Akira Toriyama nunca pensó que su obra más aclamada y conocida de la historia fuera a suponer un antes y un después a la hora de concebir el cómic japonés. Dragon Ball, la historia de Son Goku y compañía, ha sido uno de los motivos por los cuales los chavales de los años noventa soñaban con tirar ondas vitales con sus manos, saltar de montaña en montaña y realizar cambios instantáneos para volver a casa después de un día duro en el colegio. Toda esta expectación y reconocimiento ha tenido su fruto, ya que el autor, después de haber firmado el final de Dragon Ball, continúa viendo como sus personajes cobran vida una y otra vez en el mundo de los videojuegos, donde sus fans más acérrimos esperan con esmero ponerse en el papel de Son Goku por enésima vez. Volveremos a vivir los combates más intensos y espectaculares con la secuela de uno de los últimos títulos de la licencia: Raging Blast.
Ya son dos los títulos que podemos encontrar en el mercado de la generación de la alta definición basados en las aventuras y combates de Goku. En primer lugar contamos con un notable Burst Limit, juego que sirvió para que los programadores dieran rienda suelta a su imaginación utilizando la potencia gráfica de Xbox 360 y PlayStation 3 a punto para las bolas de dragón. Sin embargo, el resultado no fue tan aclamado como otros títulos de la saga, sobre todo teniendo en cuenta el cambio de estilo de juego a uno más arcade (más cercano al primer Budokai y de PlayStation 2) y rápido después de haber vivido tantos títulos de la serie Tenkaichi. Y quizá es por eso que poco después apareció al mercado la serie Raging Blast, que significó la entrada de la serie Tenkaichi en la nueva generación, con ligeros cambios, evidentemente. Nuevo estilo de combate, novedades puntuales para contentar a los jugadores más veteranos y algunos personajes e historias nuevas para sorprender al usuario... pero tampoco llegó a cosechar un éxito desmesurado.
No obstante, Dragon Ball es una franquicia que permite -y ha permitido- un título anual en las videoconsolas más potentes, perfeccionando la técnica y el estilo de juego, incluyendo nuevos escenarios y personajes y, como no, mejorando una y otra vez las animaciones para hacer una experiencia de juego lo suficientemente fiel como para que el jugador piense que está viendo una reposición de su serie favorita. Es por eso, que la desarrolladora de Raging Blast ha decidido ponerse manos a la obra con su secuela, que cogerá todo lo que ya vimos en la obra original y lo potenciará al máximo para el deleite de los jugadores. Eso sí, habrá que ver si los veteranos que llevan siguiendo los combates de Goku desde PlayStation 2 no prefieren esperar a una tercera parte que podría salir poco después de esta segunda parte... sobre todo si tenemos en cuenta los antecedentes de la serie.

Así pues, Raging Blast 2 volverá a ponernos en la piel de nuestros personajes favoritos, utilizando como esquema de combate el que ya pudimos ver en la pasada edición de la obra. Esto es, una cámara trasera para el personaje que controlamos y un combatiente que tendrá mucho que perder si somos acérrimos a este tipo de obras. Encadenar los ataques físicos con los de Ki será una constante si queremos que nuestro enemigo acabe en el suelo antes que nosotros, así como emplear sabiamente las habilidades especiales -y espectaculares- que destrozarán sin pudor el escenario. Dragon Ball siempre se ha caracterizado por ofrecer luchas interminables durante incontables episodios, y su representación en los videjuegos no podría ser de otra manera, así que si nuestra intención es ganar el torneo de artes marciales -y, de paso, salvar a la humanidad- tendremos que esforzarnos al máximo para dejar sin tregua al rival.