El género de la supervivencia está más en boga que nunca con una variedad de propuestas que destacan por sus elementos únicos: en apenas dos meses hemos tenido el fenómeno de Palworld, el más que destacable Enshrouded y el original Nightingale, sin olvidarnos del pelotazo que es Sons of the Forest. El 6 de marzo llega al acceso anticipado de Steam Winter Survival. Sí, se parece mucho al genial The Long Dark, pero no se limita a pasar por el filtro del fotorrealismo visual la obra de Hinterland. El título más ambicioso de DRAGO, una pequeña desarrolladora que ha tenido mucho éxito en la plataforma de Valve con Gas Station Simulator, se quiere hacer un hueco con su sistema de cordura.
Una excursión que sale mal
Es un survival para un jugador centrado en la narrativa. La premisa no es la más original del mundo: un grupo de amigos se van de excursión al Parque Estatal de Mount Washington. Tienen todo lo necesario para pasar el día, pero todo lo que podría salir mal, sale mal.
Nuestro protagonista no tarda en quedar aislado de sus compañeros, a quienes tendrá que buscar mientras trata de sobrevivir en un paraje helado donde la fauna salvaje y el clima son tan peligrosos como su propia mente.
Se ven trazas que anticipan un desarrollo argumental que aborda lo psicológico, como las primeras secuencias en las que vemos cómo la esposa del protagonista le ruega que se quede en casa o los preparativos del viaje, todo ello narrado mediante inquietantes maniquíes. De momento no es una trama muy destacable, pero lo que hay en el acceso anticipado es tan solo la introducción y el primer acto de un total de cinco, alrededor de cinco horas de juego. Bajo la historia principal permea la del lugar, donde antiguamente se ubicaba un pequeño pueblo, ahora desaparecido excepto por construcciones podridas aquí y allá donde encontramos notas que, paulatinamente, contextualizarán lo ocurrido a sus habitantes.
Traumas permanentes
El objetivo, aparentemente, es que esa trama con tintes psicológicos encaje con la premisa jugable de Winter Survival: la cordura y las alucinaciones. Al contrario que en otros juegos de supervivencia, donde el jugador acaba dominando el entorno y por tanto la curva de dificultad es descendente, aquí la partida es más ardua conforme más se juega. El hambre, el miedo, la sed, las enfermedades o problemas como fracturas provocan que se llene el indicador de traumas, representado con un cerebro; si está lleno, al dormir hay que elegir un perjuicio permanente.
Esos perjuicios son variados. Algunos hacen ver enemigos donde no los hay, o muestran un muro de piedra donde debería haber un camino, cuyo paso no se abrirá a no ser que el jugador se acerque mucho o lance una bola de nieve. Otro de esos agravios provoca que el personaje sienta miedo al estar cerca de una tumba, lo que tiene otros perjuicios temporales. A veces estos traumas permanentes afectan hasta el punto de que algunas recetas de artesanía o de construcción no estarán disponibles, aunque hay desafíos que permitirán recuperarlas.
Un mundo helado donde todo es peligroso
Por supuesto, no es la falta de cordura en sí lo que te matará una y otra vez, sino que contribuye a que caigas en muchos de los peligros de este mundo. Los parajes helados no se caracterizan precisamente por la abundancia de los recursos necesarios (que, por cierto, se pueden detectar con una visión de cazador, también útil para seguir huellas y rastros, pero que gasta resistencia). El peligro está en la falta de energía por no tener dónde dormir, en el hambre porque te terminaste la última lata de legumbres, en no conseguir agua porque casi todo está congelado, en los lobos que te rodearon, asustado, hasta que te congelaste en una torre. Por no hablar del clima, las lesiones y las enfermedades.
Hay dos modos de dificultad en la historia: Explorador es el recomendado como primera aproximación al título aunque se tenga experiencia en el género, y Superviviente promete una partida ardua; no afecta tan solo al ritmo que se llenan los indicadores u otras estadísticas, sino también al combate en sí mismo, que exige ser más preciso. Aunque al crear lanzas y otros instrumentos las batallas contra la fauna sean un poco más habituales, no es un juego donde la acción tenga mucho peso: es más importante el sigilo, el ocultarse entre la hierba alta y el tener siempre localizado un escondite natural entre las rocas. La inteligencia artificial no es precisamente lista, algo que es de esperar que retoquen durante el acceso anticipado.
Además de otros peligros como eventos aleatorios (que también pueden ser positivos) y los descuidos habituales (por ejemplo, correr con mucho peso puede provocar que te dobles un tobillo, lo que requiere cierto utensilio para curarlo), el mundo en sí supone otro desafío. El paraje helado es escarpado y vertical: no faltan los precipicios, las superficies heladas resbaladizas y pasadizos que nos exigen fabricar cuerdas y otros instrumentos para llegar a nuestro destino.
A pesar de ser un título duro donde la muerte es habitual (la partida solo se guarda al dormir y en ciertos hitos narrativos), los tutoriales integrados en la historia son perfectos para que incluso los novatos en la supervivencia puedan disfrutar del título. No llega a llevarte de la mano, pero durante la campaña hay sugerencias e indicadores para identificar cuál debería ser la prioridad (de exploración, de fabricación o de construcción) en ese momento, aunque siempre dejando libertad para actuar como a uno le plazca.
El modo historia no es el único disponible. En el estreno en acceso anticipado también estará el modo Interminable, cuyo objetivo es sobrevivir lo máximo posible, y poco después de ese lanzamiento se añadirá el modo Ola de frío, donde la climatología es más ardua y constantemente cambiante. Es previsible que durante el early access, que durará como mínimo seis meses pero no descartan alargarlo si el juego así lo requiere, se vayan añadiendo el resto de actos de la campaña.
Solvente en lo técnico, pero con errores graves
Pero nos parece más prioritario solucionar ciertos errores importantes. Lo cierto es que para estrenarse en acceso anticipado tiene un rendimiento decente, incluyendo tecnologías de reescalado como DLSS, frame generation y FSR, lo que garantiza una experiencia fluida en un ordenador de actual generación, aunque también es verdad que, excepto por la iluminación en los exteriores, que logra presentar parajes naturales bonitos y convincentes, no es un título puntero en lo técnico: sobre todo, en un título tan centrado en resaltar la (dura) naturaleza, choca que las animaciones de los animales sean tan pobres.
Nuestra partida se ha desarrollado con varios errores, y aunque han publicado una actualización que solucionó el más importante (pues nos impedía progresar en la campaña), poco después nos encontramos con otro bug que no dejaba avanzar, pero al reiniciar el programa pudimos continuar. Los desarrolladores han asegurado que habrá un parche de lanzamiento el 6 de marzo, pero nosotros tenemos que hablar del producto que hemos podido jugar, un producto con demasiados problemas. Por otro lado, está doblado al inglés y tiene textos en español, aunque la traducción aún no está completa.
Llega el 6 de marzo y tiene demo en Steam
Winter Survival nos ha parecido en este primer contacto una experiencia satisfactoria para quienes busquen un juego de supervivencia duro y reposado para un jugador con una narrativa que motive a progresar. Está por ver si consigue encontrar su público en un 2024 que ha empezado con muchas propuestas valiosas en el género, pero siempre podéis darle una oportunidad con la demo gratuita disponible en Steam.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código para Steam facilitado por Stride PR.