Durante la pasada edición del E3 2013, Sony anunciaba "The Order: 1886", un juego exclusivo para PlayStation 4 que estaba siendo desarrollado por el estudio Ready at Dawn. El título nos traslada de lleno a un Londres "alternativo" del siglo XIX. Y decimos que es un Londres alternativo porque nos cruzamos con varios elementos inusuales, pero con los típicos escenarios y vestimentas de aquella época.
La historia gira alrededor de un grupo de caballeros que se encargan de mantener el orden frente a los enemigos, que son una mezcla entre hombres y animales. Durante los últimos siglos se ha ido desarrollando esta especie de ser, que es numéricamente inferior a la raza humana, pero que hace alarde de una fuerza y resistencia mayor. Es ahí donde entra en juego el Rey Arturo y sus caballeros, quienes siglos atrás decidieron entrar en guerra contra esos híbridos entre humanos y monstruos. La batalla debería parecer equilibrada en un primer momento, pero no lo es, ya que los enemigos comienzan a dominar pronto. En el momento en el que estalla la Revolución Industrial, la raza humana tiene más posibilidades de controlar la situación, gracias a nuevos inventos y al desarrollo de la tecnología, elemento que veremos reflejado en las armas del juego.
Finalmente, en 1886 estalla una revolución social de la clase media-baja contra los más adinerados y los caballeros defenderán a los altos miembros de la alta sociedad. Entre los personajes que nos acompañan en la aventura contamos con Lafayette, Isabeau, Sebastian Malory y Sir Galahad, siendo éste último el que manejamos durante toda la aventura. A pesar de que Galahad se convierta en el protagonista absoluto, los responsables del estudio Ready at Dawn nos comentan que durante la historia, los demás personajes jugarán un papel relevante y nos ayudarán a ir conociendo fragmentos de la historia en general. Además, habrá momentos en que no contemos con su apoyo y tengamos que avanzar de manera individual.
En la primera demo jugable que hemos podido probar, que se desarrolla durante el capítulo tres, "Desigualdades", tenemos la oportunidad de apreciar un ambiente bélico en las calles de Londres, abarrotadas de barricadas. Esta parte de la historia es una continuación de lo que el estudio mostró el pasado mes de febrero. El juego está repleto de anacronismos, con elementos característicos de la etapa victoriana, pero con armamento futurista que va desde las simples escopetas y ráfagas de metralleta, hasta otros artilugios capaces de disparar una especie de carga eléctrica.
La mecánica del juego es sumamente sencilla: el estudio quiere que nos centremos en la acción en todo momento y la jugabilidad nos recuerda un tanto a lo visto en la saga "Uncharted", al poder ocultarnos en un elemento del escenario, salir y disparar directamente al enemigo. En una primera parte de esta demo nos encontramos en un combate cuerpo a cuerpo con los enemigos. Nuestro grupo de caballeros dispara desde la calle a los rivales que se encuentran en edificios medio derruidos. Apuntar, disparar y acertar en el blanco es una tarea sencilla, pero debemos darnos prisa, ya que los híbridos no dejarán de aparecer por diferentes partes. Es importante familiarizarse con la técnica de ocultarse y disparar para poder seguir adelante. En el momento en el que veamos que el bando rival comienza a superarnos es recomendable lanzarles una ráfaga de metralleta, que acabará rápidamente con más de una persona al mismo tiempo: iniciará una especie de incendio que acabará en un estallido. Recorreremos el escenario entre los caídos para hacernos con más munición.
Toda la acción transcurre en tercera persona. En el momento en que disparamos, la cámara pasa a situarse detrás de nuestro hombro y en la parte inferior derecha de la pantalla vemos reflejada la munición que va quedando al disparar el "rifle thermite". Este rifle representa la estrategia del estudio: estamos ante un arma antigua a la que se le han añadido elementos futuristas. En el momento en el que estamos protegiendo al caballero que ha caído en el suelo, la cámara se traslada a un contrapicado que nos ofrece una visión mejor a la hora de disparar, pero que aumenta la tensión. Los momentos de recarga son rápidos y no interrumpen la historia en ningún momento. Observamos que el estudio de desarrollo ha realizado un gran equilibrio entre los quick time events, el juego en sí y la historia. En el pasado hemos tenido entre nosotros decenas de casos en los que se ha abusado del elemento de los "quick time events", pero en "The Order: 1886" se ha sabido buscar el balance apropiado: estos se producen de manera natural, dentro del flujo de la historia.
Después del primer enfrentamiento, uno de nuestros compañeros cae al suelo y nuestra misión es acercarnos a él y cubrirle mientras le arrastramos. En ese momento dispararemos con una pistola a los enemigos que vayan apareciendo por el balcón de uno de los edificios. Hay que tener cuidado, porque en nuestra demo uno de ellos sale con una granada en la mano y si no acabamos con él primero y rápidamente, la lanzará y habremos fallado. Esto no ocurre siempre, ya que cuando volvemos a ese mismo punto, los enemigos simplemente portan diferentes pistolas.
Cuando conseguimos retirarnos a un lugar más seguro, vemos que uno de los caballeros se toma una especie de poción que le ayuda a regenerarse. Se trata del "Agua Negra", según nos cuenta Ready at Dawn, un líquido místico que misteriosamente alarga sus vidas y les dan habilidades de reparación de daños. En este momento de calma, Galahad se encarga de explorar la habitación a la que acabamos de llegar y vemos que podemos interactuar con elementos. Nos encontramos con una fotografía con un escrito que ayuda a completar la historia en general. Vemos que la puerta de salida está bloqueada por una caldera: acoplamos una mina en ella de nuestro rifle y la hacemos saltar por los aires.
Hasta este momento apreciamos una riqueza en los gráficos y los efectos visuales, así como en las físicas de los escenarios, ya que algunas partes son destructibles. Pero lo que más llama la atención es la iluminación, que nos adentra de lleno en un Londres bélico y victoriano, con elementos góticos. Un ambiente oscuro, que combina lo real con lo fantástico, y que ayuda a acentuar la situación en la que nos encontramos. Las expresiones de los personajes perfeccionan el marco de acción: el título ha sido rodado con captura de movimiento y desde el estudio nos confirman que cada rostro ha sido rodado con un actor posicionado frente a cámara: "todo el movimiento del rostro del actor se traduce directamente en el videojuego".
En la segunda parte de acción, en la que queremos dirigirnos al Hospital Real, vivimos un momento inesperado en el juego: la acción se ralentiza y todo transcurre a cámara lenta (elemento ya explorado en otros títulos). En estos instantes nuestro personaje apunta automáticamente y con que apretemos el "gatillo" (el mando) el enemigo cae al suelo directamente (sí, también a cámara lenta). Una herramienta de gran utilidad que activamos presionando L1 cuando nos ataque un número elevado de enemigos al mismo tiempo. Después de unos segundos de subida de adrenalina pura, volveremos al ritmo normal del juego, a sus 30fps. Si activamos esta opción, tenemos la posibilidad de ir alternando con el gatillo al enemigo al que queremos apuntar, ya que habrá alguno que se acerque más rápidamente que otros. Tras este momento, tomamos un monóculo que podemos manejar para ver más de cerca el edificio al que nos estamos dirigiendo. Éste elemento de tecnología en "The Order" ya fue mostrado en la demo del pasado mes de febrero.
La demo finaliza con nuestra compañera Isabeau cayendo al suelo, abatida por el enemigo, y con la intriga de qué le ocurrirá. Para ello tendremos que esperar a que el estudio nos deje probar nuevas demos o tal vez tengamos que ser más pacientes hasta su lanzamiento oficial en exclusiva para PlayStation 4 a principios de 2015. La historia, las mecánicas de jugabilidad, los entornos, los gráficos y los momentos de acción combinados con las cinemáticas dejan el listón bien alto. "The Order: 1886" se perfila como un juego digno de la nueva generación.
