Teníamos la cuenta pendiente de probar en profundidad Dead Synchronicity: Tomorrow Comes Today, una aventura gráfica que hemos seguido con atención desde hace un año, cuando empezó la campaña en Kickstarter y vimos un juego que se sale de lo habitual en las aventuras gráficas en cuanto a aspecto y en guión. Obra del pequeño estudio madrileño Fictiorama Studio (compuesto por cuatro personas), alcanzó la financiación necesaria se encamina con paso firme hacia el lanzamiento en abril. Ahora hemos podido jugar una versión beta.
La historia que cuenta el juego es madura, profunda y dura. Un extraño fenómeno llamado La Gran Ola ha devastado la humanidad, diezmando a la población tanto en el momento como después con la aparición de una extraña enfermedad que provoca visiones del futuro en quienes la sufren y, en última instancia, una muerte terrible.

La Gran Ola acabó en el momento con la vida de muchas personas, y el resto de la destrucción llegó por la falta de comunicaciones y luz eléctrica. El ejército se hizo con el control y domina por la fuerza. Los supervivientes se han deshumanizado y viven entre el miedo a la enfermedad y la opresión militar presente en todas partes. El terror al hambre, a las armas, se une al pánico a lo desconocido y la posibilidad de infectarse.
El protagonista despierta sin pasado en un campamento de refugiados -o, por llamarlo de una manera más adecuada a lo que es en realidad, un campo de concentración-, del que intentará escapar al tiempo que busca recuperar su propia identidad y saber qué causó la gran ola que provocó el apocalipsis y la enfermedad que disuelve a las personas. La disolución se convierte en una de las muertes más terribles vistas en un juego. Suena duro, y escrito es menos brutal que verlo y jugarlo.

No hay cabida para los inocentes
Se trata de una historia descarnada por lo que hemos jugado, con algunos momentos crueles y difíciles de ver. La Gran Ola resquebrajó el cielo y se llevó por delante la sociedad en que vivían los personajes, junto con su humanidad. La escasa inocencia que queda es explotada o reprimida. No hay lugar para la piedad y la mayor motivación es sobrevivir... o ni eso, porque también está presente el tema del suicidio, junto con la prostitución forzada.
Para introducir al jugador en este mundo condenado poblado por seres endurecidos los primeros minutos de juego están llenos de densa información. De hecho, los diálogos que hemos probado, al principio del juego, son largos y a veces redundantes, aunque sirven para definir a los personajes.

El mundo de juego y la historia que se cuenta en Dead Synchronicity: Tomorrow Comes Today podría haber sido perfectamente un buen libro de ciencia ficción, pero se trata de un guión original y su autor, Alberto Oliván -también compositor de la música- conoce el idioma de los videojuegos y sabe aprovechar la interactividad.