Tras los recordados Budokai Tenkaichi de la época de PlayStation 2, los fans han pasado unos años un tanto desilusionantes con los juegos de Dragon Ball Z. La subsaga Raging Blast nunca llegó a cumplir las expectativas, mientras que el último juego lanzado, Battle of Z, recibió más críticas que nunca. Tan solo Ultimate Tenkaichi se salvó de la quema, precisamente por seguir una fórmula que este Dragon Ball Xenoverse intenta recuperar. Hemos probado una versión casi final del título en PlayStation 4, y parece que el estreno de Dragon Ball en la nueva generación (también tiene versiones para PS3 y Xbox 360) puede dejar bastante contentos a los fans de Toriyama. Si se parece a alguna saga de Dragon Ball es precisamente a Tenkaichi, pero quizás lo que más debe interesar a los jugadores es la historia que propone.
Este 2015 se cumplen 20 años desde que Toriyama puso punto y final al manga, lo que no ha sido impedimento para que hayan ido creciendo, en número y edad, los fans de una saga que a muchos les hizo descubrir el tebeo japonés, e incluso su cultura. La historia de Goku y compañía se ha narrado hasta la saciedad en juegos de lucha, aventura e incluso rol, sus seguidores se la saben de carrerilla, OVAs y episodios televisivos de relleno incluidos, y Xenoverse nos propone enderezarla. Con la excusa de una malévola y extraña fuerza, deberemos crear a nuestro propio guerrero para intervenir en los momentos cruciales de la historia de Dragon Ball y devolverla a su cauce.
Creando a nuestro propio guerrero
La premisa es interesante y gustará a los seguidores, porque está constantemente contándonos un "qué pasaría si…", para a continuación hacernos intervenir para que todo sea tal y como lo hemos recordado durante dos o tres décadas. Tras unas batallas de introducción en las que Goku lucha contra Freezer, Célula y Buu, nos damos cuenta de que algo no va bien y de que una especie de fuerza maligna y violácea se apodera de los enemigos dotándoles de mayor poder. La respuesta a esta amenaza es una fuerza multitemporal y multidimensional liderada por Trunks, a la cual nuestro personaje acude como recluta tras ser invocado por Shenron.

El juego nos propone crear a nuestro propio personaje y hacerlo evolucionar en fuerza y habilidades, permitiéndonos elegir entre cinco razas del universo Dragon Ball: los humanos, equilibrados en habilidades, los saiyan como Goku o Vegeta (mucho ataque, poca vida), los namekianos como Piccolo (mucha vida), los de la raza de Freezer (mucha velocidad) y los Majin como Buu (mucha defensa). Escogiendo nuestro personaje y su género (cuando se permita) podremos configurarlo eligiendo entre una serie de peinados, colores de piel, caras, bocas, narices y orejas para que sea a nuestro gusto. Es cierto que no hay demasiadas opciones de personalización (entre 4 y una docena por atributo), pero todo personaje que perfilemos parece hecho por el propio Toriyama, como si hubiesen cogido las narices, ojos y orejas de todo el repertorio que ha aparecido de Dragon Ball y hubiesen individualizado esos elementos para que los podamos combinar como queramos.

El resultado es un novato que tendrá que entrenar primero con Trunks, para luego familiarizarse con los rudimentos del juego. Contamos con una especie de ciudad flotante, muy parecida a la casa de Dios en la Tierra, desde la que podemos acceder a las misiones y otros elementos del juego, hablando con personajes no jugables y también con otros jugadores conectados al modo online, con un sistema de emoticonos, expresiones y chats abreviado que recuerda al del clásico Phantasy Star Online, para facilitar la comunicación entre jugadores de todas partes del mundo.