Uno de los grandes
Prince of Persia vuelve este año y, aunque se sabe desde mayo, relativamente poco tiempo, este nuevo inicio de la saga de Ubisoft ha dado ya mucho que hablar. Primero por su atractivo estilo visual, intentando simular ilustraciones animadas y, tras mostrarse jugable en el Tokyo Game Show, por cómo combina las plataformas y las acrobacias a las que nos acostumbraron en las dos anteriores entregas con un sistema de combate cinemático, inspirado en duelos, como el Prince of Persia original de 1989. Si tras una hora de juego en el Tokyo Game Show, hace apenas tres semanas, nos quedamos encandilados con las virtudes de este nuevo Prince of Persia, esta versión beta a la que hemos tenido acceso, con una zona adicional abierta a la exploración, ha reforzado nuestra convicción: Prince of Persia será uno de los juegos más recordados de este año, y no solo por su aspecto visual.
En la demo que probamos en el Tokyo Game Show, como os contamos en su día, pudimos ver una de las zonas del juego, la Ciudadela, que ha sido hasta ahora la mostrada en todas las ferias y eventos. En esta versión beta casi terminada comenzábamos desde el principio del juego, siendo una vez más testigos del primer encuentro entre el Príncipe y Elika y podíamos acceder a todo el mapeado, aunque estaba premeditadamente "capado" por Ubisoft, con barreras puestas a la mayoría de las zonas.
El mundo se corrompe
Tras el encuentro entre Elika y el Príncipe, una serie de sucesos desencadenan que Ahriman, un antiguo Dios del mal, vuelva a liberarse y comience a llenar el mundo de corrupción. Elika y el Príncipe tendrán que hacer equipo para liberar al mundo del juego de ella, y volver a encerrar al malvado en el Templo. Precisamente el Templo es el centro del juego, desde donde comenzaremos y a donde volveremos periódicamente para desbloquear nuevas zonas. Como ya hemos contado anteriormente, el mundo de Prince of Persia está dividido en zonas, que tendremos que liberar de corrupción, unidas entre sí por varios caminos, creando un híbrido entre mundo abierto y diseño lineal que funciona muy bien. En el centro de todo el entramado se encuentra una zona desértica abierta donde está el mencionado Templo.
Desde aquí, y usando el mapa para orientarnos y fijar un objetivo, podemos acceder a las diferentes zonas del mapeado, aunque como ya hemos dicho en esta versión solo teníamos una abierta: la Ciudad de la Luz. Se trata como su nombre indica de una urbe abandonada hace tiempo, y ahora para más inri invadida por la corrupción generada por Ahriman, y guardada por un guerrero milenario que ahora se encuentra corrupto y, por lo tanto, a las órdenes de Ahriman. Como ocurría en el área de la Ciudadela, las diferentes zonas de la Ciudad de la Luz están guardadas por este jefe final, que irá interactuando con nosotros en secuencias cinemáticas, y al que tendremos que vencer cada vez que queramos liberar una de las zonas corruptas.
Paseando por una ciudad corrupta
La Ciudad de la Luz es muy diferente en diseño a La Ciudadela. Mientras que éste escenario combinaba desfiladeros y rocas con construcciones rudimentarias, La Ciudad de la Luz cuenta con zonas más abiertas y llenas de edificaciones, aunque la mecánica de juego no cambia un ápice por ello. Seguimos combinando plataformas, muchas plataformas, con combates esporádicos, tanto con el jefe final, El Guerrero, como contra enemigos estándar a los que podremos derrotar de un golpe si llegamos hasta el lugar en que se encuentran de una sola vez, sin que Elika tenga que salvarnos de esa secuencia de plataformas.
El sistema de combate sigue siendo tan espectacular como comentamos en su día y al tener libertad para jugar unas cuantas horas esta vez, pudimos experimentar mucho más con el sistema de combos, que funciona realmente bien y con el que podemos obtener resultados espectaculares. Como nos comentaron en el Tokyo Game Show, no abriremos nuevos movimientos de combate a medida que vayamos jugando, sino que todos estarán disponibles desde el principio y es la habilidad del jugador a la hora de sincronizarlos lo que marca la diferencia. Machacar botones no sirve de nada, tendremos que presionarlos con el ritmo adecuado para lograr combos combinando los cuatro movimientos disponibles: espada, guante, acrobacia y ayuda de Elika.
Una buena combinación puede acabar con un tercio de la barra de vida del enemigo, aparte de que resulta visualmente espectacular cómo el príncipe agarra al enemigo y lo lanza al aire, Elika lo golpea y lo eleva aún más, le golpeamos con una patada y le rematamos con un golpe de espada que lo vuelve a enviar al suelo. Solo hay que pulsar cuatro botones, pero hay que hacerlo en el momento adecuado.
Excelente diseño de plataformas
Las partes de plataformas continúan siendo tan divertidas como antes y en esta zona no había, o no vimos, ninguna parte en la que teníamos que "volar" y dirigir el vuelo, una de las cosas que nos dio problemas cuando probamos el juego en el Tokyo Game Show, sino que esos saltos eran automáticos. En la Ciudad de la Luz abundan las plataformas inclinadas por las que deslizarnos, para saltar hacia otra, o hacia una barra horizontal en la que balancearnos para tomar impulso hacia la siguiente. En estas últimas el Príncipe se balancea dando vueltas, y si logramos sincronizar bien nuestros saltos, dará el siguiente con el impulso del primer balanceo. A nivel jugable no cambia nada, pero la animación es muy vistosa.
También son numerosas las zonas en las que tenemos que correr por las paredes y saltar a la siguiente, como haciendo una larga y peligrosa gymkhana, y en ocasiones teniendo en cuenta que hay corrupción en las paredes que cada cierto tiempo surge y puede enviarnos al suelo. Estas partes pueden resultar difíciles a primera vista pero al parecer están diseñadas para que, si logramos evitar la primera serie de corrupción, las del resto de paredes no nos hagan daño, surgiendo cuando ya las hemos pasado. Como ya os comentamos, en las plataformas Elika nos ayudará cuando nuestro salto "estándar" no nos alcance, y de hecho la pantalla se teñirá de gris durante unas décimas de segundo para indicarnos que es el momento de recurrir a Elika.
La jugabiidad nos sigue pareciendo muy innovadora y acertada. Por una parte las plataformas son similares a las de anteriores Prince of Persia, pero se incluyen nuevos movimientos como caminar por el techo y el salto con Elika, y sobre todo se nota el excepcional diseño de los escenarios para crear retos difíciles pero divertidos, escalando poco a poco en dificultad. Cuando tengamos cierta soltura, intentaremos hacer todos los recorridos de plataformas a toda velocidad, como si estuviésemos contrarreloj, porque es muy satisfactorio ver cómo cambian las animaciones y la velocidad al correr cuando estamos haciendo todo bien y a la primera.
Por otra parte, los combates siguen siendo tan acertados como comentamos en su día. Es probablemente el paso más arriesgado a nivel jugable de este Prince of Persia, y el resultado es excelente. Inspirándose en los duelos del Prince of Persia original e implementando un buen sistema de combos, se logran unos combates espectaculares, con algunas secuencias cinemáticas interactivas, y donde los enemigos, pocos en número pero con gran protagonismo, muestran su personalidad más allá de sus rutinas de ataque.
El Príncipe y Elika, la extraña pareja
Aunque no queremos desvelar nada de la historia, ni lo vamos a hacer, el Príncipe y Elika merecen atención aparte. En primer lugar, por cómo el comportamiento de Elika está muy bien implementado en el juego. Es un personaje no jugable que no interfiere a no ser que se lo pidamos, pero que notamos como parte de la aventura gracias a su protagonismo en las cinemáticas, los numerosos diálogos que hay entre ella y el Príncipe y, no nos cansaremos de decirlo, por lo bien que se combinan su animación y sus movimientos con los del Príncipe, sin que nosotros tengamos que hacer nada. El Príncipe le da la mano, la empuja para que alcance un saliente, o le hace algún comentario golfo tipo "te encanta caer encima de mí, eh…", sin que el jugador tenga que hacer nada. Todo está implementado de forma natural.
Del mismo modo, la relación entre el Príncipe y Elika va evolucionando desde el comienzo del juego, a medida que van superando zonas y viviendo situaciones juntos. Sigue recordándonos mucho a la de Leia y Han Solo, y de hecho hay detalles muy graciosos, por parte del Príncipe, como los ya mencionados chascarrillos de tonteo, o las palmaditas en la espalda que le da a Elika cuando libera una zona de corrupción. El correcto doblaje al castellano fortalece esta relación de tira y afloja entre la señorita y el bandido, condenados a entenderse.
A nivel visual no hay mucho que no hayamos dicho ya. El estilo ilustrativo es otro de los grandes pasos delante del juego, y una de las cosas que más llamará a los jugadores. La animación, tanto en el juego como en las cinemáticas, está muy lograda, y hay escenarios, especialmente cuando están liberados de corrupción, que son espectaculares. Nos quedamos con el desierto que rodea al Templo antes de que Ahriman sea liberado.
A principios de diciembre
Prince of Persia llegará a las tiendas el 4 de diciembre, según las últimas fechas de Ubisoft, para casi cerrar el calendario de lanzamientos del año. Las horas pasadas con esta nueva versión beta del juego no han cambiado, sino aumentado, las buenas vibraciones que nos transmitió el juego cuando lo probamos a principios de este mes. Prince of Persia, si mantiene en todo el juego lo que ha mostrado en sus primeras áreas, promete convertirse en uno de los juegos del año.