preparando otro gran edificio de oficinas por aquí, Microsoft tiene otro. Digamos que es una zona que está empezando a tener un fuerte crecimiento, y debido a ello y su carácter céntrico se está convirtiendo también en un lugar perfecto para vivir.
Grandes edificios de viviendas de semi-lujo, con gimnasios en azoteas y grandes zonas verdes, junto al río Meguro donde la visión de los cerezos en abril es preciosa. Pues bien, desde el río Meguro hasta mi casa hay unos 200-300 metros, en los que predominan (todavía) edificios bastante viejos, fábricas que huelen a podredumbre y justo en frente de mi habitación un edificio que alberga alrededor de 20 pisos pero con sólo uno habitado (que me pongo a pensar en la persona que vive ahí sola en un edificio completamente vacío y me da un poco de canguelo).
Es un barrio agradable pero la verdad que la zona que rodea a mi casa tiene un aire un poco añejo; hasta ahora. Resulta que el gobierno japonés va a realizar un plan de modernización, así a lo bruto, y unas 5 manzanas alrededor de mi casa van a desaparecer. Mi barrio se va a convertir en el yermo, y mi casa en el único refugio habitable, el refugio 101. Otro par de edificios quedarán en pie, pero no son hogares sino una especie de almacén y el otro una oficina por lo que he podido ver. De hecho grandes fábricas, un polideportivo entero y oficinas de más de 6 pisos serán completamente derribadas, quedando mi edificio huérfano en una visión futura llena de polvo y destrucción.
Por un lado me pongo a pensar en lo bonito que quedará todo una vez terminado, completamente modernizado y con un aire más chic. Pero por otro me pongo a pensar en que quizás me pongan justo enfrente un edificio de 20 plantas que me tape las vistas que tengo ahora, las interminables obras que empiezan bien prontito por la mañana y el largo tiempo que tardarán en terminar todo, y me cambia el humor.
Sin embargo lo verdaderamente impactante de caminar por mi barrio actualmente es que parece un estado de cuarentena, y no sé si los infectados están dentro de los edificios o somos los de fuera. Que yo recuerde, en España cuando se realizaba el derrumbe de un edificio, se ponían una serie de andamios y por la parte exterior unas redes para los cascotes. Aquí en Japón también se ponen los andamios, pero después de ellos se pone algo así como una barrera de paneles blancos como podéis ver en la foto. Se tapa todo, es decir que el edificio en cuestión pasa a tener la forma geométrica de un cubo blanco. Por un lado pienso que en España eso no permitiría a los pobres ancianos jubilados visionar como es debido el trabajo que se está realizando, pero aquí la verdad es que parece que casi nadie se jubila.
Bueno como iba diciendo los edificios pasan a estar ocultos por una especie de barrera blanca que parece más un estado de cuarentena. Si a esto le añadimos que son unas cinco manzanas las que se vienen abajo, pasear por mi calle actualmente es como estar ante un enorme pasillo blanco cuyos edificios están precintados por algún tipo de alerta biológica.
Otra de las dudas que me asalta es cómo derribarán algunos de los más inmensos edificios. Al estar introducidos dentro de un cubo blanco y estar en uno de los países más modernos del mundo, me pongo a pensar que quizás de un día para otro el edificio ya no esté. Seguramente utilizarán alguno de los inventos de Capsule Corp., y el edificio entero será reducido a una cápsula en un abrir y cerrar de ojos.
Sea como sea yo ya no salgo de casa sin mi Pip Boy (gracias por la corrección), teniendo cuidado con el agua que bebo y con ojos en la espalda por si aparecen los Mutis. Por el momento sólo aparecieron un par de cucarachas y otro par de ratas topo producto de las obras, pero el peligro puede acechar en cada esquina.
