Análisis de Madworld (Wii)

Cuando el estudio desarrollador de Okami, antes conocido como Clover y ahora renombrado como Platinum Games anunció que estaba trabajando en un juego para Wii, se hicieron todo tipo de apuestas. Lo que poca gente se esperaba es que el título que estaban preparando fuese algo como Madworld. Y es que ha sido un juego que no ha dejado a nadie indiferente por su estética y sus grandes dosis de violencia explícita. No hay duda de que sus autores han sido capaces de atraer la atención hacia su juego, que tiene unas señas de identidad propias que lo hacen destacar frente a cualquier otro título. Pero, ¿es esto suficiente para que el juego valga la pena? Vamos a tratar de contestar a esa pregunta.

El poder de la televisión

La historia del juego deja claro desde el primero momento por donde van los tiros del juego: en un futuro cercano, un grupo consigue aislar Varrigan City, cortando los puentes que lo comunicaban con el resto del mundo. A pesar de los intentos de la policía e incluso el ejército, el barrio se queda bajo el control de sus nuevos dueños, convirtiéndose en una ciudad sin ley. Como hay gente que sabe sacar provecho, una asociación llamada Death Watch organiza un concurso de televisión muy especial. Este programa sigue atentamente todo lo que pasa en la ciudad, gracias a cientos de cámaras de televisión que graban todas las peleas que se produzcan.

Y es que el objetivo del concurso es ascender en el ranking del programa, para lo que hay que dedicarse a matar a otros concursantes que estén por encima de nosotros. Aquí es cuando aparece nuestro protagonista, Jack, quien al poco de llegar y gracias a sus aptitudes, consigue un patrocinador que le apoye. A partir de ahí, su objetivo será subir en el ranking, aunque poco a poco iremos descubriendo que esconde más de lo que parece en un principio.

Como vemos, el argumento del juego nos deja claro que no se va a cortar con la violencia, y es que la premisa básica será matar a todo lo que se mueva. Para ello, nuestro amigo Jack podrá valerse tanto de sus puños y patadas, como de la motosierra que lleva en el brazo. El control, que usará los movimientos tanto del mando de control como del nunchuck, se nos enseñará con un sencillo tutorial que enseguida nos permitirá meternos en la acción.

Para dar puñetazos, podremos pulsar el botón A para dar un puñetazo simple o agitar el mando de control, algo que provocará que demos un golpe horizontal o un gancho (dependiendo de cómo agitemos el mando). Para usar la motosierra deberemos mantener pulsado el botón B mientras que agitamos el mando de control (de nuevo, el juego distinguirá entre dos tipos movimientos). Además de estos dos ataques, según consigamos puntos podremos desbloquear ciertas armas que aparecerán en el escenario y que serán bastante eficaces, aunque se romperán tras un rato de uso.

Cuando tengamos a un enemigo a punto de morir por nuestros golpes, nos aparecerá en pantalla un signo de "Acaba con él", que nos indicará el momento oportuno para realizar un ataque mortal que acabe con nuestro enemigos. Para realizar estos movimientos especiales, bastará con dejar pulsado el botón A o B y veremos como Jack lanza un ataque brutal contra su enemigo, acabando con él de una forma bastante sangrienta. Aunque el comienzo del ataque será automático, una vez veamos el movimiento en sí, deberemos hacer con el mando de control y el nunchuck los movimientos que nos indique el juego, que generalmente consisten en agitar los mandos de una forma determinada.

Algo que nos ha gustado es la gran variedad de estos ataques ejecutorios, y es no sólo dependerá de que arma estemos usando (los puños, la motosierra u otro arma que podamos haber cogido), sino que con cada una de ellas tendremos una buena cantidad de movimientos, lo que hará que nos sorprendamos continuamente. En general el control del juego funciona bastante bien, aunque lo cierto es que en ocasiones nos encontraremos con que Jack tiene algún problema para encarar a los enemigos y conseguir golpearles.

Cualquier cosa puede ser un arma

Pero las armas no serán los únicos objetos que podremos usar, y es aquí donde llega uno de los aspectos más interesantes del juego. Y es que esparcidos por los niveles, nos encontraremos con una serie de objetos habituales (como una señal de tráfico, un neumático o hasta un jarrón) que podremos usar con fines asesinos. Para coger este objeto, mantendremos pulsado el botón A (en cuanto lo soltemos, lo dejaremos caer, algo que no nos ha terminado de gustar) y con él en nuestro poder, podremos agitar el mando para lanzarlo o acercarnos a un enemigo y seguir las indicaciones del juego para usarlo con él. Por ejemplo, si tenemos un neumático, podremos inmovilizar a un enemigo con él, o tendremos la posibilidad de clavarle una señal de tráfico, consiguiendo esto agitando el mando cuando nos salga en pantalla la señal para hacerlo. Esto nos lleva a otra de las peculiaridades del juego, el encadenamiento de muertes, de la que hablaremos más adelante.

No sólo nos encontraremos con objetos que podamos usar como armas, sino que también tendremos globos que nos darán una vida, píldoras que aumentarán nuestra energía y objetos destinados a distraer a nuestros adversarios. Uno de estos es el maletín de dinero, que se abrirá cuando lo lancemos, haciendo que ocurra una lluvia de dinero y que todos los enemigos de los alrededores acudan a tratar de coger los billetes, momento en el cual podremos aprovechar para acabar con ellos sin problemas. Sin duda el juego presenta bastante variedad en este sentido, por lo que tendremos mucha libertad a la hora de enfrentarnos a nuestros enemigos.

Cuando entremos en el juego, tras una escena que nos pondrá en situación, podremos acceder a los barrios de la ciudad y una vez seleccionado, a los niveles de ese barrio (en principio sólo tendremos acceso a un barrio y un nivel, pero poco a poco el número de ambos irá creciendo). El objetivo de esos niveles será enfrentarnos a un enemigo especial que nos permitirá escalar posiciones en el ranking. Para ello, deberemos ir consiguiendo puntos, pues para enfrentarnos al jefe deberemos alcanzar una cifra determinada. Pero nuestros puntos no sólo nos abrirán el acceso a esta batalla, sino que nos permitirán acceder a armas o a desafíos especiales.

Estos desafíos vendrán presentados por el peculiar barón negro, un tipo que nos hará una demostración en persona de lo que debemos hacer. Estos desafíos, que serán propios de cada nivel, no repitiéndose de un nivel a otro , serán de todo tipo, aunque todos tendrán como denominador común que serán cortos (unos pocos minutos de duración) y que serán bastante bestias. Como ejemplo, tendremos el desafío en el que deberemos batear a nuestros enemigos para hacerles llegar hasta una diana gigante o lanzarles contra un tren en marcha. La verdad es que estos desafíos son bastante divertidos y ofrecen una variedad que se agradece, además de ayudarnos a conseguir puntos de una forma rápida si somos habilidosos.

Deja volar tu imaginación

Como vemos, el juego se basa en conseguir puntos para ir avanzando por los niveles (además de para mejorar nuestras puntuaciones si queremos repetir las fases que ya hemos superado), algo para lo que será fundamental el concepto que mencionábamos antes, el encadenamiento de las muertes. Y es que con cada muerte que logremos, conseguiremos puntos, pero no bastará con esto. Por ejemplo, podremos clavar una señal de tráfico en la cabeza de un enemigo o lanzarle contra un panel eléctrico, pero será mucho más efectivo si le bloqueamos con un neumático, le clavamos una farola y le lanzamos contra una pared con pinchos, multiplicando de esta forma la puntuación obtenida.

En este sentido, el juego es bastante divertido, ofreciéndonos una gran cantidad de objetos y de elementos del escenario con los que podremos interactuar para lograr las muertes más elaboradas. El problema es que aunque la idea es buena, quizás al cabo de unas cuantas horas de juego acaba resultando algo repetitivo, y terminaremos acabando con nuestros enemigos directamente, sobre todo porque gracias al elevado número de ellos que tendremos, no será un problema alcanzar la puntuación requerida.

Hemos hablado antes de que al final de cada uno de los niveles tendremos un reto contra un jefe que nos pondrá las cosas difíciles. Cada uno de estos jefes tendrá un estilo muy bueno, que les dotará de gran personalidad. Lamentablemente, esta se quedará sólo en su aspecto, pues no hay ninguna interacción con ellos más allá de alguna frase genérica que nos digan al comienzo del combate (y que ni siquiera estará subtitulada). En este sentido echamos en falta que se les haya dotado de una mayor personalidad, similar a lo visto en títulos como No More Heroes, algo que le hubiera sentado genial al juego.

Además de los niveles normales en los que deberemos ir consiguiendo puntos para abrir la batalla contra el jefe, nos encontraremos con otro reto en forma de fase de conducción. Esta fase no está del todo bien llevada a cabo, ya que nos limitaremos a avanzar agitando el mando de control o el nunchuck cuando se pongan a tiro nuestros enemigos motorizados. Aún así aporta cierta variedad, lo que unido a los desafíos de los que hablábamos antes, trata de hacer que escape de la repetición, aunque lo cierto es que el resultado final no consigue dejar de ser algo monótono. Es cierto que tendremos una gran cantidad de elementos con los que matar y hacer nuestros combos, pero lo cierto es que pasado un rato, nos daremos cuenta de que se todos se dividen en tres grandes grupos, por lo que acabaremos haciendo todo el rato lo mismo.

La duración del juego no es excesiva, unas seis horas si jugamos en nivel normal, pero lo cierto es que el juego presenta interesantes incentivos para continuar jugando. El primero es el hecho de que tras superar las fases, aparecerán nuevos desafíos a los que podremos enfrentarnos y conseguiremos nuevas armas. Por otra parte, si nos aventuramos al siguiente modo de dificultad, nos encontraremos con un cambio radical, y es que mientras en otros títulos estos cambios de dificultad apenas se notan, enfrentarnos tan sólo a la primera fase de Madworld en nivel difícil será un reto que no todo el mundo será capaz de superar.

Por otra parte, el juego presenta un modo multijugador a pantalla partida que nos permite enfrentarnos en compañía de un amigo a los desafíos del Barón Rojo. Así, este modo se convierte en una competición entre ambos jugadores por ver quien consigue más puntos. Estos minijuegos no están mal, aunque se echa de menos un modo cooperativo en el modo historia, o alguna otra opción multijugador más.

Estilo cómic

El apartado visual del juego no dejará a nadie indiferente. Sus desarrolladores se han arriesgado con el uso de una paleta de colores bastante escasa, únicamente el blanco, negro, amarillo y rojo, al más puro estilo comic. Creemos que este aspecto le sienta genial, y ayuda al hecho de poder asimilar mejor las grandes dosis de violencia que contiene el título. De cualquier forma, a pesar de haber usado tan sólo cuatro colores predominantes, su uso ha sido estupendo, consiguiendo la sensación de profundidad e incluso la diferenciación de distintos materiales.

El único pero es la escasa resolución, lo que hace que muchas texturas se vean borrosas, lo que acaba afeando el resultado final. Los escenarios serán bastante variados, presentando ambientaciones comunes los niveles comunes a un mismo barrio. Además, una vez dentro de un nivel, no tendremos tiempos de carga, aunque si nos hemos encontrado con algún tirón puntual, aunque no tiene mayor importancia.

Los personajes, por otra parte, tienen un diseño muy peculiar, que encaja perfectamente con la esencia del juego. Sus animaciones son bastante suaves y variadas, especialmente en el caso del protagonista, que cuenta con una gran variedad de ataques a realizar. En cuanto a los enemigos, nos encontramos con bastante variedad, aunque los modelos se repiten a menudo, algo comprensible debido a la gran cantidad de enemigos que aparecen en pantalla. Por otra parte, en general, la cámara funciona bien, aunque en ocasiones impedirá que veamos a los enemigos, algo que se soluciona situándola detrás nuestra con el botón Z.

El apartado sonoro también está a la altura del resto del juego, con melodías muy cañeras y efectos de sonido de lo más contundentes. Una decisión que no gustará a todo el mundo es el hecho de que Sega ha doblado parcialmente el juego a nuestro idioma, dejando parte de los diálogos en inglés. En concreto, se han doblado a los narradores del programa que irán haciendo comentarios jocosos acerca de nuestras acciones, mientras que las escenas del resto de los personajes (que oiremos especialmente en las escenas de video) se mantienen en inglés con subtítulos al castellano.

Es cierto que en las escenas, los subtítulos pueden leerse perfectamente, no perdiéndonos nada de lo que ocurre en pantalla, algo que no pasa con los narradores, ya que mientras jugamos, no podríamos leer sus continuos comentarios, por lo que en este sentido sí era prioritario este doblaje. Aún así, consideramos que se debería haber hecho un esfuerzo mayor y haber doblado todo el juego, sobre todo porque tal y como está, produce una sensación extraña.

El doblaje a nuestro idioma es bastante bueno, aunque lamentablemente las frases de los comentaristas se repiten demasiado. Esto es especialmente evidente en los desafíos, momento en el que los narradores usan frases específicas para ese momento, lo que acaba produciendo que en los pocos minutos que dura este reto, llegamos a oír una decena de veces el mismo comentario, lo que acaba siendo irritante. Por otra parte, aunque en las escenas el juego se presenta subtitulado, esto no ocurre en otros momentos del juego, como en los enfrentamientos contra los jefes, que nos hablarán (en inglés) sin que podamos leer en nuestro idioma lo que están diciendo.

Conclusiones

Madworld ha generado mucho ruido antes de su lanzamiento, y después de jugarlo, podemos decir que es merecido, aunque el resultado podría haber sido mejor. El juego ofrece una estética muy especial que es sin duda un gran acierto y que encaja totalmente con la experiencia jugable que Platinum Games ha querido ofrecernos. Lamentablemente, y aunque la fórmula funciona, no puede evitar caer en la monotonía pasadas unas horas, algo que aunque no llegue a alejarnos del juego, si evita que se convierta en el gran título que muchos esperaban. Aún así el juego es tremendamente divertido y las horas que nos mantenga pegados a él serán muy intensas, por lo que nadie al que le guste descargar adrenalina debería perdérselo.