Análisis de Ninja Gaiden 2 (Xbox 360)

Las grandes sagas van haciendo poco a poco sus primeras entradas en la nueva generación, desde Halo hasta Devil May Cry y, aunque Ninja Gaiden solo tuvo una entrada en la pasada, esta segunda entrega de la obra de Team Ninja viene avalada por una gran expectación. No en vano el primer título fue uno de los mayores espectáculos visuales de Xbox, además de contar con una jugabilidad técnica, precisa, endiabladamente difícil a veces, que lo hizo frustrante para muchos jugadores; pero tan adictivo para otros que fue uno de los pioneros en los campeonatos online a través de Xbox Live.

Esta segunda parte, de nuevo dirigida por el controvertido Tomonobu Itagaki, llega a Xbox 360 poco tiempo después de ser anunciada, aunque meses antes de dicho anuncio la expectación y los rumores habían crecido sin cesar. Ninja Gaiden 2 es una evolución "natural", por así decirlo, del primer juego.

Mantiene las líneas maestras del apartado visual y de la jugabilidad, pero expande el primero gracias a la potencia de la nueva generación, y diversifica la segunda, haciendo el juego no tan técnico como el primero, sino más variado en combos, y además con niveles de dificultad más asequibles para todos los jugadores. El resultado es un muy buen juego de acción que, sin llegar a la calidad del original, se posiciona como el referente en Xbox 360.

La idea sigue siendo la misma que la del anterior juego: Ryo Hayabusa, experto y mortífero ninja del clan del dragón, tiene que salvar al mundo de la llegada del Archidemonio, enfrentándose a todas sus huestes a lo largo de catorce niveles, todos ellos culminados por un jefe final que, al igual que el juego original, tendremos que vencer aprendiendo sus movimientos y sus rutinas, como en los juegos de "vieja escuela", por llamarlos de algún modo. Por el camino tendremos que hacer frente a centenares de enemigos de los que habrá que dar buena cuenta a base de golpes con nuestra espada, estrellas ninja y resto de armas.

Aunque la idea es en esencia la misma, la de cualquier juego de acción hoy en día, en Ninja Gaiden 2 nos encontramos con cambios respecto a la primera entrega. Por una parte, el repertorio de armas es mayor que antaño. Comenzando con la espada del dragón y las estrellas ninja, a medida que avancemos lograremos hasta ocho armas diferentes, cada una con su repertorio de movimientos, que podremos ampliar mediante la recolección de técnicas, dispersas por los escenarios del juego y fáciles de dominar y de aplicar, dado que más o menos todas son análogas entre sí. Nuestro repertorio de armas de alcance también irá creciendo, utilizándose algunas, como el arco o las estrellas explosivas, para resolver puzles (muy sencillos, eso sí), y siendo también imprescindibles en algunos jefes finales. El ninpo se utiliza ahora con más asiduidad, y podremos dirigirlo a varios enemigos, subirlo de nivel con ítems, y elegir entre varios desde prácticamente el comienzo del juego. No resulta determinante, pero sí nos puede salvar de alguna situación complicada al deshacernos de golpe de varios enemigos a la vez; sin embargo, es muy positivo poder usar con más frecuencia unas magias que en el anterior juego eran mucho más testimoniales.

Una novedad no solo visual, sino también jugable, es que hay muchísimo más gore que en el anterior juego. Además de movimientos de finalización cinemáticos –las "obliteraciones", que acaban con los enemigos de forma especialmente cruel- en el combate contra ellos, antes de que los matemos, podremos desmembrarlos, reduciendo sus recursos para hacernos frente. Todas las armas, incluso las romas, pueden desmembrar a los enemigos, pues las que no cortan, provocan "explosiones" en sus articulos, por lo que el festival de sangre está asegurado. Es cierto que las desmembraciones están muy exageradas y son demasiado habituales, pero su gratuidad es menos evidente desde el momento en que influyen en la jugabilidad. Las decapitaciones en los movimientos finales están a la orden del día.

La cámara era uno de los grandes enemigos en Ninja Gaiden, solucionada en versiones posteriores pero muy criticada en su día. En esta nueva versión la cámara es bastante mejor aunque de vez en cuando sigue dando problemas. Aunque podremos centrarla, no serán pocas las veces en las que recibamos golpes desde ángulos muertos, de enemigos que han aparecido por ahí y no hemos podido ver a tiempo. La única solución a esto es que activamente "participemos" en el posicionamiento de la cámara, pulsando el gatillo derecho o moviendo nosotros la cámara con el analógico derecho para lograr un punto de vista. Aún así se echa en falta en el diseño unos ángulos de cámara óptimos que no den problemas.

Otro cambio es la dificultad. Una de las cosas que hacían del primer Ninja Gaiden un juego tan especial es que los enemigos realmente tenían ganas de matarnos y si no teníamos cuidado lo conseguían. Cubrirse ya no solo era un botón, sino una técnica, teniendo que hacerlo en el momento adecuado para sobrevivir. Este Ninja Gaiden 2 cuenta con cuatro niveles de dificultad, solo dos de ellos desbloqueados al principio, y el nivel más fácil, que tampoco es fácil, sino normal, es bastante más asequible que el del primer juego, lo cual es una gran noticia para todos aquellos que no pudieron terminárselo.

Los enemigos siguen viniendo en oleadas y siguen poniéndonos en apuros, pero la vida se regenera tras cada ronda de encuentros, hay más ítems para recuperarla, y en general el juego es menos estresante en este sentido; solamente en los jefes finales llegaremos a la desesperación, pero como comentábamos al principio todo consiste en cogerles el truco, a lo vieja escuela, y aprender cómo acabar con ellos. En el nivel "básico", como podríamos llamarlo, el juego empieza siendo muy sencillo para comenzar una curva de dificultad no demasiado pronunciada pero sí constante. La cuestión es que, aunque los enemigos nos maten, cuando lo hagan no será de forma arbitraria o frustrante; tendremos que haber metido la pata antes, haber descuidado la guardia demasiado, o habernos enfrentado al jefe final sin haber estudiado antes sus movimientos. Un avance respecto al primer juego, que a veces resultaba desesperante.

A nivel gráfico Ninja Gaiden 2 mantiene una línea continuista con respecto al original. Evidentemente pega un salto a nivel de polígonos, detalle en el escenario y, naturalmente, resolución, pero los gráficos siguen el mismo estilo visual del primer juego, destacando unos modelados de personajes y enemigos muy sólidos, plásticos, como de figuras de acción. Los escenarios cuentan con un gran nivel de detalle, no solo los que recorreremos sino también todo lo que les rodea, y algunos de los niveles son realmente espectaculares, representante lugares conocidos –Tokio, Nueva York, Venecia- ambientados para el combate sangriento entre un ninja y una horda de demonios.

Aunque Ninja Gaiden 2 muestra unas animaciones espectaculares y muy buen gusto en el diseño de producción, destacando ciertos (muchos) momentos en el que el juego parece la carnicería del restaurante de Kill Bill, el motor gráfico no siempre mueve bien todo esto y cuando haya muchos enemigos en pantalla no serán extrañas las ralentizaciones que, sin embargo, no influyen demasiado en la jugabilidad al estar algo así como calibradas; son ralentizaciones, pero no tan brusca como el clásico bajón de fotogramas por segundo. Un notable apartado gráfico, sin el impacto que supuso el primer Ninja Gaiden, pero a muy alto nivel.

El apartado sonoro no destaca entre el festival de sangre y acción, pero cumple muy bien con su labor; por una parte, el repertorio de sonidos FX, parte de los cuales es familiar, es tan efectivo e impactante como siempre. Choques de espadas, explosiones, brazos descuartizados y demás se complementan con lo que vemos en pantalla. La música es lo que menos llama la atención pero es bastante variada, combinando pequeñas melodías de corte oriental. Finalmente, el doblaje al inglés, con opción al japonés, es correcto, sin grandes alardes, completando un apartado que juega un papel secundario pero lo cumple bien.

Ninja Gaiden 2 es un muy buen juego de acción que, tomando el testigo del primer título, mantiene su esencia, aplicando la esperable mejora gráfica y haciendo evolucionar su jugabilidad, haciéndola quizás algo más abierta y menos técnica, usando el gore no solo como espectáculo sino como elemento jugable, y manteniendo las espectaculares luchas contra los jefes finales. No tiene demasiados elementos extra, más allá de lo rejugable que es, y del modo cine, que podemos activar en cualquier momento, para luego editar el vídeo e incluso compartirlo por Internet. Aunque gráficamente no sea tan espectacular como el primero lo fue en su día, ni traiga esa frescura jugable, se posiciona como el referente de la acción en Xbox 360, con permiso del reciente Devil May Cry. Sin embargo, ni éste ni el otro han logrado llegar en esta generación al nivel de sus predecesores. Team Ninja todavía tiene algunos años de Xbox 360 para hacer un Ninja Gaiden 3 que llegue a lo más alto.