Análisis de Fragile: Farewell Ruins of the Moon (Wii)
Cuando salieron las primeras imágenes y conceptos del juego, mucha gente se interesó por él. Y es que en lo que se vio aparecían escenarios abandonados, ciudades desoladas y un apartado artístico muy llamativo. Incluso los personajes destacaban, tanto el protagonista, que parecía todo un explorador con su mochila y su linterna como una extraña chica de cabellos plateados y escasez de tela. Cuando salió el juego en Japón, muchos pensaron que no llegaríamos a verlo por aquí, ya que las críticas no fueron excesivamente buenas, pero al final, de la mano de Rising Star, finalmente nos ha llegado este juego, que aunque es bastante especial, tiene ciertas carencias que lastran el resultado general. Pero vamos a ver por partes que es lo que nos ofrece Fragile: Farewell Ruins of the Moon.
Solos en el mundo
La historia del juego, ambientada en un mundo desolado y deshabitado, nos mete en la piel de Seto, un joven inexperto que ha vivido gran parte de su vida con un anciano del que ni siquiera conoce su nombre y que un buen día muere. Sólo y sin saber que hacer ni adonde ir, Seto encuentra una carta del anciano que le dice que se dirija a una torre roja para buscar a más humanos, así que el joven emprende su viaje. Pronto se topa con una misteriosa joven de cabellos plateados que entona una canción muy bonita, pero cuando intenta hablar con ella, la joven huye. A partir de ese momento Seto se propone encontrarla, siguiendo todas las pistas que encuentre por el mundo.
La historia del juego, aunque al principio empieza despacio y sin demasiado sentido, poco a poco nos va metiendo en situación y nos va dando detalles de que ha ocurrido en el mundo para que ahora esté deshabitado, aunque estas pistas son bastante sutiles, lo que hace que se vaya desvelando poco a poco. La trama se desarrolla a partir de conversaciones entre Seto y otros personajes con los que se encuentra y con algunos objetos especiales que encontramos con el escenario y que nos traen vivencias de la gente que poseía esos objetos. Como decimos, aunque al principio la historia comienza algo lenta, poco a poco se va poniendo interesante y nos hará avanzar para enterarnos que pasará a continuación.
A la hora de jugar, manejaremos a Seto, que llevará en todo momento una linterna para iluminar el camino y un arma con la otra mano (salvo ciertas armas concretas que se cogen con las dos manos). Con él exploraremos los distintos escenarios buscando objetos y pistas que nos indiquen por donde avanzar, por lo que se podría decir que el juego tiene bastante toque de exploración, aunque en la mayoría de los casos los escenarios son bastante lineales y no dan pie a perderse. De vez en cuando nos encontramos con algo más especial que ir hacia adelante, como buscar mensajes ocultos en las paredes o usar el altavoz del mando de Wii para escuchar un sonido que nos dé pistas de donde se encuentra lo que buscamos, pero la mayor parte del tiempo consistirá en avanzar hacia adelante, encontrándonos alguna que otra bifurcación delante nuestra, y encontrar alguna cosa. Algo que no nos ha gustado es que en un punto del juego debemos volver atrás en los escenarios ya visitados, lo que hace que esa parte se nos haga un poco pesada, aunque afortunadamente pronto pasa y avanzamos a nuevas zonas.
La otra gran parte del juego lo forman los combates, que aunque presentan unas buenas ideas, no están demasiado bien planteados. Sobre el papel parece que todo funciona: Seto maneja armas no muy sofisticadas, como palos o cañerías, que con el tiempo acaban rompiéndose y resultan menos efectivas, aunque se pueden seguir usando. La idea es usar un arma mientras vaya bien y, cuando se rompa, cambiarla por otra. Pero esto en la realidad no funciona, porque aunque al principio las armas nos duran bastante, enseguida su resistencia baja muchísimo, siendo habitual que un arma recién encontrada nos dure tan sólo un combate.
Esto hace que acabemos combatiendo con armas rotas pese a su baja efectividad, aunque es un mal menor que podríamos llegar a pasar por alto si la disminución del daño que hacemos no se viera acompañada de otro problema mayor: con un arma rota no podemos realizar combos. Esto hace que cuando manejemos un arma estropeada los combates se eternicen en cuanto avanzamos un poco en el juego, lo que hace que acaben resultando aburridos, un problema muy grave en este tipo de juegos. Afortunadamente el juego nos permite escapar de casi todos los combates, por lo que podemos centrarnos en luchar sólo cuando de verdad nos apetece o con los enemigos que menos lata nos den.
Y es que los enemigos son otra de las pegas de los combates. Por una parte tenemos que algunos de los enemigos, como los perros, tienen una inteligencia artificial ridícula y por otra, que muchos enemigos están muy descompensados. Y es que es habitual encontrarnos con enemigos que tienen bastante vida y que desaparecen cada vez que los golpeamos, debiendo esperar a que vuelvan a aparecer para golpearles de nuevo, haciendo que se eternicen los combates. Al menos tenemos cierta variedad de enemigos, aunque al principio dé la sensación de que siempre nos enfrentemos a los mismos. Su diseño, por otra parte, está bastante bien, aunque al comienzo del juego nos encontramos con muchos enemigos muy parecidos entre sí, como medusas de distinto color o perros de distinto tipo. Afortunadamente, según avancemos esta variedad aumenta y su diseño mejora.
Caliéntate en el fuego
Antes comentamos que iremos encontrando objetos, algo muy importante en el juego. Cuando cojamos uno de estos objetos, a veces sabremos directamente que es y otras deberemos esperar a llevarlos a una fogata para descubrirlos. Estos objetos, además, tendrán un tamaño y una forma que deberá encajar en nuestro inventario, de espacio limitado. Afortunadamente, en las fogatas que encontraremos por el escenario, podremos intercambiar objetos entre la bolsa que llevamos encima y un maletín con espacio ilimitado, permitiéndonos guardar todo lo que no nos interese llevar encima. En estas fogatas también podremos guardar la partida y comprar y vender cosas al mercader con cabeza de pollo.
Lamentablemente la forma de interactuar con estas opciones es muy lenta, ya que cada vez que entramos en una fogata deberemos ver una secuencia de varios segundos en la que Seto dice un comentario aleatorio y otro cuando salga el mercader. Este último, por cierto, no saldrá siempre, por lo que puede darse el caso de que necesitemos comprar y debamos entrar varias veces en la fogata (con la consiguiente espera) hasta que nos salga. Y por supuesto, otras veces deberemos presenciar su escena sin que deseemos comprar. Hubiera sido mejor una opción de comprar que pudiéramos darle cuando quisiéramos.
A la hora de controlar el juego, manejaremos donde apunta la linterna con el puntero del mando, mientras que moveremos a Seto con el nunchuck. En general el control funciona bien, aunque no está tan pulido como en juegos que se manejan de la misma forma. Especialmente da problemas en espacios pequeños o cuando apuntamos a un enemigo, momentos en los que la cámara puede girar de una forma en la que no queremos (ya que pasará a apuntar a uno de esos objetos) y nos dará algún que otro problema. No es un problema especialmente crítico y acabamos acostumbrándonos, pero creemos que se podría haber pulido más.
El apartado gráfico del juego es interesante, sobre todo por el apartado artístico. Nos encontramos con un mundo abandonado en el que recorremos antiguos centros comerciales, parques de atracciones u hoteles que tienen un aspecto desolador e inquietante. La pega es que estos niveles suelen ser bastante lineales y además abusan de los interiores. Además, su calidad es bastante irregular, y nos encontramos con algunos muy llamativos y otros bastante genéricos y repetitivos. Estos escenarios se dividen en ciertas zonas separadas por fundidos en negro, aunque hemos de decir que la carga es inmediata, por lo que no se corta el ritmo. En general las distintas zonas no son demasiado grandes y se basan bastante en pasillos. Sus texturas, por otra parte, no son demasiado buenas, y aunque en general tienen un pase, de vez en cuando nos encontramos con texturas bastante malas.
El diseño de los personajes, especialmente de aquellos con los que el protagonista interactúa, es bastante bueno, aunque las animaciones podrían mejorarse bastante. Los enemigos como comentábamos antes tienen cierta variedad, aunque su rango de animaciones no es demasiado amplio. Otro punto importante es la iluminación, ya que Seto llevará en todo momento una linterna. El efecto no está mal, aunque hemos visto iluminaciones mejores en otros juegos. A veces nos encontramos con efectos ratos, como zonas que se iluminan o se pagan cuando no deberían (porque se está apuntando o dejando de apuntar a un polígono) o sombras raras, pero tampoco es algo especialmente grave.
El apartado sonoro está bastante bien, con una gran variedad de efectos sonoros. Estos se escuchan tanto por la televisión como por el altavoz del mando (aunque esto no es lo habitual, ya que sólo sonará por el mando en ciertos momentos especiales). En cuanto a las melodías, nos encontramos con una banda sonora de bastante buena calidad y muy adecuada a las circunstancias. En cuanto a las voces, nos encontramos con un muy buen doblaje en inglés, con voces e interpretaciones muy adecuadas y además, el juego nos da la posibilidad de poner las voces en japonés. En cuanto a los textos, el juego nos llega en inglés, ya que aunque se ha contactado con aficionados para traduzcan el juego, esta traducción no está incluida en el juego, sino que se elaborará una guía de traducción que se podrá descargar cuando esté lista. De cualquier modo, el idioma no es una barrera demasiado grande y podremos avanzar sin problemas por el juego.
Un juego especial, pero con carencias
Desde un principio Fragile nos llamó mucho la atención, pues tenía algo que lo hacía especial. Lamentablemente, aunque sigue pareciéndonos bastante especial, tiene importantes problemas que hacen que se aleje bastante de lo que podría haber sido. Y es que el juego llega a resultar aburrido en ocasiones, y aunque nos invitara a jugar por una historia que cada vez será más interesante, no es suficiente. Culpa de esto lo tiene su sistema de combate y un sistema de juego que nos hace ir de un lado para otro, pero aún así nos encontramos con momentos muy interesantes que pueden valer la pena darle una oportunidad y una duración más que aceptable. Es una lástima que no se haya pulido un poco más el juego, pero aún así, quien sepa perdonarle sus defectos se encontrará con un juego con mucho encanto.