Metro 2033 posiblemente sea una de las mejores adaptaciones que se ha hecho nunca de un libro en formato videojuego. Algo que puede que no tenga demasiado mérito, ya que es un territorio todavía muy inexplorado, pero que con propuestas como esta y The Witcher hemos visto que tiene mucho potencial. Un juego de acción en primera persona con una genial ambientación y una elaborada narrativa que nos llevaba a un Moscú post-apocalíptico, y más concreto a sus túneles del metro, uno de los pocos lugares habitables de la ciudad aunque lleno de peligros y conflictos.
Desarrollado por los ucranianos 4A Games, gustó a la prensa, encantó a los jugadores, y era de esos casos en los que estaba cantado que habría una secuela más tarde o más temprano. Hace un año aproximadamente se anunció Metro: Last Light, la continuación directa de Metro 2033 y que para sorpresa de muchos no estaría basado en la segunda novela de Dmitry Glukhovsky, Metro 2034. Tendrá una historia original creada por 4A Games, lo que les dará más libertad creativa aunque siempre con el máximo respeto y manteniendo el espíritu de la obra y el mundo creado por el escritor y periodista ruso, que ha supervisado el guion. Poco después también se supo que llegaría a PlayStation 3, a diferencia del primero que solo fue lanzado en Xbox 360 y PC
Metro: Last Light se mostró por primera vez en el E3 del año pasado en una impresionante demostración, en la que aunque en su inicio podíamos ver una secuencia de infiltración, su tramo final mostraba acción frenética y muy espectacular. Desde entonces no habíamos vuelto a ver nada más del juego, y solo conocimos en el mes de febrero que su lanzamiento se retrasaba a 2013. Hace un par de semanas viajamos a Londres a un evento organizado por THQ para por fin volver a ver el juego, en una nueva demostración que se centró en aspectos diferentes de la jugabilidad respecto a la del pasado E3.
Si por aquella demo alguno pudo temer por una "callofdutyzación" de la experiencia Metro, cualquier duda queda disipada tras lo que nos enseñaron los chicos de 4A Games en esta nueva demo. Como ellos mismos nos dijeron, Metro: Last Light es algo más que un shooter, con elementos de aventura, exploración, survival horror e incluso pequeños toques de rol, sin olvidar en ningún momento un trabajado guion que motive y guie todas nuestras acciones. En esta secuela habrá muchos más momentos fuera de los túneles del metro, en la superficie de Moscú, lo que pudimos comprobar.
El protagonista seguirá siendo el del primer juego, Artyom, y la aventura transcurrirá un año después, en 2034, partiendo del final en el que calcinamos a los Oscuros. El aire sigue siendo irrespirable, pero ya se empiezan a ver los primeros rayos de sol y algún trozo de cielo, y el hielo ha empezado a derretirse. La demo comenzaba en un vagón de metro lleno de gente y vida, como cuando todo era normal, para pasar en unos segundos después a la visión actual de ese vagón putrefacto, en el Moscú de 2034. Este será un recurso que se use en más de una ocasión, ya que veremos flashback en algunos lugares de cómo eran las cosas antes del holocausto nuclear, lo que es bastante inquietante al ver el brutal contraste en apenas unos segundos.
Estamos en lo que antiguamente era una cafetería, recogemos algunos objetos, y sobre todo, la imprescindible mascara de gas. Como ocurrió en Metro 2033, la interfaz de pantalla será mínima, por lo que pudimos ver inexistente, lo que nos gusta mucho, ya que ayuda a meterse más todavía en el universo que propone el juego. Una genial iluminación y unos escenarios llenos de detalles son lo primero que nos llama la atención, hasta que nos encaminamos junto a un compañero hacia el exterior.
Al salir la luz te ciega, pese a ser escasa, y una vez te acostumbras, lo que ves es sobrecogedor. Una visión espectacular y terrorífica de un Moscú devastado, con un detalle enfermizo, y una dirección artística soberbia. Hemos disfrutado en esta generación de unos cuantos títulos de ambientación post-apocalíptica geniales, como Fallout 3 o Rage, pero en cuanto a impacto visual de la recreación de un mundo arrasado por un holocausto nuclear, parece que Metro: Last Light se llevará la palma de calle.
Un enorme avión destruido, la vegetación abriéndose paso, casi ningún edificio en pie, con todo lleno de escombros, un cielo que resulta hipnótico gracias a sus formas y colores, las extrañas nubes, rayos que lo cruzan, y de repente empieza a caer una lluvia muy bien realizada. Para salir al exterior tendremos que ir ataviados con la típica máscara de gas y el traje antiradiación, y el visor de la máscara seguirá siendo protagonista de estas secuencias, pudiéndose manchar o romper, por ejemplo es increíble lo bien hecho que está cómo las gotas de lluvia se deslizan por el cristal, o pequeñas moscas que se ponen en él dificultando la visión.
El oxígeno no será ilimitado, y como ocurría en el primer juego y su interfaz nada intrusiva, habrá que estar pendientes del reloj que llevamos en la muñeca que indica la cantidad de oxígeno que nos queda. Moscú está cobrando vida, vemos animales como pájaros, y al acercarnos a un cadáver comienzan a salir arañas de su interior. Nos adentramos en la oscuridad, en lo que queda de un antiguo edificio, y es terrorífico cómo las sombras se proyectan en las paredes manteniéndonos en tensión, haciéndonos ver cosas que no son, o sí…
Nos movemos con una linterna, demostrando su genial sistema de iluminación, y gracias al mechero podemos ir encendido una especie de farolillos que iluminan algunas estancias. Este no fue el único uso que le vimos dar, y también podremos quemar telas de araña que se interponen en nuestro camino. Tras una sección en la que estuvimos constantemente en tensión, finalmente nos llevamos un susto con una bestia se abalanzó sobre nosotros, como una especie de perro mutante, al que reventamos la cabeza con una escopeta.
Al salir al exterior vemos a decenas de estos monstruos correr por todas partes, y el cielo no nos deja de asombrar, lloviendo, con algunas nubes, pero también algo de luz, en una estampa muy bella dentro del horror que nos rodea. Nos acercamos hasta el avión que habíamos visto antes estrellado, arrancando la puerta y entrando en su interior, descubriendo a multitud de cadáveres en los asientos, en una escena muy cruda. Aquí vimos otro de esos flashback que os hemos comentado, y en él nos mostraron cómo el avión sobrevolaba Moscú justo en el momento de la catástrofe, viendo desde la perspectiva del piloto la escalofriante seta nuclear y cómo no pudieron hacer nada para evitar el accidente. Un recurso que nos parece muy interesante, y veremos cómo se explota a lo largo de todo el juego.
Al salir al exterior ya era de noche, y no es muy agradable andar por las calles de este Moscú a oscuras. Aparece una criatura voladora, como un enorme murciélago mutante, y pese a dispararle te acaba enganchando y llevándote por el aire, aunque tras unos cuantos golpes te suelta, golpeándote contra el suelo. Vimos cómo te curarás utilizando unas jeringuillas, y respecto a la munición, seguirá siendo el dinero en el mundo de Metro: Last Light, aunque parece que los tiroteos y el sistema de combate estarán mejorados. Primero por una mejor inteligencia artificial de los enemigos, y segundo porque no será tan injusto como Metro 2033 en la diferencia entre usar munición de la buena o de la barata.
Aquellos perros mutantes que vimos en manada ahora nos acechan, por más que les disparamos no dejan de venir, y acabamos huyendo a los túneles del metro. Tras bajar unas escaleras la puerta no está abierta, y tenemos que esperar a que alguien la abra desde dentro, todo estos con decenas de perros que bajan tras nosotros y tenemos que acabar con ellos mientras esperamos a que alguien nos eche una mano. Por fin se abre la puerta y tras ella aparecen unos tipos con unos lanzallamas, que arrasan con todas las bestias, acabando aquí la demo.
Nos dejó encantados esta demostración, la dirección artística es brutal, la iluminación, la cantidad de detalles de los escenarios, la pasión por los pequeños detalles como las gotas de lluvia o las moscas que se posan sobre el visor, y el crear una ambientación realmente terrorífica, algo de lo que hemos podido disfrutar poco en la actual generación de consolas. Con momentos de puro survival horror, y suena muy prometedor el que se haya incrementado el factor exploración respecto a Metro 2033, siendo menos guiado y lineal.
Lo que vimos era la versión de PC, que lucía magnífica, pero aunque en consolas no se pueda alcanzar tal nivel de detalle en las texturas y en la resolución, no dudamos que su genial ambientación permanecerá inalterable, a lo que esperamos que acompañe también una gran narrativa como la del primer Metro. Tendremos que esperar a 2013 para disfrutarlo, pero creemos que merecerá la pena, ya que con la saturación que tenemos de shooters, al menos Metro: Last Light es algo distinto, con una fuerte personalidad. Llegará a PC, Xbox 360, PlayStation 3 y Wii U, y es uno de nuestros juegos más esperados para 2013.