Análisis de Sonic Lost World (Wii U, PC)

Después de los notables Sonic Colors y Sonic Generations, parecía que el mítico erizo azul estaba levantando cabeza, tras unos años de larga travesía por el desierto. Mientras otros compañeros de género realizaron con acierto la transición de las dos a las tres dimensiones, como Mario y Rayman, a Sonic se le atragantó este cambio de perspectiva, lo que no impidió que en su día disfrutáramos muchísimo de títulos como Sonic Adventure 1 y 2 en Dreamcast, pese a sus carencias jugables.

Fue más bien después, con Sega abandonando la fabricación de consolas y dedicándose a desarrollar juegos para todas las plataformas, cuando la saga Sonic entró en una grave crisis creativa, que tocó fondo en el debut en la actual generación, con el olvidable –y hasta "mofable"- Sonic the Hedgehog de 2006, un auténtico desastre de juego.

Sonic Unleashed de 2008 tampoco fue lo que esperábamos, y los Sonic exclusivos de Wii, Sonic y los Anillos Secretos y Sonic y el Caballero Negro, bueno, tienen sus defensores… Después de su también discutida vuelta a las 2D con Sonic 4, Color y Generations volvieron a complacer a los fans, y todos los amantes de los plataformas esperábamos con los brazos abiertos este Sonic Lost World, que por los últimos tráilers mostrados pintaba fenomenal.

Pues a nuestro pesar, porque como amantes de los plataformas y del erizo azul queremos una pronta recuperación, tenemos que admitir que Sonic Lost World nos ha decepcionado bastante, nos parece una recaída en la mejoría que la saga había experimentado con las dos últimas entregas. ¿Qué es lo que falla? Pues unas cuantas cosas, arrastrando algunos de los defectos de los últimos años, y añadiéndole otros nuevos, en un plataformas que tan pronto tiene momentos geniales, divertidos y frescos, como otros tediosos y frustrantes, que te dan ganas de tirar el mando contra la tele, con situaciones que son un auténtico caos jugable.

No estamos para nada ante un mal juego, se las apaña fácilmente para entretener, pero sí estamos ante un plataformas regular, porque cuando en un título de este género saltar no es divertido, es que algo está fallando. No se le puede achacar que no intente innovar y aportar cosas nuevas a la saga, que no al género, pero de poco sirven estas novedades si están mal implementadas y en la mayor parte de las ocasiones no terminan de funcionar bien del todo. Su inspiración para introducir algo distinto en un Sonic es clara, los dos Super Mario Galaxy, dos auténticas obras maestras, juegos en los que se ha inspirado más incluso de lo que parecía en un principio, y mejor no ahondaremos en comparaciones, ya que las conclusiones podrían llegar ser crueles.

Hay decisiones de diseño que nos dejan bien claro desde el principio que han intentado hacer algo distinto a un Sonic correcalles, un juego más calmado, con un jugabilidad más profunda, como el hecho de que ahora para correr tengas que pulsar un botón, que también sirve para hacer parkour, que haya dos tipos distintos de ataques aéreos, o que te puedas agarrar a los salientes. Pero esto no se ha traducido en un mejor plataformas, y solo hace que la jugabilidad sea por momentos innecesariamente confusa y caótica, cuando grandes títulos recientes del género como Rayman Legends o Cloudberry Kingdom han demostrado que con muy pocos botones se puede hacer un excelente plataformas.

Falla la comunicación del juego con el jugador, a veces no tienes muy claro qué tienes que hacer, exigiendo acciones muy específicas para superar ciertas situaciones, y no están bien equilibradas las situaciones en las que tienes que correr descontroladamente con los momentos en los que te lo tienes que tomar con calma. Por supuesto que a poco que te guste el personaje y el género te lo vas a pasar bien, pero también te vas a sorprender cabreándote y frustrándote, por errores tontos de diseño, que no entendemos no se hayan subsanado con un simple testeo con jugadores reales, que llegamos a dudar se haya realizado, no sabemos si fruto de las prisas.

Derrota a los Mortíferos Seis

La historia comienza con Sonic y Tails a bordo del Tornado persiguiendo al Dr. Eggman, que como de costumbre está secuestran animalillos para convertirlos en robots y formar así un ejército de Badniks. El malvado doctor consigue zafarse de nuestros amigos disparándoles un rayo láser, y con el avión descontrolado y cayendo, Sonic y Tails descubren un gigantesco contiene flotante, Héxagon, donde aterrizan de emergencia. Aquí comienza una aventura donde Sonic y sus amigos no solo se enfrentarán al villano clásico de la función, el Dr. Eggman, sino también a unos enemigos, los Mortífero Seis, bastante peculiares y con una personalidad muy definida. Una sencilla y olvidable historia para todos los públicos que se cuenta con abundantes cinemáticas, que se pueden omitir rápidamente y sin problemas.

Los controles básicos se nos explican en la primera fase a modo de tutorial, y conviene que prestemos atención, ya que no son los acostumbrados en un Sonic. Ahora nos podemos mover a dos velocidades, la normal que es caminar y correr apretando solamente el stick, y la rápida habitual de Sonic, pulsando el gatillo derecho del GamePad, quedando el izquierdo para hacer el torbellino –spin dash para los más viejos del lugar-. Con A/B saltamos, teniendo disponible un doble salto, y con X/Y nos agachamos y rodamos, una acción que carece de sentido.

La fijación de enemigos funciona como de costumbre, pudiendo marcar hasta seis blancos a la vez cuando estás con los pies en el suelo, pero todo el sistema de ataques se ha complicado, ya que además del clásico ataque teledirigido, ahora también podemos dar patadas, una acción necesaria para dejar noqueados a cierto tipo de enemigos, y así poderles realizar un ataque normal. Perderemos muchos anillos –y unas cuantas vidas-, hasta que aprendamos a qué enemigos hay que noquear antes de hacer un ataque simple.

Otras acciones peculiares de este Sonic son el hecho de poder correr por las paredes y saltar de un muro a otro, colgarnos de ciertos techos y movernos, saltar entre paredes rebotando, o escalar una pared si llevamos el botón de acelerar, el gatillo derecho apretado, agarrándonos a los salientes. Como veis un control más complejo de lo habitual en un Sonic, que ni están bien explicado ni ejecutado, no teniendo muy claro a veces qué acción debemos realizar, ya que las reglas del juego cambian caprichosamente a cada momento, y siendo tan impreciso como nos tienen acostumbrados los Sonic en 3D, con las clásicas locuras que le dan a la cámara que sigue la acción, aquí no tan molestas como en anteriores Sonic.

La variedad jugable es elogiable, tenemos desde las vistosas fases cilíndricas que habéis podido ver en multitud de tráilers, otras totalmente esféricas, 100% Mario Galaxy, cantidad de secciones en 2D, alternadas con momentos 3D, e incluso frenéticas fases en las que no paramos de correr, y hasta sobre raíles. Un intento de hacer el juego variado, salpicado con abundantes apariciones de jefes finales, en ningún caso demasiado inspiradas, y que contrastan por su sencillez con la dificultad de las fases, bastante puñeteras a veces. Una dificultad que viene dada muchas veces por su peculiar sistema de vidas.

Comenzamos con cuatro, y esta vez no nos dan una nueva cuando conseguimos 100 anillos, y si nos quedamos sin vidas tocará continuar y empezar la fase desde el principio, algo que no nos parece mal a priori, y que funciona sin problemas en los juegos de Mario, a diferencia de plataformas actuales con vidas infinitas. El problema viene cuando ya estás en el ecuador del juego y sabes que si te internas en una nueva fase con un par de vidas es más que probable que no te la vayas a pasar, ya que como poco, te van a matar dos o tres veces por lo menos –si no algunas más- de manera injusta e incomprensible por puros errores de diseño o imprecisión en los controles, no porque seas manco jugando, lo que hace que a veces tengas que repetir una fase varias veces hasta que te la aprendes de memoria –su trampas o errores concretamente-, puro ensayo y error.

Para añadirle un poquito más de sal y pimienta a este guirigay jugable, tenemos los wisp, esos extraterrestres de colores que aparecieron por primera vez en Sonic Colors, y que aquí repiten, con algunos nuevos o funciones modificadas. Láser cian, que te lanza a toda velocidad hacia adelante y que permite rebotar en unos cristales de color azul, algo que no aporta nada, Taladro amarillo, que nos permite taladrar el suelo o viajar bajo el agua, y que protagoniza algunos momentos bastante entretenidos, Arteroide índigo, que desintegra a los enemigos y objetos a su paso, son algunos de los que aparecen. El problema que tienen es que la mayoría de ellos nos obligan a utilizarlos moviendo el GamePad, algo que no está del todo bien resuelto, y que queda un tanto forzado, como una necesidad de justificar el uso del mando. Que además es la causa de que en el modo para un jugador estemos obligados a utilizar este mando, sin permitirnos jugar con el Pro Controller o Mando clásico de Wii, que sí se puede utilizar en los modos multijugador.

Realmente estamos ante un juego bastante completo, con siente mundos con cuatro fases cada uno, que no tardaremos demasiado en pasarnos, aunque los niveles son bastante rejugables, ya que cada una esconde cinco Rings estrella roja, a veces bastante complicados de pillar, y la posibilidad de jugar en modo contrarreloj, para conseguir el batir el tiempo récord, además de poder competir en las clasificaciones en línea, mundiales y nacionales. Es cierto que al comienzo nos engañan un poco, ya que en las primeras fases tenemos la sensación de que hay mil y un caminos por descubrir, algo que va desapareciendo según avanzamos en el juego, con niveles cada vez menos elaborados.

A veces desbloqueamos fases secretas, bastante curiosas, y si conseguimos cinco Rings estrella roja en un mismo mundo, se habilita una fase de bonus. Un minijuego en el que tenemos que tocar la pantalla del GamePad y mover un trampolín, balancín o cañón mientras rompemos globos, unos bonus bastante insulsos y mal realizados. Además de todo esto siempre nos queda conseguir las 7 Esmeraldas del caos, relacionadas con encontrar los anillos rojos de cada fase.

En el modo multijugador, tenemos carreras para dos jugadores, en las que el jugador 1 juega mirando la pantalla táctil del GamePad, y el jugador 2 mirando el televisor con un mando de Wii, Mando clásico o con el Pro Controller de Wii U, por lo que no se recurre a la clásica pantalla partida, lo que se agradece. Se pueden jugar Carrera de velocidad, en las que se compite en llegar el primero a la meta, Carrera de expertos, una carrera por una zona bastante complicada, y Carrera de Rings, una carrera en la que gana quien consiga más anillos. Hay potenciadores e ítems que fastidian al rival, y este modo nos ha recordado al entretenido multijugador de Sonic the Hedgehog 2 que tanto disfrutamos en 1992. También cada fase del modo para un jugador se puede jugar en cooperativo, con un segundo jugador controlando un vehículo teledirigido que puede disparar.

En el apartado técnico tenemos un juego bastante sólido y muy bonito, espectacularmente colorido y con una tasa de imágenes mayoritariamente a unos agradables 60fps, aunque con evidentes caídas en ciertos momentos, que no llegan a empeñar el apartado jugable. Es cierto que muchas veces no mueve demasiados elementos en pantalla, al jugar en escenarios suspendidos en el aire y nunca demasiado grandes, pero eso no quita que estemos ante un juego visualmente muy resultón, de lo mejor que hemos visto en Wii U, aunque creemos que todavía esta consola puede dar mucho más de sí.

La banda sonora como suele ocurrir en los Sonic es bastante acertada, con melodías simpáticas y pegadizas, alguna en concreto especialmente bonita, y un tema principal con mucho gancho, aunque lejos del esplendor y acierto de bandas sonoras tan memorables como las de los Sonic de Mega Drive o sin irnos tan lejos de Sonic Adventure 2. Para redondear el correcto apartado sonoro tenemos un buen doblaje al castellano de las voces, más trabajado que lo que disfrutamos en Sonic Generations.

Sonic, más suerte y trabajo la próxima vez

No estamos ante un mal Sonic, hemos tenido que soportar en los últimos años entregas de las saga que dejaban mucho que desear, pero tampoco es un gran plataformas, o al menos no uno sobresaliente, lo que llevamos mucho tiempo esperando los fans del erizo azul. El género está más competido que nunca, con propuestas de enorme calidad tanto en formato físico como descargable, y todo aquel que no roce la excelencia, ya sea por una jugabilidad impecable, por un vistoso u original apartado visual, o porque tenga algo que lo hago único o especial, queda un poco en evidencia, que es lo que le pasa a este Sonic Lost World, demasiado irregular como para destacar actualmente dentro del género.

Tras Sonic Colors y Sonic Generations que nos dejaron más que satisfechos, esperábamos más de este Lost World, con fallos de diseño de todo tipo, un control impreciso y por momentos confuso, una dificultad mal ajusta, un diseño de niveles en muchas ocasiones poco inspirado, y en definitiva un juego imperfecto y mejorable, que parece hecho un poco precipitadamente, por momentos más frustrante que divertido. Si eres muy fan del personaje y de los juegos de plataformas, seguramente hagas la vista gorda y lo disfrutes, pero le seguimos pidiendo más al Sonic Team, que puede y lo ha demostrado, hacerlo mucho mejor. Hay mejores plataformas en Wii U –Rayman Legends, New Super Mario Bros. U-, y los que están por llegar tendrán fácil superarlo -Super Mario 3D World, Donkey Kong Country: Tropical Freeze-, pero si aun así tienes ganas de Sonic, Lost World puede ser una buena alternativa, siempre y cuando aceptes y toleres sus carencias.