Análisis de Battlefield Hardline (PS4, Xbox One, PC, PS3, Xbox 360)
El debut de en la nueva generación de Battlefield, la ya mítica saga de acción en primera persona, no fue todo lo exitoso que debería. No por las ventas o la calidad del juego como tal, sino por un desastroso código de red que más de un año después de su lanzamiento sigue recibiendo actualizaciones para mejorar su estabilidad. DICE, el estudio creador de las principales entregas de esta saga no estaba en condiciones de trabajar inmediatamente en un nuevo episodio, y con Medal of Honor fuera de la rotación anual, Electronic Arts necesitaba a alguien que mantuviera su dosis de shooter al año.
Los elegidos para tamaña tarea fueron los chicos de Visceral Games, creadores de Dead Space, uno de los pocos juegos de terror con una gran editora detrás que supieron mantener el sabor del género durante la pasada generación. Así, se lanzaron a la creación de este Battlefield Hardline, una especie de mezcla entre spin-off y entrega "canónica" que deja atrás la temática militar para contarnos una historia protagonizada por policías y criminales, una guerra más cercana que se libra en las calles de muchas de las grandes –y no tan grandes– ciudades.
La guerra ha cambiado
Ya lo decía Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots: "La guerra ha cambiado". En este caso ha cambiado, irónicamente, el battlefield, el campo de batalla. Sobre el papel, Battlefield Hardline puede parecer muy diferente, pero creemos que una vez sobrepasado el choque inicial que su nueva estética y temática pueden suponer, nos encontramos con una gran adaptación de las mecánicas de la saga de DICE, llevadas con acierto a otro terreno y a las que además les insufla oxígeno.
Como cabe esperar, Battlefield Hardline es un juego de acción y disparos en primera persona con un componente de conducción, con una campaña bastante elaborada, y con un gran énfasis en el modo multijugador.
Como viene siendo habitual en ese juego prototípico que podemos llamar shooter Triple A del año, hay un gran enfoque en lo cinematográfico, lo espectacular e incluso lo Michael Bay-esco, algo que consiga abrumar al jugador, sorprendiéndolo por todo lo que está pasando en pantalla. Algo que no tiene nada de malo, por supuesto.
Así, tendremos que disparar y conducir –y a veces casi las dos cosas a la vez– a lo largo de diferentes escenarios urbanos, recorriendo calles, edificios, pantanos y demás niveles que no os queremos revelar todavía. En esta entrega, eso sí, se introduce un componente de sigilo bastante importante, que si bien es prescindible, nos permite jugar de manera diferente, con un toque más policíaco, deteniendo a los enemigos en lugar de matarlos, y permitiéndonos vivir la campaña de dos formas totalmente opuestas.
La batalla en solitario
Battlefield Hardline apuesta por un formato de serie de televisión, con su secuencia de introducción presentando a los personajes, los "anteriormente..." y los "próximamente...", e incluso entre capítulo y capítulo vemos una pantalla heredada de Netflix donde se repasan las estadísticas y vemos un pequeñísimo adelanto de lo que nos espera en el próximo episodio. Es mucho menos serio que sus predecesores, pero eso no quita que sea muy disfrutable; de hecho, nos ha gustado más que la historia de Battlefield 3 y Battlefield 4.
Como mencionábamos antes, ahora podemos elegir entre pasar a la acción o apostar por el sigilo, deteniendo a los rivales sin hacerles daño. Como policía, podemos mostrar nuestra placa para amedrentar hasta a tres enemigos, e irlos esposando poco a poco mientras apuntamos a sus compañeros para que no se envalentonen. Tenemos un radar con el que marcar objetivos, algo que nos revelará también pistas ocultas en el escenario y enemigos claves a detener para conseguir pistas del caso.
Si queremos, podemos jugar de una manera más pausada, evitando muchos tiroteos –otros son imprescindibles–; y si no, podemos liarnos a tiros con todo lo que se mueva. La campaña de Battlefield Hardline va constantemente a mejor, y según nos enfrentamos a nuevas situaciones y conseguimos nuevas armas veremos el buen trabajo que ha hecho Visceral para dotar la experiencia de variedad y darle un buen ritmo. De hecho, el culmen es la fase final, que rompe los esquemas de toda las anteriores y consigue cerrar la historia dejándonos un buen sabor de boca.
No necesariamente hablamos del argumento, bastante simple y típico de serie policiaca, pero es una mera excusa para guiarnos por el modo para un jugador. En cualquier caso, creemos que el modo campaña debería ser una opción a tener muy en cuenta para aquellos que suelen ignorarlo, ya que es fresco y completo, con multitud de objetivos secundarios y un notable sistema de progresión, sencillo para quienes quieran obviarlo, pero que ofrece un cierto grado de personalización que nos ha gustado.
El campo de batalla
Obviamente, uno de los grandes pilares de este Battlefield Hardline es su modo multijugador; y tenemos buenas noticias. Durante las partidas online también hemos notado esa frescura que mencionábamos en la campaña, a la vez que mantiene la sensaciones de Battlefield. Es quizás una experiencia más concentrada, más frenética la que la partida media de Battlefield 4, por ejemplo, pero a la vez notamos que la base está bien asentada en los pilares de la saga.
Los modos de juego online son los siguientes: Atraco, un modo bastante más "serio" en el que un equipo protege dos botines mientras que el otro tiene que hacerse con ellos y preparar la evacuación en helicóptero. Aquí cooperar es vital. Puente, por su parte nos obliga a conducir a una gran velocidad con determinados vehículos para puntuar, algo que promete persecuciones divertidísimas y espectaculares. Otro modo es el Dinero Sangriento, donde tenemos que intentar llevar un alijo a nuestra base y evitar que el equipo contrario lo haga, pudiendo asaltarlos para ello. Este modo es uno de los más frenéticos, y pensamos que gracias a la libertad que da para actuar, será también uno de los más populares.
El modo Rescate se centra en el rescate y extracción de rehenes, mientras que Punto de mira es una misión de escolta en la que los policías deben conseguir que un jugador, únicamente armado con una pistola, llegue al punto de extracción. Los criminales, obviamente, tienen que evitarlo. No podía faltar el modo Conquista, con partidas de 32 y 64 jugadores, y el Todos contra todos: Equipo, que nos ofrece de nuevo la posibilidad de alcanzar el número máximo de usuarios simultáneos. Estos dos modos son particularmente caóticos por la cifra de luchadores en pantalla, pero a la vez nos ofrecen algunos de los momentos más divertidos de Battlefield Hardline.
Repartidos entre 9 mapas –no todos disponibles en todos los modos–, creemos que ofrecen lo que se le exige a esta entrega. Algunos modos son más innovadores y otros más puristas, pero Battlefield Hardline no es otra entrega más, y creemos que hace bien en salirse a veces del camino marcado. De hecho, entre los modos que más hemos disfrutado está el Puente y el Atraco, a pesar de que quizás no son los más Battlefield de todos, pero como veis tenéis opciones para todos los gustos.
Sobre los mapas, encontramos más o menos la misma variedad que durante la campaña, con un diseño bastante interesante, generalmente asimétrico y muy bien ajustados a los modos que albergan. Las cuatro clases conocidas vuelven con otro nombre acorde con la temática, aunque la progresión introduce un nuevo elemento: el dinero (virtual, tranquilos). Consiguiendo objetivos ganaremos dinero que gastar en nuestras armas, por lo que no tenemos que depender esta vez de alcanzar el nivel que la desbloquee.
Quizás nosotros éramos de esos que esperaban algo nuevo dentro de Battlefield, y por eso nos ha gustado bastante todo lo que hemos visto en Battlefield Hardline. Es rápido, frenético y a veces hasta poco serio, y al final lo que importa es que sea divertido. Y que funcione, claro. En nuestras partidas a través de la versión de EA Access no sólo no hemos tenido ningún problema, sino que todo ha funcionado perfectamente bien.
Aspectos audiovisuales
Battlefield Hardline luce bastante bien, aunque probablemente sea su apartado artístico y las situaciones que vivimos los que haces más por sorprender en lo visual. Técnicamente es un juego muy correcto, sin grandes alardes, pero que, como decíamos anteriormente, consigue sorprender con algunos momentos muy, muy espectaculares. Con esto, queremos decir que si nos ponemos a analizar meticulosamente lo que vemos en pantalla nos damos cuenta de que ni los modelos poligonales, ni las texturas ni los efectos son particularmente sorprendentes, pero todo se mueve muy bien y consigue entrar por los ojos, con mucha variedad y algunos momentos que nos invitan a grabar vídeos o hacer pantallazos.
Tanto en la campaña como en el modo multijugador, es rara la vez que baja de unas 60 imágenes por segundo de lo más estables (sin contar las secuencias de vídeo), aunque en la versión de Xbox One, la que hemos analizado, el juego se ejecuta a una resolución de 720p. Entendemos el sacrificio de píxeles en pantalla en favor de la tasa de imágenes por segundo, pero no deja de resultarnos algo chocante que casi un año y medio después del lanzamiento de las nuevas consolas –y con algunos juegos que son auténticas exhibiciones técnicas ya disponibles– todavía estemos así. Es un poco una mezcla de sensaciones, y con cosas muy buenas (momentos increíbles, un buen diseño), y otras no tan buenas (resolución, animaciones faciales).
En el campo sonoro, Battlefield Hardline despliega un enorme abanico de efectos de sonido, con explosiones, disparos y rugidos de motores para todos los gusto. Los más puristas disfrutarán escuchando el sonido de cada arma, además, potenciado por un buen trabajo a la hora de repartirlos en el ambiente para aquellos que tengan un equipo de sonido 5.1 El doblaje es bueno, bien adaptado al castellano y con voces profesionales que podemos reconocer fácilmente. Nosotros recomendamos que si vais bien con el inglés, eso sí, lo escuchéis en versión original, ya que creemos que en ésta los personajes son más creíbles y tienen más fuerza, pero el trabajo de adaptación es, desde luego, notable.
Aspectos audiovisuales
Battlefield Hardline es un Battlefiled diferente, y aunque entendemos que para muchos el cambio no resulte positivo, a nosotros nos ha gustado, y pensamos que ha sido un acercado giro en la tónica habitual de la saga. Cuando alguien toca algo que no es "suyo" no es raro que lo estropee, pero Visceral ha tenido mucho tacto, midiendo con acierto las innovaciones y respetando algunos de los principales factores que construyen las señas de identidad de la creación de DICE.
Eso sí, no os esperéis un juego que reinvente la rueda o que se quede de por vida entre vuestras emociones imborrables. Battlefield Hardline es un juego de disparos, que consigue ofrecer una campaña muy entretenida y competente, así como un modo multijugador con muchas posibilidades, manteniendo el equilibrio entre lo nuevo y lo "clásico", y con muchas horas de diversión por delante. A poco que os interesara Battlefield Hardline, seguramente lo habréis probado ya en sus diferentes betas, por lo que a estas alturas ya sabréis si es lo que buscáis o no.