Análisis de The Order: 1886 (PS4)
En el siguiente enlace podéis ver múltiples vídeos capturados directamente del juego: Vídeos de la jugabilidad
Siempre hablamos de que la generación de PlayStation 3 y Xbox 360 ha sido, entre otras cosas, la de la popularización del juego online en el salón de los hogares, y algunos de los títulos más importantes de estas consolas, como Gears of War, Call of Duty 4: Modern Warfare y Uncharted 2: El Reino de los Ladrones, han acostumbrado a los jugadores a ofrecerles no solo un modo historia o campaña para un jugador divertido y espectacular, sino también un completo multijugador, al que estar enganchados durante semanas o meses.
Quizá por eso viene la polémica de los últimos días sobre la duración de The Order: 1886, no porque su historia sea más corta de lo habitual (está más o menos en la media de cualquier juego de acción en tercera persona, incluso un poquito por debajo), sino más bien porque no ofrece ningún aliciente una vez te lo has terminado, ni multijugador, ni modo horda ni ningún otro extra. Tecnológicamente de nueva generación, ya que tiene los mejores gráficos que hemos visto nunca en un videojuego, pero curiosamente en intenciones y contenidos más propio de la generación de los 128 bits de PlayStation 2, cuando nadie le pedíamos a una aventura un modo multijugador u otro tipo de aliciente.
Estamos ante una aventura de acción en tercera persona muy cinematográfica, con una fuerte carga narrativa, llena de cinemáticas y quick time events, y unos buenos tiroteos, divertidos y solventes, que sin ser de lo mejor que hemos visto en el género, funcionan perfectamente.
Esta mezcla de acción, vídeos y QTE quizá a alguno de vosotros no os suene demasiado bien, pero está muy bien resuelta, y casi nunca las situaciones se alargan más de la cuenta o se exceden con la duración de las cinemáticas, todos los elementos están bien dosificados para que la experiencia sea siempre entretenida.
Uno de sus mayores puntos fuertes son sus gráficos, tanto por lo técnico como por lo artístico, y aunque en otros juegos es algo a lo que no le solemos dar más importancia de la cuenta, en The Order: 1886 son una parte fundamental de la experiencia, ya que el impacto visual que producen es innegable, y es quizá el primer juego que demuestra de verdad de lo que son capaces las nuevas consolas. Para que os hagáis una idea, es algo similar a lo vivido con Gears of War en 2006, un juego que puso en valor a la llamada por entonces nueva generación.
¿En qué falla The Order: 1886? Pues en contar con una propuesta jugable demasiado convencional, que no sorprende en ningún momento, con unos tiroteos que siendo el ingrediente principal de la propuesta, y aunque están bien resueltos, son demasiado planos y no evolucionan en ningún sentido a lo largo del juego. Pocas armas diferentes, escasa variedad de enemigos, falta de situaciones ingeniosas o desafiantes, solo nos consiguen poner en aprietos por acumulación de rivales, no por su inteligencia o destreza. Y los pequeños elementos que se incluyen para aportar variedad jugable, un par de minijuegos de abrir cerraduras y algún tramo de sigilo, no son demasiado brillantes que digamos.
En cualquier caso The Order: 1886 se disfruta de principio a fin, es un juego entretenido e interesante en todo momento que no da lugar al aburrimiento, en parte por lo condensada e intensa que es su propuesta, unas 7 o 9 horas dependiendo de la dificultad elegida y la destreza del jugador. Si os gustan las aventuras con una gran ambientación y una historia muy cuidada, los juegos de acción en tercera persona con sistema de coberturas, y unos gráficos que te dejen boquiabierto a cada momento, seguro que vas a disfrutar The Order: 1886, aunque debes de saber que es un juego corto y muy poco rejugable.
Londres como nunca antes lo habías visto
Ready at Dawn han creado para la ocasión un universo original y fascinante, una versión alternativa del Londres victoriano que tan de moda se va a poner este año gracias a este y otros juegos (Bloodborne, Assassin's Creed Victory), mezclando a la perfección elementos fantásticos como hombres lobo y bebidas milagrosas, con acontecimientos realistas o históricos, con personajes como el Marqués de La Fayette o el científico Nikola Tesla, y otros que seguro os van a sorprender. Un trasfondo y una premisa argumental que cuanto menos conozcáis mejor, ya que nosotros llegamos bastante vírgenes al juego en cuanto a información sobre su historia se refiere, y nos han sorprendido algunas de las ideas que propone.
Solo os vamos a contar que controlamos a Sir Galahad, un caballero de una antigua orden de soldados que lleva siglos combatiendo a los híbridos, unas criaturas que amenazan a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Nuestro deber será combatir por las calles de Londres una revolución, que como suele ocurrir en este tipo de historias, no todo es como parece. El argumento es interesante, se desarrolla bien y está bien escrito, pero de manera extraña en la recta final del juego se cierra todo de manera abrupta, dejando demasiados cabos sueltos y un regusto amargo. Da la sensación de que la magnitud del juego iba a ser mucho mayor y que finalmente sacaron la tijera para finalizarlo, porque no se corresponde lo bien que se desarrolla el argumento en los primeros capítulos, con la manera precipitada en la cierran el juego.
La historia se nos cuenta a través de un gran número de cinemáticas, casi nunca demasiado largas, y en algunos casos interactivas, mediante quick time events, secuencias en las que tenemos que pulsar un botón concreto, aporrearlo o incluso mover el stick derecho en una dirección concreta para después pulsar un botón. A estas alturas quien más o quien menos está un poco cansado de este recurso, pero hay que admitir que dentro de lo que cabe en The Order: 1886 está bien resuelto, y los quick time events intentan ser variados e incluso cuentan con diferentes soluciones si fallamos un botón.
Además de cinemáticas y QTE, el elemento principal de la jugabilidad son los tiroteos, los clásicos de cualquier juego de acción en tercera persona con coberturas, que funcionan muy bien y siempre son divertidos. Podemos llevar siempre un par de armas a la vez, de una y dos manos, dos tipos de granadas –de humo y de fragmentación-, y no tenemos demasiada variedad ni originalidad en el armamento, algo que se podría haber explotado un poco más en un universo fantástico. Las más sorprendentes son un rifle de rayos, que deja fritos a los enemigos, y el fusil termita, la más original y divertida, con la que con un botón disparamos nubes de polvo inflamable, y con otro bengalas para prender fuego a las nubes. Una pena que la utilicemos en pocos momentos del juego.
Hay poca variedad de enemigos, teniendo además de los básicos, los escopeteros que vienen hacia nosotros o los blindados que lanzan explosivos, y esto sumado a la poca variedad de armas hace que en el tramo final esté a punto de hacerse repetitivo, aunque lo evita, ya que nunca nos plantean escenas de acción demasiado largas. Sin querer hacer spoilers, es una pena que se desaproveche casi por completo la posibilidad de incluir diferentes tipos criaturas fantásticas para aportar variedad jugable, o incluso verdaderos jefes finales que nos pusieran en aprietos. Además de todo esto podemos usar una especie de tiempo bala para disparar a varios enemigos a cámara lenta cuando hemos rellenado una barra, que aunque espectacular no nos parece demasiado útil o que haga más rica la jugabilidad.
El resto de elementos que se incluyen para aportar variedad, como un par de minijuegos para abrir cerraduras, o las escenas de infiltración, no suman demasiado al conjunto. De hecho la gran escena de sigilo que incluye resulta un tanto molesta por su rigidez, ya que si nos ven no podemos rectificar, nos matan al instante y tenemos que repetir, algo un tanto anticuado. Por suerte solo hay un par de momentos de infiltración a lo largo del juego, y los minijuegos de cerraduras se resuelven rápidamente y no llegan a molestar.
Pero como hemos mencionado antes no queremos separar el apartado técnico de la experiencia, ya que The Order: 1886, para los que llevamos muchos años en esto y hemos vivido multitud de saltos generacionales, tan solo por su brutal espectáculo gráfico ya se disfruta, es toda una experiencia. Mucho se ha puesto en tela de juicio la potencia de las nuevas consolas, diciendo incluso que es el menor salto generacional de la historia, pero este juego va a hacer que se replanteen todos estos debates.
Es como estar jugando a una CG –de las buenas- todo el rato, no hay diferencia de calidad entre las cinemáticas y la acción, y la experiencia no puede ser más sólida y rotunda. No hay tiempos de carga, no hay defectos gráficos de ningún tipo, la tasa de imágenes por segundo es totalmente estable en todo momento -30fps-, la dirección artística es soberbia, con un tratamiento de la imagen que nos encanta, efectos gráficos de todo tipo como la iluminación muy conseguidos, y unas animaciones perfecta, hacen que estemos ante un auténtico espectáculo, que veremos quién es capaz de superar.
Por criticar algo, las animaciones faciales no son las mejores que hemos visto en un juego, y las bandas negras en la parte superior e inferior de la pantalla, lejos de una intención artística, nos parece que están para ahorrar píxeles en pantalla. Dicho esto, una vez que te metes en acción te olvidas de ellas, como cuando ves una película en casa, aunque entendemos que hayan sido criticadas y a muchos jugadores les puedan molestar, hubiera sido mejor no tenerlas claro.
El sonido acompaña a la perfección como en todas las grandes producciones de Sony, con un doblaje al castellano prácticamente intachable (nos sigue molestando mucho que juegos como este no incluyan en el menú de opciones la posibilidad de poner las voces en inglés), y una banda sonora muy buena, que se mimetiza con las imágenes y la acción, aunque es cierto que no deja ningún tema para el recuerdo. Hay un detalle que nos ha sorprendido que hayan pasado por alto, y es que uno de los coleccionables que recogemos, unos periódicos, solo han subtitulado en español el titular, y del resto del texto en inglés si no conoces la lengua no te vas a enterar.
Acción de cine en tu PlayStation 4
The Order: 1886 ha dado y va a dar mucho que hablar en los próximos días, ya que ha roto con algunas de las convenciones recientes de los juegos de acción, como es aportar valor añadido más allá de la campaña para un jugador. Es un juego que en menos de 10 horas puedes haber conseguido perfectamente todos sus trofeos y haberlo visto absolutamente todo, y eso en unos tiempos en los que los grandes triple A apuestan por venir cargados de contenidos y grandes modos multijugador, es cuanto menos arriesgado. No es algo nuevo para Sony, juegos como Beyond: Dos almas apuntan en la misma línea, experiencias breves pero intensas, el concepto del cine llevado al videojuego.
Si te gustan las aventuras que apuestan casi por partes iguales por la acción y la narrativa, y tienes ganas de ver de lo que es capaz tu PlayStation 4, es complicado encontrar un título mejor que este, que pese a sus carencias se disfruta de principio a fin, aunque acabe demasiado pronto.