Assassin’s Creed: La Hermandad llegará en noviembre de este año poniendo punto y final, o al menos eso parece, a las aventuras de Ezio Auditore. El protagonista de Assassin’s Creed 2 no terminó su odisea en la entrega del año pasado, pues aún tiene cuentas pendientes con la poderosa familia Borgia, enemiga de su orden, la de los asesinos, y en esta entrega tendrá que viajar hasta Roma para acabar con sus enemigos en su propia casa. Para ello contará con la ayuda de otros asesinos, de ahí el subtítulo La Hermandad, cuyo potencial pudimos descubrir en la presentación que nos hizo Ubisoft en la Gamescom de Alemania.
Aparentemente todo sigue igual. El estilo visual, el personaje principal y buena parte de sus animaciones son las de la segunda parte; hasta el interfaz es prácticamente idéntico, salvo por un nuevo detalle: hasta tres barras de color rojo bajo la de vida de Ezio, que representan la capacidad que tenemos para recurrir a nuestra Hermandad, es decir, a los asesinos que están bajo nuestro mando.
En la demo se nos demostró su utilidad inmediatamente, tal y como habíamos visto en nuestro primer contacto con el juego, hace un par de meses en el E3. Mirábamos hacia unos enemigos a media distancia y, con la pulsación de un botón, dos asesinos aparecían de detrás de un muro y acababan con ellos. Gastábamos una porción de la barra que, según nos comentaron, se recuperará tras unos minutos, y nos ahorrábamos un trabajo de aproximación que podría haber sido laborioso o peligroso. Ante la magnitud del poder de los Borgia en Roma, tener ayuda nunca está de más.
Paseando por la ciudad, pudimos notar el particular estilo de Roma en comparación con Florencia y Venecia, las ciudades de Assassin’s Creed 2. Roma es mucho más grande, el doble que Venecia aparentemente, y también algo más rural. Los caminos rectilíneos y empedrados de las dos anteriores ciudades se substituyen por caminos y áreas de tierra interrumpidas por las majestuosas construcciones de la Roma antigua (el Coliseo, sin ir más lejos) y por las nuevas de la Roma renacentista. El aspecto abierto de las calles de la ciudad y el tamaño de ésta hacen más que idónea una de las novedades del juego: la posibilidad de andar a caballo dentro de las ciudades, lo que nos permite además robar caballos e, incluso, caer sobre un enemigo a caballo, matarlo y sentarnos en la montura del difunto.
También vimos como, al acerarnos a la tienda de un sastre, permanecía cerrada para nosotros por la presencia de una torre Borgia en la zona. Aparentemente, Roma estará repleta de fortalezas de la familia, que dominarán cada una de las áreas de la ciudad, y del mismo modo que en anteriores Assassin’s Creed teníamos que subir atalayas para "sincronizarnos" y que esa parte del mapa saliese activada, en esta ocasión habrá también -pues las atalayas permanecen- estos fuertes, repletas de enemigos, con una especie de capitán al que habrá que asesinar y un torreón principal al que habrá que prender fuego.
Pero antes de acometer esta pequeña aventura, los creadores nos enseñaron cómo funciona el sistema de reclutamiento y entrenamiento de asesinos, algo que nunca se había explicado. Ezio y sus amigos no están solos en la lucha contra los Borgia, hay muchos ciudadanos enfrentados a ellos y éstos serán propensos a unirse a nuestras filas, especialmente si la zona ha sido liberada de la influencia de la torre Borgia. En esta ocasión, nuestro recluta estaba a punto de ser asesinado por unos guardias, y tras nuestra aparición se mostraba encantado de reunirse con Maquiavelo para comenzar su entrenamiento de asesino. Para salvarlo, Ezio utilizaba un lanzamiento doble de cuchillo para acabar con dos enemigos, y luego la ballesta para dar cuenta del otro.
Tras esto, accedíamos a una especie de casillero de paloma mensajera -hay bastantes por la ciudad- para entrar en la pantalla de administración de la Hermandad. Aquí nos llevamos una grata sorpresa, al descubrir cómo los diseñadores han implementado un sistema de administración de cada uno de nuestros asesinos, pudiendo gastar puntos de habilidad en mejorar su armamento y armadura, configurar su apariencia, ver en qué nivel están y, también, enviarlos en misiones de entrenamiento por todo el mundo conocido.
Estas misiones los llevan a lugares como Londres, París, Colonia o Barcelona, entre otros, aparte de otros lugares más exóticos como Moscú o Calicut. Cada misión tiene una bonificación de experiencia, unos riesgos (que podemos reducir enviando asesinos más experimentados) y un tiempo de ejecución, durante el cual esos asesinos no estarán disponibles para ayudarnos. El juego elige automáticamente a nuestros seis mejores asesinos y los asigna, dos a cada uno, a nuestra nueva barra de Hermandad.
Una vez preparados, acometimos la incursión en la torre Borgia, saltando de plataforma en plataforma y entrando finalmente en el área restringida, donde nos enseñaron una de las nuevas formas de asesinar. Colgados de un saliente, tirábamos al suelo al asesino que estaba sobre nosotros. Manteniéndonos colgados, veíamos como otros dos asesinos del piso inferior corrían a investigar el cadáver, momento que aprovechábamos para caer sobre ellos y matarlos con nuestra doble hoja. Ahora, además, los enemigos dejan ítems como munición o cuchillos para lanzar, dependiendo de su clase y nivel.
Tras esto y algunos combates más, localizábamos al jefe de la torre, lo perseguíamos un rato, lo asesinábamos, y finalmente escalábamos el torreón, le prendíamos fuego y saltábamos al vacío cayendo a un siempre fiable montón de paja. La demo concluía mostrándonos una de las nuevas habilidades de Ezio fruto del genio de Leonardo, una especie de paracaídas para planear, y finalmente con un combate donde invocábamos a nuestros asesinos para acabar con una buena cantidad de soldados de los Borgia, viendo cómo luchaban unos contra otros, y comprobando que nuestros asesinos ganaban experiencia y subían de nivel en el proceso.
Finalmente llegó el turno de preguntas, donde se habló de la dificultad del juego. Aparentemente, este Assassin’s tampoco tendrá selección de niveles de dificultad, pero sí una serie de retos extra en las misiones, consistentes en cumplirlas "como lo hizo realmente Ezio". Es decir, retos especiales, con bonificación y contenido nuevo desbloqueado, al cumplir una misión sin ser detectados, matando solo un cierto número de enemigos o cumpliendo otro requisito especial, para así potenciar la rejugabilidad.
Assassin’s Creed: Brotherhood, pese al riesgo de que la saga acabe quemándose por lanzar una secuela tan rápido, tiene muy buena pinta. Aporta muchas nuevas ideas en comparación con la segunda parte, y además incluye el multijugador, del que ya os hablamos en su momento. Los que disfrutaron de las aventuras de Ezio tienen buenos motivos para desear que llegue el 16 de noviembre.