Hace un año que llegó a consolas y ordenadores Doom: Eternal, la segunda parte de un nuevo episodio de la saga Doom que para nosotros significaba el colofón de los shooters de corte clásico para un jugador, una mezcla de acción desmedida, adrenalina, grandes mecánicas jugables y un diseño de niveles extraordinario que nos daban un referente dentro de su género para los próximos años.
Para celebrar su primer aniversario Bethesda e idSoftware publicaron la semana pasada la segunda parte de The Ancient Gods, una expansión o descargable que llegaba para cerrar la historia de la mayor amenaza de los demonios en el universo y para dar a los jugadores la posibilidad de disfrutar unas horas extra de una obra única añadiendo además nuevos niveles, monstruos y mecánicas que rizan más el rizo y de las que os vamos a hablar durante las próximas líneas.
Gameplay comentando
Más Doom Eternal con un inicio demasiado frenético
The Ancient Gods nos permite disfrutar de más Doom Eternal y eso nos encanta aunque en sus primeros compases el desafío tiene un pico de dificultad que, el que os escribe, considera excesivo, ya que como ocurre con otros DLC los desarrolladores no calibran bien que probable lleves unos cuantos meses sin jugar a su título y enfrentarte de buenas a primeras a un gran reto sin darnos un poco de tiempo para recordar mecánicas puede suponer un desafío demasiado severo, casi injusto, para los jugadores.
En nuestro caso durante los primeros compases del primer DLC tuvimos que bajar la dificultad de Doom Eternal hasta volver a asimilar todas las mecánicas, algo que nos sirvió también para volver a darnos cuenta de lo profundo que es el juego original y de lo bien que se nos iban integrando poco a poco las diferentes mecánicas de juego para presentarnos un colofón final desafiante, divertido y frenético.
Tras superar las primeras arenas de la primera parte de The Ancient Gods fuimos reencontrándonos con todas las mecánicas del último Doom, volviendo a utilizar con habilidad el impulso, recordando los puntos débiles de cada enemigo, en qué lugar estaba cada arma y cuáles eran nuestros accesorios favoritos y fuimos quitándonos el "óxido cerebral" para volver a analizar con precisión cada arena, en orden en el que eliminar a cada monstruo y cómo movernos para recibir la menor cantidad de daño posible.
Nuevos monstruos, un gran mazo y mucha diversión
Aunque como os hemos dicho hace unas líneas creemos que el inicio de la expansión The Ancient Gods no está del todo bien calibrada en lo que a dificultad se refiere lo cierto es que idSoftware se reserva para la segunda parte de la aventura la mayoría de las novedades a nivel jugable que se distribuyen por toda la expansión pero que están más presentes en su segunda mitad.
Tras recordar las mecánicas "básicas" de Doom Eternal y sudar la gota gorda vamos añadiendo más madera en las distintas mecánicas comenzando por nuevos monstruos o variantes de los ya conocidos que llegan con algún tipo de poder aumentado, más armaduras o habilidades totalmente nuevas que deberemos de aprender para ir avanzando por la aventura.
Dos de los monstruos más interesantes a nivel jugable son el Imp de Piedra al que deberemos matar con el modo automático de la escopeta o con el Martillo del Centinela del que os hablaremos en las próximas líneas o el zombi chillón, un nuevo demonio que al morir hace que el resto de sus aliados ganen poder por lo que deberemos intentar no matarlo hasta el final de la arena si no queremos que las cosas se nos pongan muy cuesta arriba durante la misma.
También nos encontramos con nuevas mecánicas a la hora de desplazarnos por el escenario con la ayuda de nuestro gancho y, sobre todo, el factor diferencial de este Ancient of Gods es el Martillo de Centinela, un poderoso martillo de guerra que podremos utilizar pulsando la tecla V en PC y que nos permite dejar aturdidos a los enemigos y obtener grandes cantidades de recursos así como ser increíblemente letal combinándolo con otras armas y todo un aliado que nos va a resultar crucial para superar arenas cargadas de docenas de enemigos que serán imposibles de superar sin esta emblemática arma que da un girito de tuerca más a Doom Eternal hacia la dirección correcta.
Con todo este cúmulo de nuevos factores a los que hay que sumar todo lo que ya tenía Doom Eternal y, de nuevo, un gran diseño de niveles nos encontramos con que The Ancient Gods es una expansión que nos da un colofón final a un videojuego excepcional, recordándonos por qué era tan bueno y además sumando más madera y diversión durante unas ocho horas extras que son desafiantes y maravillosas.
Doom Eternal The Ancient Gods o cómo seguir siendo el rey
The Ancient Gods, la expansión de Doom Eternal, nos da la oportunidad de cerrar un ciclo por la puerta grande, de disfrutar de nuevo del que para nosotros es el mejor shooter de corte clásico de los últimos años. Sí, es cierto que el inicio se puede hacer un poco cuesta arriba para los jugadores que no hayan tocado el último Doom en unos cuantos meses pero, una vez volvemos a recordar todas las mecánicas nos damos cuenta de lo bueno que era Eternal y además se nos presentan nuevos monstruos, mecánicas y desafíos para ofrecernos una vez más un título único que sigue siendo el rey de su género.
Recordad que Doom: Eternal – The Ancient Gods está disponible de forma gratuita para los poseedores de la Deluxe Edition de Doom Eternal amén de formar parte de los contenidos del Pase del Año 1 así como se puede adquirir por separado por 19,99 euros cada uno de los dos DLC que componen esta expansión.
Hemos realizado este texto gracias a un código para PC proporcionado por Bethesda.
