Análisis de You, Me and the Cubes WiiW (Wii)
El género puzle, por lo general, se sirve de un concepto jugable bastante abstracto de por sí, aunque en ocasiones la abstracción del mismo venga adornada por algún tipo de historia o de hilo conductor. Pero en otras ocasiones, la historia no es más que una mera excusa para un desarrollo sencillo y directo, historia que, por otro lado, en muchos otros casos directamente se elimina del desarrollo del título. De hecho, para jugar a un puzle no cabe más excusa que disfrutar del reto en sí mismo. Las últimas incorporaciones del género puzle en el catálogo de la plataforma virtual Wiiware, en su mayor parte, son de esta última categoría: puzles sencillos que no necesitan de más presentación que una pequeña introducción a las reglas del juego, motor de toda la experiencia jugable. Entre estos títulos encontramos, por ejemplo, los de la factoría Art Style, los cuales, por otro lado, pretenden satisfacer estéticamente al jugador a la par que le ofrecen un entretenimiento sin pretensiones.
Muy parecido a los juegos de esta peculiar saga es el título que hoy nos ocupa: You, Me and the Cubes. Curiosamente, el título del juego viene dado debido a que, inicialmente, se concibió como un juego multijugador para dos jugadores, para el cual posteriormente se creó una modalidad individual de juego. Es por ello, sin duda alguna, que el modo multijugador del título es la opción más divertida del juego, aunque en caso de que no podamos disfrutar de ella siempre podremos jugar al modo individual, muy notable de por sí.
Diseño minimalista
Lo primero que nos llama la atención en este peculiar juego de puzles es su diseño, frío y minimalista, muy cercano, como decíamos, a los títulos de la factoría Art Style. Nos encontraremos con un cubo traslúcido rodeado por la oscuridad del vacío, y ese será nuestro único escenario en cada uno de los treinta y seis niveles que alberga el juego (más otros tantos desbloqueables, una vez completemos los anteriores). En él, deberemos de ir situando una serie de personajillos llamados sonitas, los cuales crearemos agitando verticalmente el mando remoto de nuestra consola, momento en el cual escucharemos una tonadilla característica a través del altavoz del wiimote y sentiremos una leve vibración en el mismo.
Una vez hayamos creado los correspondientes sonitas (que, por cierto, crearemos de dos en dos en el modo individual de juego), deberemos de situar con el puntero de nuestro mando dónde queremos situar a cada uno de los individuos en la cara horizontal visible del cubo. Al situar los dos puntos de caída, deberemos de agitar de nuevo el mando, esta vez horizontalmente, para dejar caer a ambos sonitas a la vez.
Depende de dónde dejemos caer a la pareja, el equilibrio del cubo se verá alterado de una forma u otra. Si calculamos bien los lugares de caída, el equilibrio del cubo se verá compensado por cada uno de los sonitas que tengamos en su superficie. Pero en el momento en el que situemos a una pareja de sonitas lejos del centro de gravedad del cubo, comenzarán los problemas, ya que estos personajes son considerablemente más pesados de lo que parecen, y harán girar al cubo según vayan distribuyendo el peso por su superficie. Claro, el problema radica en que nuestro objetivo es que los sonitas se mantengan encima del cubo. Si pierden el equilibrio, primero caerán al suelo, luego se deslizarán hasta el borde correspondiente a la inclinación del cubo y, finalmente, caerán al vacío entre gritos de agonía (literalmente).
Deberemos de poner un número determinado de sonitas en la superficie de la figura correspondiente a cada nivel en un tiempo determinado. A medida que avancemos en el juego, el número de sonitas será mayor por cada nivel y el tiempo mucho menor, por lo que la dificultad del juego se hará cada vez más evidente. Cada uno de los niveles del juego viene dividido en seis partes, cada una de ellas representadas por una figura creada a base de la superposición de unos cubos sobre otros. Esto es: si al principio comenzamos con un único cubo, en cuanto lo superemos girará sobre sí mismo y se le añadirá un cubo más a una de sus caras. Los sonitas que en ese momento no estén en perfecto equilibrio sobre la cara correspondiente del cubo que hayamos completado caerán irremediablemente al vacío...
Las reglas del juego, por otro lado, nos exigen que, al menos, haya un sonita en cada uno de los cubos que componen la figura de cada nivel. Esto, a medida que se superponen unos cubos sobre otros, complica sustancialmente las cosas, porque el centro de gravedad es más difícil de localizar, y será mucho más fácil que perdamos el control sobre el equilibrio de la figura. Una vez completemos todas las figuras de un nivel, se hará un recuento de los sonitas que hayamos utilizado para completarlo, así como de los que hemos perdido en el intento. Sin duda, es un juego de reglas sencillas, pero que nos costará horrores dominar a la perfección, debido a la dificultad que representa dominar el equilibrio de las diferentes figuras de cada nivel.
Solidaridad y ¿humanidad?
El hecho de que nuestros sonitas deambulen por la superficie del cubo, una vez lleven un rato situados en ella, no facilita para nada la experiencia de juego. Pero, por otro lado, la sencilla inteligencia artificial con la que se ha dotado a estos desolados personajillos hará que, en caso de que uno de ellos caiga y esté a las puertas de la muerte, colgando de alguno de los vértices de un cubo, o deslizándose lentamente hacia el abismo, los sonitas más cercanos se agacharán y le prestarán ayuda, incorporándole y ayudándole a recuperar el equilibrio. Esta ayuda a nivel jugable es de agradecer, aparte de motivar al jugador a conservar el mayor número de sonitas desamparados posible, ya que, ciertamente, causan un poquito de lástima.
Por otro lado, en ocasiones al agitar nuestro mando remoto escucharemos otra tonadilla diferente a la acostumbrada, y no sentiremos ninguna vibración, momento en el cual habremos creado uno de los denominados sonitas pálidos. Éstos son unos personajes traviesos e irreverentes que nos harán la vida imposible, haciendo que el resto de sonitas caigan de sus respectivos cubos, cosa que, por otro lado, nos restará cinco segundos de nuestro cronómetro por cada sonita caído. No obstante, podremos librarnos de un sonita pálido una vez haya cometido una fechoría, ya que, en ese momento, éste comenzará a brillar, momento en el cual podemos apuntarle con nuestro mando y lanzarle un sonita encima, con lo que será eliminado.
Diferentes caras del mismo cubo
Algunos de los cubos que aparecerán en el juego contarán con caras que, aparte de albergar a los sonitas, modificarán su comportamiento o la experiencia de juego, facilitándonos o, por el contrario, dificultándonos la misma. Contaremos con caras que congelarán la figura al completo, estabilizando inmediatamente el equilibrio de la misma; otras que limitarán el número de sonitas que podemos albergar en su interior; otras que harán que los sonitos no puedan mantenerse estables ni por un momento, haciendo que éstos salten contínuamente sobre su superficie...
Todas ellas irán dando variedad a las opciones de un juego cuyo concepto, a priori, puede parecer bastante banal y repetitivo. Nada más lejos de la realidad. Por otra parte, en caso de que situemos a la pareja de sonitas en un equilibrio perfecto dentro de la figura, se nos concederá una puntuación de bonificación, y los sonitas serán extremadamente estables sobre la superficie del mismo. En caso de que consigamos estabilizar perfectamente a un grupo mayor de sonitas, la bonificación y la estabilidad de todos ellos será también mayor.
Mejor en compañía
El modo multijugador de You, Me and the Cubes es, sin duda, su principal atractivo. En caso de jugar con un compañero de andanzas, cada uno de los jugadores deberá lanzar un sonita por separado sobre la superficie del cubo, por lo que el concepto jugable cambia radicalmente. Por otro lado, si conseguimos coordinar nuestros movimientos, conseguiremos el llamado sincrolanzamiento, gracias al cual las sonitas que hayamos lanzado sobre el cubo se mantendrán durante un buen rato totalmente estables, y no caerán por mucho que se desequilibre el cubo. Lo importante en este caso es sincronizarse perfectamente con el compañero de juego, cooperando lo máximo posible para superar cada uno de los niveles de esta modalidad.
Por último, cabe mentar la aparición de las sonitas sombrías, personajes malignos que en este modo de juego sustituirán a las sonitas pálidas. Las sonitas sombrías no son traviesas como aquéllas, pero pesan muchísimo debido a su gran tamaño, y no dejan de moverse por toda la superficie de la figura, desequilibrando a todas las sonitas que ésta contiene. Por ello, deberemos de eliminarlas, aunque en este caso ambos jugadores deberán de cooperar para ello. Deberán, de esta manera, cercar cada uno de los jugadores a la sonita sombría con su puntero, y luego lanzar sincronizadamente dos sonitas sobre ella, para así eliminarla y hacerla desaparecer del terreno de juego.
Conclusiones
You, Me and the Cubes ofrece, como todo buen juego de puzles, una experiencia adicalmente sencilla y atractiva en sí misma, sin más complicaciones que las que demanda el propio puzle. Eso sí, en este caso el juego viene aderezado con un modo multijugador muy interesante y adictivo, en el que la colaboración con nuestro compañero de juegos prima sobre la competitividad en caso de que queramos llegar a buen puerto en cada uno de los niveles del juego. Con un diseño austero y muy conceptual, sin duda el título se nos presenta como una buena opción para un público de cierta edad, sobre todo aficionado al género de la habilidad y el puzle, que busca entretenimiento sin complicaciones, del cual poder disfrutar, en caso de que se preste la ocasión, en compañía.