Tras filtraciones, Electronic Arts y Visceral han sorprendido a la industria con el lanzamiento inmediato de una beta durante su conferencia en el E3. Sin que nadie lo esperaba, esa misma noche se veían jugando a la prueba multijugador, que nos ofrece un primer contacto con lo que el estudio prepara para tomar el relevo de Battlefield 4, tras el sabor agridulce que ha dejado éste por sus problemas técnicos. Battlefield Hardline cambia de manera radical la temática de la saga, algo que puede sentarle bastante bien con tanto shooter clónico.
Un cambio temático
Lo que más llama la atención en un primer momento, obviamente, es el cambio temático. Relatado como si de un telediario se tratase, nos embarcamos en los primeros pasos de esta aventura. Si venís habituados de los anteriores juegos, cambiar los trajes de combate por ladrones un tanto prototípicos y policías algo menos preparados, además de los vehículos cotidianos de los de los cuerpos de seguridad. El cambio, como decimos, es casi totalmente estético, ya que a la hora de ponerle las manos encima, veremos que la esencia jugable no ha cambiado demasiado.
Los modos, Blood Money y Heist, son variaciones de modos clásicos, como capturar la bandera o tomar el control de una base. En el primero tenemos que conseguir tanto dinero como podamos e intentar llevarlo al punto de control de nuestro equipo. Cuanto más tiempo permanezcamos "cogiendo" dinero, más cantidad llevaremos encima. Obviamente, estando ahí quietos, es más fácil que nos maten que si huimos rápidamente de este punto. En el segundo, tenemos que recuperar bolsas de dinero y llevarlas a la base. Esto será si jugamos como ladrones, ya que como policías la idea será evitarlo, aunque a la hora de la verdad las mecánicas son bastante similares con un bando u otro.

El cambio visual también lo vemos en las clases. Éstas son Mechanic, Professional, Enforcer y Operator, aunque tampoco hemos notado un gran cambio, quizás porque necesitamos más tiempo y más nivel –la beta está limitada al 10– para empezar a ver cómo se diferencian de las de Battlefield 4. Sí que vemos un énfasis importante en la personalización de las armas, que desde el primer momento puede desbloquearse y modificarse con dinero virtual que ganamos compitiendo, y que puede ser clave para que cada usuario se ajuste un personaje acorde a sus gustos.
Tomando la calle
El primer contacto con el juego es, sin duda, divertido. Montarnos en la moto, coche, furgoneta o incluso helicóptero de turno y salir disparados hacia donde se concentra la acción es una gran manera de arrancar cada combate. Atropellar con el coche o disparar con él, en plan pandillero o patrulla, de manera frenética y con acción a raudales, es un primer impacto genial, que nos anima bastante a meternos en faena.

Las primeras partidas transcurren con normalidad, adaptándonos al nuevo entorno y sus posibilidades. Vemos algunos detalles interesantes, como que, por ejemplo, si controlamos a un policía y atacamos a un enemigo por la espalda con un ataque cuerpo a cuerpo no lo matamos, sino que lo detenemos y esposamos, dejándolo noqueado en el suelo, pero contando como una muerte. Nos vamos familiarizando con el único nivel disponible, bastante pequeño para la extensión que vimos en Battlefield 4, aunque con multitud de alturas y escondites que dan juego a la hora de diseñar una estrategia.
Nos ha llamado la atención también que una partida puede acabarse en muy poco tiempo, nos 3 ó 4 minutos, si un equipo es lo suficientemente rápido como para, por ejemplo, robar todo el dinero necesario y huir con él. Suponemos que esto es parte del cambio, aunque la mayoría de las partidas se acercan más a los 15 minutos de duración.