Análisis de Kung-Fu High Impact (Xbox 360)

En el mes de diciembre de 2010 los finlandeses Virtual Air Guitar Company lanzaban un peculiar juego para PlayStation Network titulado Kung-Fu LIVE, que usando la cámara PlayStation Eye, nos convertía en los protagonistas de una disparatada historia de karatekas. La cámara grababa nuestros movimientos y nos metía dentro del videojuego, y realizando todo tipo de golpes reales con el cuerpo, teníamos que ir a acabando con decenas de enemigos.

Con algunos fallos de detección y de calidad de imagen a la hora de mostrarnos en pantalla, dadas las limitaciones del PlayStation Eye, ahora llega una versión para Kinect que gracias a sus excelentes capacidades, mejora lo que vimos en aquel juego para PlayStation 3. Pero su gran problema es, que de ser un título descargable que costaba alrededor de los 10 euros, en su versión para Kinect ha pasado al formato físico cuadruplicando su precio, costando unos 40 euros. Algo que no es la primera vez que pasa, como vimos con The Gunstringer, que en su origen iba a ser un juego para Xbox Live. Esto no sabemos si es culpa de Microsoft, que con el ánimo de surtir de un catálogo variado a Kinect "anima" a los estudios a que se pasen al formato físico, o bien son las propias compañías las que ven una suculenta tajada de sacar sus títulos a un precio más elevado en las tiendas tradicionales.

En este caso en concreto, nos parece un tremendo error. Los catorce capítulos de la historia se pueden superar en menos de dos horas, siendo generosos, y los demás alicientes que se han incluido para seguir jugando no tienen el suficiente peso. Esto por no hablar de los problemas de jugabilidad, de lo frustrante que resulta a veces, y que como descargable por unos 800 o 1200 Microsoft Points hubiera tenido su gracia, pero que en formato físico es un producto que no se sostiene por ningún lado, siendo muy mediocre en todos sus apartados.

La historia nos pone en la piel de un dependiente de una tienda de cómics, que se verá inmerso es una rocambolesca historia en la que incluso viajamos a otra dimensión, que pretende ser muy alocada y humorística, pero que se queda en como mucho "graciosilla". Una de las cosas más divertidas, más incluso que la propia jugabilidad de pegar golpes, es la interpretación que tenemos que realizar antes de cada capítulo. Nos obligan a realizar cinco o seis posturas distintas, fotografiándonos, y luego vemos en una serie de viñetas nuestra imagen protagonizando un cómic, muy gracioso en caso de hacer un poco el loco cuando nos hacen esas fotos.

Después pasamos a la acción, en unos escenarios en dos dimensiones en los que aparecen los enemigos por la izquierda y por la derecha. Podemos luchar cómo queramos, no hay movimientos preestablecidos, y de manera lateral podremos dar patadas, puñetazos, cabezazos, patadas voladoras o lo que queramos, que nuestra imagen en pantalla los replicará golpeando a los enemigos. Para desplazarnos hacia los laterales, y aquí comienzan los problemas, tendremos que dar golpes hacia ese lado, y el personaje se moverá, lo que resulta tedioso y torpe, aunque no muy grave ya que la jugabilidad no nos obliga casi nunca a desplazarnos grandes distancias.

Oleadas de enemigos van llegando en diferentes rondas, que en dificultad normal no tendremos mucho problema para vencer. Cuando un enemigo va a realizar un golpe, vemos una línea amarilla en pantalla que nos indica dónde va a golpear, por lo que tendremos tiempo suficiente para esquivarlo, o bien bloquear el ataque. Para bloquear un golpe alto tendremos que protegernos la cara con el brazo, y para parar un golpe bajo levantaremos la rodilla. Luego hay otro tipo de ataques rojos que son muy poderosos y no podremos bloquear, por lo que nos veremos obligados a esquivarlos.

Si decidimos jugar en nivel difícil, donde la acción se complica y mucho, los enemigos también bloquean nuestros ataques y tendremos que realizar distintos golpes para pillar desprevenidos a los contrincantes. Por supuesto podemos realizar combos, y el juego sabe de sobra con qué parte del cuerpo estamos siempre golpeando, lo que está bastante logrado. Poco a poco según superamos los distintos capítulos, nos enseñan golpes especiales. Primero el superpuñetazo, que se realiza extendiendo los brazos separados hacia un lado, muy útil para acercarnos rápidamente a los enemigos, o para escapar de estos, ya que avanzamos varios metros a toda velocidad y damos un fuerte golpe.

Este movimiento gasta una barra de energía que tenemos para los golpes especiales, aunque menos que las habilidades especiales que comentaremos a continuación. Como el terremoto, que se realiza saltando y golpeando el suelo al caer, haciendo temblar a los enemigos o incluso tirándolos al suelo. El rayo sirve pare freír a los enemigos, levantando una mano y apuntando con la otra, y el paro temporal nos hace entrar en una especie de "tiempo bala" que ralentiza la acción, y se realiza levantando los brazos en forma de V.

Luego tenemos otras acciones aparentemente interesantes pero muy problemáticas de realizar. El arco mágico nos permite lanzar flechas de energía a enemigos voladores, extendiendo la mano con la que lo sujetas, y acercando la otra, pero es horrible de realizar esta acción, y más en plena batalla, siendo muy frustrante tanto activarla, como después apuntar y disparar a dónde queramos. Y una acción mucho más importante, los saltos mortales, que nos permiten llegar a ciertas plataformas muy altas o colocarnos en la espalda de los enemigos, se realiza saltando, levantando los brazos y doblándote un poco hacia atrás. Aunque no es muy complicado de realizar, sí lo es bastante más caer o saltar dónde queramos, y nos desesperaremos en más de una ocasión.

Los enemigos al principio son muy sencillos, y con cualquier golpe es fácil vencerlos. Pero luego aparecen otros pequeños, que para golpear hay que agacharse o dar patadas bajas, unos con lanzas que hay que impedir que se acerquen demasiado, otros voladores que para golpear hay que dar grandes saltos o usar el arco mágico, y también tenemos jefes finales muy duros de pelar. Durante los primeros cinco o seis capítulos no tenemos muchas dificultades para seguir avanzando, pero llegado un momento en el que tenemos que saltar hasta determinadas plataformas, para recoger ítems curativos, o que nos dan más fuerza, es cuando comienzan a aparecer las carencias jugables. Es desesperante que para llegar a una plataforma concreta tengamos que darle la espalda, saltar, estirar los brazos, y doblar un poco la espalda, para después vete a saber si consigues caer donde quieres.

Lo que debería ser una divertida experiencia dando golpes con todo nuestro cuerpo, finalmente acaba siendo frustrante y desesperante, pegándonos unos palizones físicos de patadas, puñetazos y saltos locos para poder seguir avanzando, dado lo impreciso que es realizar ciertas acciones. Eso sí, posiblemente sea el juego de Kinect con el que más hemos sudado, hasta la extenuación en ocasiones, con oleadas de enemigos y saltando como monos para intentar llegar a alguna parte o abatir enemigos aéreos. Como título para hacer ejercicio físico no tiene precio, eso sí, el problema es que hacemos más desgaste del normal no por la propuesta en sí, sino por sus carencias jugables.

Una vez superada esta corta historia de catorce capítulos, además de poder volver a jugarla en difícil, hay más modos de juego englobados en Combate personalizado. Existiendo un modo multijugador, en el que tenemos la posibilidad de que cuatro amigos con un mando cada uno se enfrenten a nosotros manejando a los enemigos. Elegimos el escenario, el tipo de enemigos, el número de rondas, y los movimientos especiales que tendremos disponibles. Luego tenemos un modo Supervivencia, dividido en cuatro clases, que como si se tratara del tan de moda modo Horda, tenemos que sobrevivir todas las rondas que podamos.

Los gráficos son muy modestos, por no decir mediocres, no tanto por su acabo técnico, que bien podría pertenecer al de un título de hace diez años, sino más bien por el poco inspirado diseño artístico, que no nos dice nada. Se podría haber aprovechado para que todos los gráficos fueran en cel-shading, imitando un cómic, pero se apuesta por un estilo indefinido y sin gracia, con unos enemigos que no tienen ninguna personalidad, y no queremos hacer más leña del árbol caído, de unos gráficos muy desangelados. Al menos sí están graciosas las escenas de cómic en las que nos vemos "insertados", que junto a unos amigos nos podremos echar unas risas poniendo absurdas poses. El sonido tampoco es brillante, y lo poco que podemos comentar es que cuenta con voces en castellano que narran la historia.

Resumiendo, aunque Kung-Fu High Impact hubiera sido un título para Xbox Live, este nos parecería flojo, por ciertos problemas jugables que hacen que lo que debería ser diversión y entretenimiento se acabe tornando en desesperación y frustración. Pero bueno, al menos sería curioso, y alguien le podría ver la gracia. Pero en formato físico, a unos 40 euros, no os lo podemos recomendar de ninguna de las maneras, siendo muy flojo en todos sus apartados. La técnica es curiosa, y más o menos funciona, pero su mecánica y desarrollo cae en ciertas torpezas imperdonables, su envoltorio visual y sonoro es muy pobre, y en cuanto a modos de juego y duración, anda más que escaso. Una pena, ya que la idea es curiosa, y durante algunos momentos funciona, pero dentro del catálogo de Kinect, que ya empieza a contar con unos cuantos títulos de calidad, este queda como una anécdota un tanto cara.