Análisis de Virtua Fighter 5 (Xbox 360)
La última encarnación de la saga de lucha más prestigiosa de SEGA, y también la más antigua que existe bajo la premisa tridimensional, ya está disponible para Xbox 360 tras muchos inconvenientes y replanteamientos. El nuevo Virtua Fighter vio su primera aparición en la placa recreativa Lindbergh, la más avanzada de SEGA actualmente, en verano de 2006 en Japón, cuna del título donde los sistemas recreativos aún tienen mucha relevancia, y por ende, donde se encuentra su mayor base de seguidores y jugadores.
Una conversión doméstica se anunció en principio en exclusiva para PlayStation 3, alegado en base a que era la consola de nueva generación que tenía las especificaciones más parecidas a la SEGA Lindbergh.
Sin embargo, antes incluso de que la versión para PlayStation 3 se lanzara al mercado en los primeros meses de 2007, SEGA anunció que una versión para Xbox 360 aparecería también algún tiempo después, dejando en evidencia antiguas declaraciones de lo contrario por parte de los miembros de AM2 R&D, estudio responsable de la saga y también el que cuenta con la trayectoria más brillante dentro de la infraestructura de SEGA.
A priori, todo aquel que acceda a Virtua Fighter 5 por primera vez se encontrará con un juego que sigue unos patrones de lucha relativamente exigentes. El término popular de "machacabotones" carece de sentido aquí, pues el juego sigue un esquema de técnicas muy preciso y avanzado que requiere de un cierto aprendizaje propio, amen de también ser ciertamente ágil a la hora de cubrir o esquivar golpes si no se quiere entrar en una dinámica de derrotas y, por tanto, en una consecuente desesperación para aquellos que no estén tan experimentados. Afortunadamente el juego cuenta con un modo de aprendizaje extenso y detallado que favorecerá mucho la experiencia de juego a todo aquel que le ponga un mínimo de empeño.
Como viene siendo tradicional en la saga, en el juego nos daremos cita en el torneo de Lucha Mundial organizado por la misteriosa corporación Judgement 6, una tapadera para probar sus experimentos con Dural, prototipo de arma biomecánica y jefe final "adicional" de la saga en todas sus entregas. Salvo por un par de pinceladas al respecto e informaciones generales de los personajes, el juego en sí no realiza un detalle argumental muy extenso y sigue más bien un planteamiento puramente clásico de despreocuparse de cinemáticas o conclusiones, al más puro estilo de una máquina recreativa.
Este es el contexto del modo "básico" del juego, el modo Arcade, que nos tendrá peleando contra una sucesión de luchadores, con una curva de dificultad bien medida, hasta llegar a un "jefe final" (que es un luchador aleatorio, no definido) y un "jefe extra", que es el ser biomecánico de rasgos femeninos, Dural, no disponible en el plantel de luchadores a elegir y ante el que sólo se tendrá una oportunidad para poder vencerle, dejándote con la miel en los labios si se pierde y sin posibilidad de continuar para dar paso a los créditos, lo que supone una gran piedra de toque para todo jugador experimentado. Quizás algunos jugadores echen de menos un mayor enfoque argumental, o que menos, unos finales específicos que incentiven al jugador a terminarlo con todos los personajes, pero la diversión, igualmente, está garantizada.
Desde Virtua Fighter 4 Evolution, la saga también cuenta con un modo de juego más extenso y completo en la forma del modo Misión, con una premisa totalmente distinta a la del Arcade. El modo Misión nos propondrá, en la piel del personaje de nuestras preferencias (al que le podemos poner un "nick" o apodo a voluntad para identificarlo mejor), realizar una carrera de luchador desde que se es un novato (10th Kyu) hasta que se es un luchador de categoría (10th Dan), y finalmente, todo un experto con rangos como Liberator, Destroyer y Conqueror, conseguidos de acuerdo a diferentes tipos de progresión según la calidad general y el porcentaje de victorias.
Esto se conseguirá dirigiendo a nuestro personaje por diferentes "clubs de lucha", que realmente representan clubs de recreativas de SEGA de la vida real repartidos por Japón, a modo de homenaje. En estos clubs, diferentes luchadores con "nicks" y frases propias nos irán retando, emulando patrones de combate de muchos jugadores de la saga en las recreativas anteriores de Virtua Fighter a lo largo de su historia, cada uno con sus diferentes patrones y rutinas, y sus registros de victorias y derrotas específicos.
Pero no sólo a base de acceder a los clubs se podrá uno convertir en el luchador definitivo, sino también accediendo a numerosos torneos oficiales que se vayan organizando en la arena de torneos, algo que además recompensará al jugador con premios en la forma del "dinero" del juego. Este dinero servirá para personalizar a nuestro personaje con numerosísimos complementos, desde la ropa hasta el tipo de peinado, pasando por otros elementos "acoplables", lo que en conjunto hará que el luchador se diferencie realmente de su estándar genérico.
Otro modo con el que contaremos será con el de "VF.TV", que es más bien un modo contemplativo que uno jugable. En él podremos visualizar repeticiones de nuestros combates que hayan sido guardadas previamente, combates de exhibición entre personajes manejados por la CPU, una sala de vídeo para visualizar las (escasas) cinemáticas generadas en tiempo real que tiene el juego, enfocadas mayormente a la puesta en escena de luchadores, y también algunos trailers de promoción del juego en formato de video. Los "rankings" generales del juego también son accesibles a través de este modo.
Una de las mayores novedades de Virtua Fighter 5 en su versión para Xbox 360 es la posibilidad de juego online en Xbox Live, una decisión que, al igual que el propio replanteamiento de la versión que nos ocupa, tampoco estuvo exenta de polémica y de cambios de última hora, pues desde AM2 manifestaban que no era posible igualar la experiencia de juego en un modo multijugador online debido a los problemas de retraso propios de las partidas en red. Sin embargo, debido a la demanda popular del mismo, SEGA incitó a que el modo fuera, no sólo incluido, sino también promocionado como la baza principal de esta versión.
Como es el caso de muchos juegos online del sistema, podremos realizar "partidas igualadas" (con resultados que afectan a rankings generales) o "partidas de jugador" (partidas más libres y sin afectar a ningún ranking) contra cualquier otra persona. Lo cierto es que, aunque es verdad que muchas de las técnicas más precisas y meticulosas pueden acusar algunos problemas de "lag", en realidad la experiencia es positiva y satisfactoria, alargando mucho la vida del juego, y por ende aumentando la diversión que proporciona el mismo.
Virtua Fighter 5 es, gráficamente hablando, un espectáculo visual verdaderamente bueno, con una recreación de modelados de luchadores siguiendo unos patrones realistas y bastante convincentes. Por si fuera poco, todo se mueve a unos fluidos y estables 60 frames por segundo, circunstancia que otorga de gran suavidad y agilidad a los combates. En Xbox 360 se ha mejorado un poco el acabado gráfico respecto a la versión de PlayStation 3, solucionando algunos problemas de dientes de sierra, aunque el acabado general de aquella versión ya era también bueno de por sí.
A destacar que, o al menos respecto a otros exponentes del género, puede aparentar que no se le da tanta relevancia a la recreación de los escenarios que ambientan las peleas. La razón fundamental de ello viene a consecuencia de la filosofía del propio juego, que es muy clásica y que reduce los combates a un cuadrilátero específico, costando la derrota si se sale de él, a diferencia de otros juegos mucho más dinámicos en ese sentido. Igualmente, no desentonan para nada en líneas generales.
La jugabilidad es probablemente el aspecto más delicado de un juego como Virtua Fighter 5. El control que se puede conseguir a través del pad estándar de Xbox 360, aunque totalmente configurable pudiendo asignar los comandos básicos de puñetazo, patada y bloqueo, así como también algunas combinaciones prefijadas de los mismos, no es del todo perfecto para aquellos jugadores que quieran dominar totalmente la exigente y avanzada jugabilidad del mismo. El problema está sobre todo en la cruceta y su diseño, que no es precisa en cuanto a la fijación de direcciones y diagonales, truncándose fácilmente muchas de las meticulosas técnicas y combinaciones que ofrece el juego para cada uno de sus personajes.
Aunque esto no deriva en un título incontrolable, y la experiencia más básica de juego sí que está garantizada, es recomendable que los jugadores más experimentados, siempre que se lo puedan permitir, logren acceder al mando arcade oficial de Hori para Xbox 360. Este periférico, con un "stick" de control más propio de una máquina recreativa, soluciona todos y cada uno de los problemas ocasionados por la cruceta del pad estándar, multiplicando la experiencia de juego, amen de mantenerse fiel a las recreativas de lucha gracias al diseño general del mando y sus botones.
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