Análisis de Assassin's Creed Odyssey (PS4, Xbox One, PC)
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Con más de una década de vida y decenas de títulos sobre sus espaldas, la famosa saga de Ubisoft volvió con fuerzas renovadas el año pasado con Assassin's Creed Origins. Asimilando multitud de elementos habituales de los RPG como una de sus principales novedades, en una aventura más ambiciosa que nunca en lo que a tamaño se refiere, fue un regreso muy bien acogido, que devolvió a la serie parte del prestigio que había perdido en la actual generación de consolas.
Menos de un año después, y como si Ubisoft se hubiera olvidado de su promesa de no volver a quemar la saga, llega Assassin's Creed Odyssey, un juego enorme que definitivamente se convierte en un RPG de acción, y que como era previsible es muy continuista y repite prácticamente los mismos aciertos y defectos que el título del año pasado, aunque perdiendo por el camino parte la frescura que aportó Origins.
En esta ocasión viajamos a una preciosa recreación de la antigua Grecia, en un mundo abierto gigantesco con centenares de misiones y actividades bastante parecidas entre sí, que vuelve a apostar por una cantidad de contenidos desmesurada, lo que se le acaba volviendo en contra.
Con un sistema de combate y de sigilo prácticamente idénticos al los del año pasado, y algunas novedades como la inclusión de líneas de diálogo y la posibilidad de tomar decisiones, el resultado vuelve a ser una aventura muy entretenida, aunque no memorable, y que gustará seguro tanto los que disfrutaron del anterior como simplemente a los amantes de los RPG de acción, de los mundos abiertos y a los que se sientan atraídos por esta exótica ambientación, posiblemente lo mejor del juego.
Grecia 431 a. C.
La saga hace su mayor viaje al pasado, al comienzo de la guerra del Peloponeso en Grecia en el año 431 a. C., un conflicto que enfrentó a varias ciudades dividas en dos bandos, liderados por Esparta y Atenas. Nosotros nos metemos en la piel de un joven espartano, Alexios o Kassandra, una elección meramente estética, ya que el desarrollo del juego es exactamente el mismo para los dos personajes. Así viviremos toda una odisea, donde se mezclan el conflicto político y militar con la trágica historia familiar de nuestro personaje.
Esto le sirve a Ubisoft para llevarnos por todas la localizaciones icónicas de Grecia que os podáis imaginar, hacer partícipes a grandes personajes históricos como Heródoto, Sócrates y Pericles, y usar todo lo que conocimos de los carismáticos espartanos gracias a 300, ya fuera la película o el cómic en el que se basaba. La política, la filosofía, el teatro o incluso las Olimpiadas, toda la cultura griega -y sus tópicos- está representada, incluso su mitología, y estamos sin duda ante una de las mejores ambientaciones de toda la saga.
La historia nos ha parecido simplemente correcta, aunque mejor contada que en Origins, y su conexión con el resto de entregas es bastante débil, recuperando la trama la Primera Civilización, de la que nos dan nuevos detalles. La fuerte personalidad de nuestro protagonista nos ha gustado mucho, siendo uno de los mejores personajes de toda la saga, y el que haya un sistema de conversaciones en el que poder elegir ciertas frases le sienta muy bien, y consigue que te impliques un poco más con lo que te están contando.
Además, puedes tomar algunas decisiones importantes a lo largo del juego, como elegir el destino de un personaje, lo que te puede abrir o cerrar misiones y desembocar en diferentes finales. No hay muchísimas bifurcaciones o posibilidades, pero no está mal, y es un buen primer paso. Eso sí, nos sigue sorprendiendo lo que le cuesta a los juegos de Ubisoft construir buenas historias y personajes, conseguir que conectemos con su narrativa, un "simple" detalle que marca totalmente la diferencia entre un título como The Witcher 3 y este, un juego en el que Ubisoft claramente se ha inspirado para esta nueva etapa de la saga.
Uno de los problemas de la historia es que no da para 40 horas, que es lo que nos ha durado la trama principal yendo bastante al grano, y lo que hacen es alargarla constantemente de manera artificial con misiones, recados y paseos que nos impiden continuar la trama, o poniendo barreras de nivel de experiencia que nos obligan a parar para hacer secundarias y mejorar a nuestro personaje.
Todo lo que se refiere a la parte rolera está mejor gestionada que en el lanzamiento de Origins, ya que ahora tanto los enemigos como las misiones van subiendo de nivel al ritmo de nuestro personaje, por lo que no se quedan atrás misiones secundarias inservibles, siempre recompensa hacer cualquier contenido, y la dificultad se ajusta en todo momento y es apropiada.
El problema como decimos es en la historia, que a lo mejor tienes nivel 25, de repente las siguiente misiones dan un salto a nivel 31, y esto te obliga a pararte para mejorar el personaje, impidiéndote centrarte en la trama principal, y alargando la duración del juego de una manera bastante artificial y en ocasiones tediosa, con un montón de misiones de relleno y en ocasiones absurdas, siendo este uno de sus mayores problemas.
Como aventura de acción en lo que se refiere a la jugabilidad, no le podemos reprochar casi nada, todo funciona bastante bien, tanto la movilidad, como el sigilo y el combate, que se ha refinado, e incluso los elementos RPG, como los árboles de habilidades y el equipamiento y las armas están bien diseñados, de manera clara y sencilla, y te pica progresar y mejorar al personaje. Su problema viene por los contenidos, cientos y cientos de misiones que se sienten muy parecidos entre sí, y como hemos dicho anteriormente con otros Assassin's Creed -y juegos de Ubisoft en general-, hubiéramos preferido la mitad de contenidos pero que los que hay estuvieran el doble de cuidados.
Es sorprendente cómo al intentar recordar el diseño de las misiones principales no nos vienen a la memoria momentos memorables, ninguna situación épica, ingeniosa o sorprendente, ningún jefe final destacable, todo es rutinario, tienes las sensación de estar horas y horas haciendo siempre lo mismo. Asaltar localizaciones, matar a un objetivo o robar un objeto, examinar unas pistas en los escenarios perfectamente indicadas y dar muchos, muchos paseos de aquí para allá, por su excesivamente grande y bello mapa. Se acusa muchos veces a los sandbox de que no saben evitar la sensación de sentirte como un recadero, pues en este juego no solo no lo intentan disimular, sino que abrazan este concepto con entusiasmo: es el simulador de recadero definitivo.
Hay algunas situaciones y diálogos simpáticos, a veces se plantean ideas y dilemas bastante interesantes, pero sus buenos momentos quedan diluidos en toneladas de contenidos insustanciales y bastante repetitivos. Todo esto que hemos dicho puede sonar muy duro, pero lo cierto es que no hemos tenido demasiados reparos en jugar más de 50 horas en apenas una semana, porque Assassin's Creed Odyssey es muy entretenido, pese a todas las carencias que os hemos explicado.
Las novedades jugables
Con un año de diferencia respecto a Origins, como podéis imaginar estamos ante una aventura bastante continuista, pero el cambio de ambientación y las pequeñas novedades jugables consiguen que no tengas la sensación de estar jugando a exactamente lo mismo.
El combate es muy parecido, aunque funciona un poco mejor, y está más centrado en el uso de habilidades especiales, que vamos desbloqueando a lo largo de la aventura, y en saber esquivar y hacer parrys, parando los golpes. Se han eliminado los escudos, y la verdad es que no se echan de menos, aunque argumentalmente no tenga sentido estar sumergido en una guerra en el que todo el mundo utiliza escudos menos nuestro personaje.
La variedad de armas es adecuada -espadas, dagas, armas pesadas, bastones, lanzas y por supuesto el imprescindible arco-, y constantemente estás consiguiendo nuevas piezas de equipamiento para mejorar al personaje, lo que es gratificante. Todo lo que se refiere a la progresión, todas las armas como las armaduras, así como los árboles de habilidades, está muy bien llevado como decíamos antes, y los enemigos al contar con "autolevel" siempre ofrecen un desafío, el juego nunca se rompe.
En el sigilo no hay ninguna novedad, sigue siendo muy satisfactorio limpiar una localización de enemigos sin ser vistos, y volvemos a ir acompañados de un águila que sirve para observar los alrededores y marcar las recompensas y las amenazas, exactamente igual que en Origins.
Las novedades vienen por ejemplo con los barcos, ya que podemos navegar con grandes navíos como en Assassin's Creed IV: Black Flag, y combatir con ellos y asaltar naves enemigas. Conscientes de que era una característica que dividió mucho a los jugadores en aquel juego, en Odyssey no han querido abusar de ello en la historia principal, y dedicarle tiempo a esta parte es algo muy opcional.
Luego se han incluido en el gran entramado de la aventura hasta tres nuevos sistemas, con distinto peso. Tenemos un sistema de mercenarios, una serie de enemigos especialmente fuertes que nos persiguen por todo el mundo. Según realizamos fechorías y limpiamos campamentos en la región de turno van poniendo un precio a nuestra cabeza, como un sistema de búsqueda a lo GTA, pudiéndonos seguir hasta cinco mercenarios, lo que provoca situaciones impredecibles y bastante divertidas, como una especie de versión light del sistema Némesis de Sombras de Mordor. Si nos molesta su presencia, además de asesinarlos, podemos pagar una cantidad de dinero para que nos dejen de seguir.
Eliminado enemigos y diferentes recursos del ejército de una región vamos facilitando el hecho de acceder a su líder, asesinarlo, y poder así librar la batalla de conquista, un enfrentamiento entre decenas de soldados que es bastante espectacular visualmente, pero que jugablemente es poco más que anecdótico. Más interesante es acabar con los miembros del culto, una serie de personas pertenecientes a una secta cuya identidad tenemos que ir desvelando poco a poco encontrando pistas, para después poder ir a por ellos y asesinarlos, algo que dará para muchas horas de juego.
Una novedad que prometía es poder seguir las misiones y sus objetivos con un modo guiado, como siempre en la saga, o con el nuevo modo exploración, que no nos indica exactamente a dónde nos tenemos que ir en cada momento, sino que nos da una serie de pistas que tenemos que interpretar. Al final estas son tan claras que lo único que tienes que hacer es abrir el mapa y observarlo unos segundos para dar con el lugar que te dicen, y no cambia demasiado las cosas, aunque se agradece. Quizás para futuras entregas deberían ser un poco más valientes al respecto, aunque entendemos que tengan temor a que los jugadores se pierdan, porque el mapa es exageradamente grande.
Como ya hemos dicho varias veces es un juego gigantesco en cuanto a tamaño y cantidad de contenidos: podemos realizar cientos misiones secundarias, misiones temporales y encargos, completar localizaciones como fuertes, cuevas, templos y buscar tesoros hundidos en el agua, mejorar el barco, cazar animales especialmente fuertes, descubrir cada localización del mapa, competir en una arena de combate, como en Origins, y hay alguna serie de misiones secundarias que no están mal, como una relacionada con criaturas mitológicas. Podríamos decir que los contenidos endgame o de alto nivel son un poco más variados que en el juego del año pasado, y una vez completada la historia hay muchas cosas por hacer, más de 100 horas para los más completistas, por lo que nadie podrá quejarse de cantidad, aunque otra cosa es la calidad de todos estos contenidos.
Una ambientación espectacular
Nuevamente lo que es irreprochable es la ambientación y el mundo que han creado para la ocasión, la recreación de la antigua Grecia es un auténtico espectáculo, los escenarios no pueden ser más bonitos, con estampas que te hacen detenerte en más de una ocasión para apreciar su belleza o echar alguna una foto. Ubisoft ya nos tiene acostumbrados a esto en sus grandes juegos de mundo abierto, pero hay que seguir destacándolo.
El juego técnicamente funciona bastante bien en cualquiera de sus versiones (como es lógico luce especialmente bien en Xbox One X), a pesar de las diferencias lógicas de resolución, detalle en la distancia de dibujado o algún defecto puntual como el popping más acusado en las consolas "originales", pero nada demasiado grave. Lo que menos nos ha gustado son las animaciones de los personajes, especialmente de los NPC, bastante artificiales e incluso cómicas en algunas situaciones, como su manera de correr o esas clásicas volteretas que dan por el suelo cuando les vamos a atropellar con un caballo, algo tradicional en la saga y que ya es hora de corregir.
En el apartado sonoro contamos con un par de melodías principales muy buenas, pero que acaban utilizando demasiado, y no es una banda sonora que pasará a la historia, y el sonido ambiente es simplemente correcto, nada especialmente destacable. A nuestro país llega con un doblaje al castellano bastante bueno, con altibajos como siempre, hay muchísimos personajes, pero tiene mucho mérito que doblen un juego tan grande como este, y los usuarios españoles lo agradecerán. Nos ha gustado especialmente la voz de Kassandra, que corre a cargo de Joël Mulachs, conocida por poner voz a actrices como Scarlett Johanson en España.
¡Por Esparta!
Assassin's Creed Odyssey es una buena aventura de acción y rol en mundo abierto, y si te gusta su propuesta jugable y te atrae la ambientación es evidente que lo vas a disfrutar, es un juego muy entretenido. Su mayor enemigo es Origins, la entrega del año pasado, demasiado cercana en el tiempo, y su apuesta por ofrecer demasiado contenido, sin importarle demasiado que este sea repetitivo o rutinario.
Preferiríamos un juego más pequeño pero con una historia más elaborada y mejor escrita, sin tanto relleno, y unas misiones que sorprendieran con su diseño y calidad, que nos ofrecieran alguna trama o momento para el recuerdo. En un par de años seguro que volveremos a tener un nuevo Assassin's Creed, y esperamos que aprendan de sus errores y la saga pueda dar el definitivo salto de calidad que se merece; mientras tanto tendremos Odyssey, que pese a sus defectos es un juego muy disfrutable.
Hemos realizado este análisis en su versión de Xbox One X con un código de descarga que nos ha proporcionado Ubisoft.