Kirby es un personaje que se ha ganado a pulso su hueco en el corazón de millones de jugadores en todo el mundo y no es para menos, pues lleva 30 años haciéndonos disfrutar con sus numerosas aventuras de plataformas y spin-off, títulos que suelen mantenerse en el notable, que son fieles a su propio estilo y con los que hemos vivido auténticos momentazos. Sumadle el enorme carisma de la propia bola rosa y la personalidad que derrocha su mundo, así como unas bandas sonoras excelentes que seguimos tarareando con asiduidad, y entenderéis el cariño que le tenemos a la saga.
Tras un discreto estreno en Switch con Kirby Star Allies que distó de ser uno de sus mejores juegos, ahora nuestro glotón favorito regresa con fuerzas renovadas para ofrecernos la que es desde ya su aventura principal más ambiciosa hasta la fecha, Kirby y la tierra olvidada, una obra que llegará a las tiendas el próximo 25 de marzo en exclusiva para la híbrida de Nintendo y que en Vandal ya hemos tenido la suerte de probar para traeros nuestras primeras impresiones con él tras superar su primer mundo.
Gameplay comentado
A continuación podéis ver nuestro gameplay comentado, en el que os mostramos el juego en acción y os contamos qué nos está pareciendo en sus primeras horas:
El excelente salto a las 3D de Kirby
Así pues, volvemos a encontrarnos con un nuevo Kirby que sigue de la cabeza a los pies lo que sería la fórmula habitual de la saga: una odisea de plataformas en la que debemos avanzar por una serie de niveles lineales buscando secretos, absorbiendo enemigos para copiar sus poderes y luchando contra cualquier cosa se nos ponga por delante. Todo ello con una dificultad muy asequible, un ritmo de la acción muy ágil y bien medido, una fantástica y colorida dirección de arte y una banda sonora alegre y muy animada repleta de temazos.
Sin embargo, hay una gran diferencia: esta vez nos movemos en 3D. Sí, nuestro orondo héroe ha dado el salto a la tercera dimensión, algo que nos está pareciendo que le sienta de fábula y que ayuda a aportar frescura a una serie que siempre ha sido de desarrollo lateral o 2,5D. Lo primero que nos llamó la atención al ponernos a los mandos es lo increíblemente bueno que es el control del personaje: fluido, dinámico y extremadamente preciso.
Mover a Kirby por estos entornos es un auténtico gustazo tanto por lo bien que responden los controles como por sus maravillosas animaciones, consiguiendo crear una jugabilidad muy orgánica en la que vamos encadenando una acción tras otra casi sin darnos cuenta, lo que resulta deliciosamente satisfactorio y mantiene la esencia de la serie a pesar del cambio de perspectiva. Esto es algo que también se aplica a todos los poderes con los que nos hemos encontrado, los cuales mantienen todos sus movimientos característicos, mientras que los nuevos están especialmente orientados a sacarle partido a las posibilidades tridimensionales que trae consigo esta entrega.
Es más, se ha añadido la posibilidad de esquivar, una maniobra que si usamos en el momento exacto en el que vamos a recibir un golpe nos permitirá ralentizar el tiempo durante unos instantes para ejecutar un rápido contraataque, algo que en la práctica resulta muy espectacular y gratificante. Todavía no nos hemos encontrado con ninguna batalla que nos haya obligado a sacarle partido a esta mecánica, pero sí que le vemos mucho potencial de cara a lo que nos espera en sus contenidos más avanzados.
Un detalle que conviene destacar es que la cámara no la podemos controlar, así que siempre se posiciona en sitios fijos y va siguiendo la acción desde unos ángulos preestablecidos, algo que solo cambia a la hora de hacer frente a los jefes, donde se sitúa justo detrás de nosotros, pero centrada en el enemigo principal para que nunca lo perdamos de vista. Gracias a esto, el equipo de desarrollo ha podido jugar mucho con la perspectiva para esconder secretos y caminos ocultos de maneras muy inteligentes que solo detectaremos si nos fijamos con detenimiento en los entornos.
Hablando de su diseño de niveles, las fases siempre buscan aprovechar la nueva tridimensionalidad de la jugabilidad para crear nuevos tipos de situaciones que antes no eran posible o al menos no de la manera en la que aquí se hace, lo que consigue crear una experiencia más variada en la que siempre nos están proponiendo nuevos retos y mecánicas para que nunca nos aburramos y tengamos que usar todos nuestros poderes para interactuar con determinados elementos del escenario. Tan pronto estaremos avanzando por un camino esquivando rocas gigantes y escondiéndonos en los huecos del camino que resolviendo puzles para encontrar el camino por un laberíntico centro comercial o luchando por nuestras vidas en una encerrona con múltiples rivales.
Además, cada pantalla tiene varios objetivos secundarios que tendremos que cumplir para completarlas al 100% y rescatar a todos los Waddle Dees encarcelados por la Jauría, un grupo de animales salvajes que hacen de enemigos principales en esta nueva historia. En todos los niveles hay varios de ellos ocultos por el escenario, pero para salvar al resto tendremos que hacer cosas como derrotar a un jefe sin recibir daño, dar con una ruta secreta o encontrar cinco tulipanes.
Los objetivos a cumplir varían de una fase a otra y la primera vez que entremos en ellas estarán ocultos, aunque podremos leer su descripción si completamos la tarea que nos pidan o una parte de la misma. Adicionalmente, también nos revelarán una misión que no hayamos descubierto cada vez que superemos la pantalla. A pesar de que estamos explorando a fondo, rara vez hemos completado una pantalla en su totalidad en la primera vuelta, lo que nos ha obligado a darle una segunda pasada a más de un nivel para hacer algo que se nos había pasado por alto o que no conseguimos deducir previamente, por lo que parece que no va a faltar un componente de rejugabilidad muy goloso para los jugadores más dedicados.
¡A transmorfosearse!
Todo este dechado de virtudes del que os estamos hablando se ve reforzado por dos novedades muy interesantes: la transmorfosis y la posibilidad de mejorar nuestros poderes. Lo primero es una nueva habilidad de Kirby que le permite meterse ciertos objetos en la boca y controlarlos, como una máquina expendedora de bebidas, un cono y hasta un coche. Al hacer esto la jugabilidad de nuestro rosado héroe cambia por completo (por ejemplo, con casi todas ellas perdemos la capacidad de volar), algo que el diseño de niveles tiene en cuenta para crear secciones jugables únicas en las que podamos sacarle todo el partido. Por lo general, las pocas transmorfosis que hemos podido probar nos han parecido muy divertidas, hacen el desarrollo de la aventura más variado y dinámico y están muy bien integradas con el resto de elementos del juego. A destacar especialmente la forma de coche, cuyos controles y físicas nos han sorprendido por lo tremendamente buenos que son, haciendo que conducir mientras arrasamos todo a nuestro paso sea inesperadamente satisfactorio.
Por otra parte, la mejora de poderes nos permitirá evolucionar nuestras habilidades de copia para hacerlas más potentes y alterar sus propiedades, modificando en algunos casos notablemente la forma de usarlas, diversificando todavía más la jugabilidad e impidiendo que se estanque. Eso sí, para mejorarlas tendremos que encontrar los planos ocultos que hay en varias pantallas y pagar las monedas y piedras que nos pidan. Las monedas las conseguiréis casi sin daros cuenta a medida que juguéis y exploréis, mientras que las piedras os obligarán a superar una serie de niveles opcionales llamados "Rutas del Tesoro". En realidad, se tratan de pruebas muy breves a contrarreloj en las que debemos demostrar nuestro dominio con los poderes y las transmorfosis que nos especifiquen. Completarlas no os costará demasiado ya que el tiempo que nos dan suele ser muy flexible, aunque si nos proponemos batir las marcas objetivo que el desafío aumenta considerablemente. No hemos necesitado muchos intentos para conseguir los récords, pero sí que los hemos hecho por apenas décimas de segundo, lo que demuestra cierto nivel de exigencia que nos ha llevado a jugar en serio.
Hablando de exigencias, todavía es un poco pronto para deciros cómo de fácil es la aventura. Jugando en el nivel de dificultad más alto de los dos que nos dieron a escoger no hemos estado ni siquiera cerca de llegar a morir ni una sola vez y las fases nos están pareciendo poco más que un paseo. Eso sí, un paseo muy divertido y entretenido con una jugabilidad impecable que siempre nos está proponiendo nuevas situaciones e incentivándonos a explorar a fondo. Incluso el primer gran jefe, a pesar de no habernos llegado a tocar, hace gala de unos patrones muy interesantes y bien estudiados que nos han regalado una batalla muy espectacular y satisfactoria que nos permite entrever el potencial que tiene el título a medida que las cosas se vayan complicando.
Curiosamente, la parte que menos nos está convenciendo la tenemos en su multijugador cooperativo. ¿Los motivos? La cámara sigue únicamente a Kirby (algo que puede resultar muy frustrante, especialmente en jefes), no hay opciones online, el segundo jugador solo puede usar a Waddle Dee Pañuelo cuya única habilidad es la lanza (perdiéndose así la variedad de poderes marca de la casa y las secciones de transmorfosis) y por si fuese poco las Rutas del Tesoro no se pueden jugar en compañía. Agradecemos que este tipo de propuestas añadan la posibilidad de compartir la aventura con alguien, pero en este caso se trata de una característica que podría estar muchísimo mejor implementada.
Una aventura preciosa
Otro de los puntos fuertes del título lo tenemos en su apartado audiovisual. Independientemente de si juegas en portátil o sobremesa, el juego se ve y rinde de lujo, moviéndose con una suavidad y fluidez exquisita a la par que nos regala unos modelados muy trabajados, unos escenarios repletos de detalles, unas animaciones impecables y hasta hemos llegado a ver alguna que otra textura que nos ha sorprendido por su calidad. Todo ello acompañado por una dirección de arte muy llamativa que es capaz de plasmar en pantalla escenarios de corte posapocalíptico con un aspecto bastante colorido e incluso adorable. A destacar también sus casi inexistentes tiempos de carga, los cuales apenas pasan de los dos o tres segundos.
Pero si algo nos tiene completamente enamorados de este nuevo Kirby es su banda sonora, una de las mejores y más pegadizas que hemos escuchado en los últimos años. Las composiciones son tan alegres y animadas como podéis imaginar, acompañan a la perfección todo lo que vemos en pantalla, la orquesta le da un toque de calidad increíble y hasta se permite el lujo de introducir un tema vocal. En definitiva, un juego capaz de transmitir solo con su música un "buen rollo" difícil de describir que os hará jugar con una sonrisa de oreja a oreja en la boca mientras seguís inconscientemente el ritmo con el pie.
Kirby vuelve a lo grande
Todavía es muy pronto para entrar en valoraciones, pero si algo os podemos asegurar es que nos lo estamos pasando genial con Kirby y la tierra olvidada. Una aventura de plataformas 3D muy cuidada, bien diseñada, variada, con muchísimo encanto, con una jugabilidad prácticamente perfecta y que apuesta por la diversión directa y sin complicaciones. Y para rematar, trae consigo novedades muy interesantes que aportan frescura a la saga al mismo tiempo que respetan su esencia más pura. ¿Estará a la altura de sus mejores entregas? En unas semanas, cuando lo hayamos completado al 100% y os traigamos su análisis, podremos responderos a esta pregunta, pero ahora mismo desprende tantísimo buen hacer que nos invita a mostrarnos muy optimistas con todo lo que nos aguarda en lo que parece que será un maravilloso y divertidísimo viaje.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de descarga de la versión final que nos ha facilitado Nintendo.
