Que diez años después de su lanzamiento original sigamos recordando Xenoblade Chronicles como uno de los mejores JRPG que hemos jugado nunca no es casualidad. A fin de cuentas, estamos hablando de una aventura mastodóntica que lo tenía prácticamente todo y que nos hizo alucinar con la escala de sus escenarios, las originales mecánicas de su sistema de combate híbrido entre turnos y acción, su emocionante historia, su absorbente universo y su apabullante banda sonora. Una experiencia tan adictiva como única que exprimió el hardware de Wii hasta sus últimas consecuencias, dando origen a una saga que con tan solo tres juegos ya puede mirar de tú a tú a las mejores del género. Ahora que la serie es más popular que nunca, Nintendo ha decidido recuperar este clásico con una remasterización para Switch que va un paso más allá de lo que suele ser habitual y aprovecha la ocasión para introducir nuevos contenidos, pulir algunos de sus defectos y retocar sus gráficos de forma considerable.
Gameplay comentado
La remasterización de una obra colosal
Lo primero que nos gustaría aclarar es que, en líneas generales, estamos ante el mismo juego que ya pudimos disfrutar en Wii, aunque con una nueva capa de pintura y pequeños ajustes aquí y allá. Es decir, la historia, los personajes, el sistema de combate, sus escenarios y sus contenidos son prácticamente idénticos. Hasta las secuencias de vídeo son un calco en lo que se refiere a puesta en escena, dirección y uso de los planos.
Por lo tanto, volvemos a encontrarnos ante un JRPG con un desarrollo más o menos lineal y guiado por su narrativa en el que nos moveremos libremente por unos escenarios de un tamaño descomunal. En ellos encontraremos bestias de todo tipo (y de todos los niveles) con sus propios comportamientos y rutinas, ciudades pobladas por personajes únicos con los que podemos subir nuestra afinidad para conocerlos mejor y una ingente cantidad de misiones secundarias capaz de abrumar al jugador más dedicado. Estas últimas suponen el punto más flojo de todo el juego, ya que son demasiado básicas y se limitan a convertirnos en auténticos recaderos, por lo que no esperéis que se salgan del típico "mata tantos especímenes de este tipo de monstruo" o "ve allí y recoge tantas unidades de este objeto que busco".
Por su parte, el sistema de combate se basa en la realización de golpes automáticos y el uso de habilidades que necesitan un tiempo para recargarse. Lo interesante es que existen técnicas que se potencian según nuestro posicionamiento respecto al enemigo, así como otras capaces de provocar efectos especiales que podemos encadenar para derribarlos y aturdirlos, dotando a las batallas de mucho dinamismo y profundidad. Evidentemente, los enfrentamientos no se quedan aquí y van un paso más allá con mecánicas como la posibilidad de ver el futuro para poder actuar y cambiarlo, o la importancia de mantener alta la moral de nuestros compañeros para que rindan adecuadamente.
Como veis, todo se mantiene más o menos igual, aunque lo cierto es que hay una buena cantidad de pequeñas mejoras de calidad de vida que hacen que la experiencia sea mucho más accesible y disfrutable. Por un lado, se han introducido multitud de tutoriales para explicarnos sus diferentes mecánicas y sistemas, mientras que por el otro, se ha mejorado la interfaz para indicarnos cuándo se dan las condiciones para que los efectos adicionales de nuestras habilidades tengan lugar. Por ejemplo, si una técnica hace más daño al golpear por la espalda, esta se iluminará con un icono de exclamación cuando estemos situados en la retaguardia del enemigo. De igual modo, si el rival está desprotegido, ocurrirá lo mismo con los movimientos que nos permitan derribarlo cuando se encuentre en ese estado. Esto puede parecer una tontería o algo menor, pero ayuda muchísimo a la hora de hacer frente a ciertas criaturas que no tienen una forma clara (como los elementales) o que son tan grandes que se suelen mover con cierta frecuencia.
Pero, sin duda, nuestra mejora favorita la tenemos en el mapa, ya que ahora se nos indica en él, y de forma muy clara, dónde están los objetos que debemos recolectar para completar misiones secundarias. O lo que es lo mismo, se acabó eso de dar vueltas por todos lados recogiendo puntos luminosos y cruzando los dedos para que sean el ítem que necesitamos, ya que nos bastará con ampliar el mapa para saber dónde se encuentran, ahorrándonos así muchísimo tiempo y frustraciones varias.
El poder de Monado en alta definición
En lo que respecta a su apartado gráfico, decir que Monolith Soft no se ha conformado únicamente con aumentar su resolución, ya que ha mejorado y rehecho prácticamente todo para que luzca de forma similar a cualquier juego actual. Esto incluye nuevos modelados para los personajes principales, nuevas texturas, un nuevo y espectacular sistema de iluminación y condiciones atmosféricas, una distancia de dibujado mayor, un incremento del número de elementos en pantalla, etcétera.
No llega a los niveles de Xenoblade Chronicles 2, pero la mejora gráfica es más que considerable y consigue que el título luzca precioso en todo momento, reforzando la fantástica dirección de arte que tuvo el original y arreglando muchos de los sacrificios que se tuvieron que hacer en Wii (ahora las escaleras son escaleras de verdad, y no rampas con los escalones dibujados).
Eso sí, no es oro todo lo que reluce, ya que los NPC apenas han sido retocados y desentonan muchísimo, al igual que las animaciones, que son exactamente las mismas que en el original y resultan un tanto rígidas (eso sí, en las secuencias de vídeo más importantes siguen siendo espectaculares). Lamentablemente, el modo portátil tampoco da la talla y la resolución baja tanto que la imagen pasa a ser algo más borrosa de lo que nos gustaría. Es perfectamente disfrutable, pero la diferencia entre jugar en el televisor y la pantalla de la consola es más que palpable.
Por otra parte, la banda sonora ha sido regrabada en su totalidad para añadirle ligeros retoques a cada tema y que la calidad de audio sea más alta, permitiéndonos distinguir mucho mejor cada uno de los instrumentos que suenan. En nuestra opinión, estos arreglos no siempre superan a las originales (por ejemplo, no nos ha terminado de convencer cómo ha quedado un temazo tan mítico y épico como "Engage The Enemy", con una soprano que cobra ahora demasiado protagonismo y llega a unos tonos mucho más agudos que antes), aunque se incluye la agradecida opción de escoger entre las versiones de siempre y las nuevas. Es más, podemos decidir por separado cuáles queremos para los combates y cuáles para los momentos de exploración, todo un detallazo. De la misma manera, el doblaje nos llega tanto en inglés como en japonés, siendo este último muy superior, a pesar de que los subtítulos (en español) no están del todo bien sincronizados en varias escenas si jugamos con las voces niponas.
Un nuevo epílogo
Por último, no podemos cerrar este artículo de impresiones sin mencionar que se ha incluido un nuevo capítulo a modo de epílogo al que podemos acceder desde el principio. Evidentemente, si no jugasteis al original, lo más recomendable será que lo dejéis aparcado hasta terminar la aventura base, ya que en su introducción os destripará absolutamente todo lo que ocurre en la recta final y habrá un montón de cosas que no entenderéis.
En él acompañaremos a Shulk y Melia a una nueva zona situada en el hombro de Bionis, uno de los dos colosos sobre los que se asienta el mundo del juego. Sin entrar en detalles argumentales, nos tocará explorar esta nueva región para solucionar algunos problemas mientras subimos de nivel, completamos misiones y descubrimos innumerables secretos.
Por lo que hemos podido ver, el tamaño de esta nueva área es equivalente al de cualquier zona del título principal y resulta tan bonita como entretenida de investigar, con montones de desniveles, lugares a diferentes alturas y sitios ocultos que nos harán pensar para llegar hasta ellos, aunque nos ha decepcionado comprobar que la inmensa mayoría de criaturas y enemigos que nos estamos encontrando se han reciclado de la aventura original.
De igual modo, nos hemos encontrado con algunas simplificaciones en el sistema de combate que lo hacen menos divertido y profundo, a pesar de que varias de ellas están justificadas a nivel argumental. Por ejemplo, se pierden las visiones del futuro y los combos de cadena se sustituyen por un ataque especial que podemos realizar con los nopón que reclutemos para nuestra causa. Sí, ahora además de nuestro grupo de personajes jugables podremos ayudar a varios nopón para que nos echen una mano durante los enfrentamientos como si fuesen unidades de apoyo que nos curan y potencian mientras atacan. Lo malo es que actúan de forma automática, así que a nivel jugable no aportan gran cosa más allá de hacernos los enfrentamientos más sencillos. Algo parecido nos está pasando con su historia. Nos gusta ver el estado en el que se encuentra el mundo tras los hechos de la aventura original, aunque el conflicto principal no termina de captar nuestro interés, algo que esperamos que cambie a medida que sigamos avanzando.
El inminente regreso de un JRPG imprescindible
Como veis, Xenoblade Chronicles: Definitive Edition es una buena puesta al día de un JRPG imprescindible. Mantiene todo su encanto intacto y, en líneas generales, no deja de ser el mismo juego de siempre, pero su nuevo apartado audiovisual hace que la experiencia sea más inmersiva que nunca y las mejoras de la interfaz ayudan a que podamos disfrutar de un viaje mucho más agradable y menos frustrante. Y ojo, ya que sus novedades no terminan con su nuevo epílogo, pues hay al menos dos más de las que todavía no nos dejan hablar. Aun quedan un par de semanas hasta que se ponga a la venta, tiempo que aprovecharemos para explorar en profundidad sus nuevos contenidos y traeros nuestro veredicto final cuando llegue la hora de analizarlo, aunque ya os vamos avanzando que, si os gusta el género, aquí tenéis una cita a la que no deberíais faltar.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de descarga de la versión final que nos ha facilitado Nintendo.
