Análisis de Super Mario Maker (Wii U)
Super Mario es, fácilmente, uno de los iconos más reconocibles de la industria del videojuego. A poco que tenga un poco de conocimiento de la cultura popular, cualquier persona sabe reconocer al fontanero de Nintendo. Éste ha sido un buen año para los aniversarios, celebrando también la treintena de Rare con Rare Replay o el trigésimo quinto cumpleaños de Pac-Man con diferentes eventos y Pac-Man 256, un juego móvil que evoluciona su fórmula clásica.
Y, ¿qué ha hecho Mario en tan señalada ocasión? Pues ni una colección de sus mejores éxitos ni una nueva aventura como tal. La respuesta es Super Mario Maker, un juego que recupera el concepto que popularizó LittleBigPlanet para adaptarlo al Reino Champiñón, a la vez que repasa algunos de los juegos más destacados –si no los más destacados– de la trayectoria 2D del rostro más popular de Nintendo.
¡A jugar!
Super Mario Maker es un juego que nos permite jugar, crear y compartir diferentes niveles, así que vayamos por partes. Si vienes a jugar, estás de enhorabuena. Por una parte tenemos 68 niveles "oficiales", creados específicamente para la ocasión (aunque cuatro son del Nintendo World Championship que se celebró en el pasado E3). Unos son totalmente nuevos, otros son revisiones de niveles clásicos; unos son pequeñas pruebas, otros son niveles más tradicionales. Éstos se pueden jugar en bloques de 8 a través del modo "Desafío 10 Marios", en el que, como su propio nombre indica, tenemos diez vidas para superar estas fases.
Estos niveles, además, se guardarán después en el editor, y podremos modificarlos como queramos para jugarlos de manera local; es decir, no podremos compartirlos online. Aparte, obviamente, tenemos la posibilidad de jugar a los niveles que han creado los otros usuarios. Podemos jugar cualquier fase que se nos apetezca –buscando por nombre o autor, eligiendo por dificultad o valoraciones, etcétera–, o participar en desafíos de "100 Marios", donde tenemos 100 vidas para superar 8 ó 16 niveles, en función de la dificultad elegida.
En "Desafío 100 Marios", nos enfrentaremos a niveles creados por la comunidad, y que se organizan en fácil, normal o difícil en función del porcentaje de jugadores que lo hayan completado con éxito. Si algún nivel se nos atraganta, podemos saltarlo, evitando que podamos quedarnos bloqueados en alguna fase. Y es que, os lo advertimos ya, hay algunas auténticas barbaridades que, bueno, gustarán a algunos y desesperarán a otros. En cualquier caso, hay también niveles muy inteligentes y divertidos, de esos que no quieren sacarte de tus casillas, sino solamente hacerte disfrutar.
¡A crear!
El siguiente paso lógico es, faltaría más, comentar la creación. Crear es uno de los pilares de Super Mario Maker, y aunque es la primera vez que Nintendo se mete en este terreno, supera el desafío con mucha, mucha nota. La creación es intuitiva, ágil y sencillísima, y la interfaz jamás se impondrá en ningún momento entre nuestras ideas y nuestro nivel. Nunca sentiremos esa impotencia de tener una idea y no poder plasmarla. Si es posible, no tendrás que marearte para conseguirlo.
Al principio algunas cosas pueden ser inesperadas, más que poco intuitivas. Por ejemplo, arrastrar un champiñón a un enemigo para que se vuelva gigante, o arrastrar Mario a una tubería para activar una ruta secreta. Poco a poco veremos que explorar tiene su recompensa, y descubriremos cosas como que, si agitamos determinados objetos, se convertirán en una versión alternativa con características diferentes. Para que os hagáis una idea, una plataforma fija se convertirá en una que se cae al pisarla, o una tortuga verde (que sigue caminando al llegar a un borde) se convertirá en una roja (que se da la vuelta al llegar).
El editor es muy completo, aunque necesitaremos varios días para desbloquearlo todo. Será necesario crear durante cinco minutos al día para que, al día siguiente –valga la redundancia– nos llegue un nuevo lote de contenido. La verdad es que, aunque al principio puede antojarse un poco molesto, al final está bien para irnos familiarizando poco a poco con todo lo que tiene que ofrecer, que es mucho. Además, hay varios secretos que no podemos desvelar en el análisis, y que nos permiten introducir algunas novedades jugables para llevar la experiencia un paso más allá.
Como probablemente sabréis, podemos crear en seis entornos diferentes (al aire libre, submarino, subterráneo, fortaleza aérea, casa fantasma y castillo) con cuatro apariencias distintas, extraídas de Super Mario Bros., Super Mario Bros. 3, Super Mario World y New Super Mario Bros.. Cada una tiene su apariencia original, sus sonidos originales, sus animaciones y sus posibilidades. Por ejemplo, los dos primeros Marios sólo pueden saltar, el de Super Mario World puede hacer el remolino, y el de New Super Mario Bros. puede apoyarse en las paredes, hacer el salto triple con las volteretas o dar el "culazo". Esto abre y cierra posibilidades también en función del juego elegido para crear nuestro nivel.
En este aspecto, el juego elegido también condiciona los potenciadores y los elementos en pantalla. La pluma/capa de Super Mario World se convierte en la hoja/cola de mapache de Super Mario Bros. 3, o Yoshi pasa a convertirse en la bota de Super Mario Bros. 3. Hay objetos o enemigos que sí que aparecen en juegos donde no aparecían originalmente, y suponemos que Nintendo ha pensado en mantener el equilibrio entre lo clásico y lo nuevo.
Un viaje por la nostalgia
Audiovisualmente, Super Mario Maker es un auténtico homenaje a algunas de las entregas más recordadas de la saga. Tenemos 24 melodías originales (6 de cada juego), más algunas revisiones para los menús, que no recuerdan –en el hipotético caso de que las hayamos llegado a olvidar– lo increíblemente buenas que eran las composiciones clásicas. Lo mismo sucede con el apartado visual. En concreto, nos sigue sorprendiendo Super Mario World, un juego que con 25 años a sus espaldas sigue teniendo unos sprites muy bonitos, coloridos, genialmente animados y llenos de detalle, a los que ya quisieran acercarse mucho de los que presumen hoy en día de pixel-art.
Además, las transiciones entre juegos y escenarios son inmediatas y perfectas, adaptándose a las características propias de cada uno rápidamente y sin tiempos de carga. Comentar por último el uso de los amiibo, que no sólo "disfrazan" a Mario a través de un champiñón, sino que cuentan con sus sonidos propios durante la partida, incluso con su propia melodía al completar un nivel. De hecho, incluso si no tenemos el amiibo como tal, podremos probar sus trajes en niveles creados, o desbloquear algunos jugando. Os adelantamos también que hay algunos trajes que no son amiibo, como el de Goomba.
¡Feliz 30º cumpleaños, Mario!
Super Mario Maker quizás no es el juego con el que muchos esperaban celebrar este aniversario, pero sin duda es un título acertadísimo para recordar por qué el fontanero de Nintendo está donde está, que además nos da la posibilidad de llevarlo un poco más allá. Super Mario Maker es un juego divertido, completo, disfrutable tanto si te gusta crear como si sólo te gusta jugar, y sorprendentemente accesible para todos.
Además, consigue demostrar que Wii U está alcanzando ahora su madurez, con una genial integración del GamePad y Miiverse, justificando así las posibilidades únicas de la consola. A nosotros nos ha gustado mucho, y si la comunidad se mantiene activa, Super Mario Maker puede convertirse en ese juego al que siempre querrás volver. Si tienes una Wii U, te gustan los Mario 2D y tienes ganas de algo original, es una compra de la que no te arrepentirás.