Análisis de Excite Truck (Wii)
Cuando un puñado de coches todoterreno asomó por los aires la primera vez que vimos Excite Truck la cara de escepticismo tomó posesión en algunas personas y otras rememoraban, inducidas más por el nombre que otra cosa, al clásico Excitebike y su rescate en Nintendo 64. Sin embargo, bastaba jugar un instante para entender que en realidad estábamos ante un juego que recuperaba muchísimo más el espíritu de un quizás no demasiado conocido Motocross Maniacs (Konami, 1990.)
Y es que el juego de Wii que nos ocupa es una apuesta por la velocidad y las acrobacias sobre cuatro ruedas con saltos enormes, turbos que nos lanzan por los aires, y un suelo que va deformándose al paso para crear pendientes increíbles. La premisa es, desde luego, alocada y muy alejada de la tendencia hacia la simulación que muchos títulos están mostrando últimamente en el género de la velocidad, dejando el espíritu arcade más bien relegado a las naves espaciales y los karts. Por suerte, los pocos juegos con coches de espíritu arcade que van llegando son de una calidad destacable (estamos pensando, cómo no, en la saga Burnout), así que habrá que ver qué es lo que nos ofrece este nuevo juego de Nintendo desarrollado por Monster Games.
Quizás lo primero que hay que tener claro es que, pese a que el título comparte parte del nombre con los citados juegos de la serie Excitebike, este título no ha pretendido nunca retomar los preceptos definitorios de esa saga (esto es, editor de circuitos, motos de montaña, etc.), y quien esté buscando esas características debe tener claro que no va a encontrárselo aquí. Empezando por los coches en vez de las motos, y porque aunque esos títulos eran arcades, no tenían una vocación tan exagerada como éste.
Excite Truck fue uno de los primeros juegos que pudimos usar para probar cómo funcionaba el mando remoto de Wii en los títulos que usan la inclinación del mando. Y es que en este juego el mando se coge en horizontal, con las dos manos, de manera que la disposición es virtualmente idéntica a la del mando de la clásica NES. Pero sería un error pensar que usaremos la cruceta digital, tan a mano, para girar, pues esa función dependerá de cuánto inclinemos el mando de la consola mientras pulsamos el botón 2 para acelerar y el 1, si fuere necesario, para frenar. La cruceta tendrá, eso sí, una función esencial: activar el turbo. Podremos añadir una aceleración extra en todo momento, siempre vigilando que el motor no se sobrecaliente, y su buen uso en los circuitos (para aprovechar el terreno, lanzarnos por los aires, golpear a los otros coches, y hacer piruetas en el aire) nos dará la victoria.
Todo el sistema de control ha mejorado notablemente desde la primera vez que tuvimos la oportunidad de disfrutar del juego. Costaba, por la sensibilidad excesiva del mando, mantenerse en la trazada del circuito, requiriendo cierta práctica para empezar a dominar con soltura el juego, como os contamos en su momento. Todo eso ha quedado atrás, y la primera sensación con el juego, la toma de contacto, es mucho más agradable y accesible. Parece que la dificultad ha sido redefinida, el control perfeccionado, y todo, en general, da una experiencia mucho mejor.
Las carreras se desarrollan en escenarios abiertos alejados de los circuitos asfaltados, entre montañas, zonas rocosas desérticas, playas y zonas heladas inspiradas en ambientes como Canadá, México o Finlandia. La gran salsa de los escenarios estará en su modificación en tiempo real. Hay desperdigados por el escenario objetos potenciadores, siendo la mayoría de ellos unos signos de exclamación que alterarán la orografía de la zona, deformándola, para componer enormes saltos y, en ocasiones, crear rampas desde las que salir proyectados para cruzar unos círculos en el aire. Todo esto tiene función principal hacer que sea todo un poco más alocado y, sobre todo, darnos más velocidad. Si volamos a gran altura y aterrizamos correctamente seremos recompensados en forma de puntuación de estrellas y un impulso de velocidad adicional; si conseguimos que al modificarse el entorno los otros coches salgan por los aires sin control seremos recompensados; si hacemos piruetas en el aire (como giros sobre nuestro eje) seremos recompensados. Además, esos símbolos podrán no sólo crear altibajos para que salgamos disparados, sino también provocar incendios, tornados, terremotos, y demás, para abrir caminos nuevos, comúnmente atajos.
Habrá también unos símbolos de POW que nos otorgarán velocidad máxima y una relativa invulnerabilidad, que nos permitirá llevarnos por delante coches, árboles y lo que se tercie: sólo los obstáculos más sólidos, como un castillo, un roca particularmente dura o un barco carguero nos detendrán. Al ir a toda velocidad podremos derrapar (siendo recompensados), conducir peligrosamente entre árboles (siendo recompensados), y saltar mucho más lejos y a mucha más altura (siendo recompensados.) Si te parece que el juego te recompensa por todo, estás en lo cierto. Lo difícil es conseguir que te recompense bien. La puntuación por cada una de las actuaciones descritas va de una a cinco estrellas y, por ejemplo, dar un giro de 360º en el aire nos dará una estrella; 720º tres; hasta las cinco.
El juego va a puntuarnos los vuelos (la longitud de los saltos), los derrapes, las arboledas (pasar cerca de árboles sin chocar), los giros, los lanzamientos (lanzar a los rivales por los aires al cambiar el terreno), los saltos con turbo seguidos (enlazar varios de ellos en un combo), las embestidas (llevarnos por delante a los otros vehículos), los choques (los accidentes más espectaculares que suframos), los anillos (atravesar los anillos que aparecen en el aire.) Además, según la posición en la que crucemos la meta recibiremos un extra de estrellas. Todas estas estrellas se irán sumando y determinarán nuestro rango, lo que implicará ir desbloqueando más copas, niveles de dificultad, etc. Si todas estas cosas te parecen complicadas, bastará con pasarse antes por el práctico tutorial (la Autoescuela) que incluye el juego, donde se nos explica de manera sencilla cómo realizar todas esas maniobras.
Para realizar todas las maniobras descritas será fundamental usar el turbo, que es algo totalmente imprescindible en el diseño de la jugabilidad. Si no usamos el turbo para golpear a los otros coches, serán ellos los que nos arrollen, no podremos dar enormes saltos, ni largos derrapes... ni nada. Como hemos dicho, será esencial vigilar la temperatura del motor, mostrada en la esquina inferior derecha de la pantalla, para evitar que eche humo y se quede sin fuelle durante unos instantes. De esta manera, será necesario saber distribuir la potencia añadida del turbo para golpear a los otros coches (seis por carrera), o aprovechar la velocidad extra para dar un salto lo suficientemente largo y alto como para dar giros o pasar por anillos, teniendo en cuenta que tenemos que aterrizar con gracejo para conseguir un pequeño impulso extra. Habrá que tener en cuenta, además, que el motor se refrigera a gran velocidad mientras estamos volando o si corremos sobre zonas mojadas, por lo que algunos caminos de los circuitos pueden darnos ventajas además de servir para mantener durante más tiempo el turbo o recuperarnos tras una sección particularmente exigente. Dominar todas estas habilidades será indispensable por completo para obtener buenas puntuaciones y más velocidad para poder ganar carreras, obtener buenos resultados y desbloquear más y más circuitos, vehículos y niveles de dificultad. Puedes saber cómo conseguirlo en la sección de trucos.
La curva de dificultad del juego nos ha parecido especialmente acertada, debido a su división en niveles de dificultad que iremos desbloqueando de manera progresiva mientras desbloqueamos las diferentes copas de cada dificultad, reservando, claro, algunas de las mejoras sorpresas en forma de circuitos para el final. Los primeros cinco circuitos, sin ir más lejos, van a ser muy accesibles, haciendo fácil acceder a más coches y a la siguiente copa, pero luego será un poco más difícil obtener la máxima puntuación, tanto por el diseño de los trazados como por la mayor competitividad de los coches rivales. No es muy difícil, en realidad, sacar todos los circuitos, pero desde luego costará más que una tarde, y obtener buenas puntuaciones va a ser un reto.
Esto está bien sobre todo porque el multijugador es un poco limitado. Sólo dos personas a pantalla partida podrán batirse el cobre en los diferentes circuitos, y muy poco más. Resulta falto de opciones, y de jugadores, siendo más que palpable el hecho de que se hubiese visto favorecido por opciones de multijugador en red o, simplemente, permitiendo más jugadores o más modos de juego. O las tres cosas.
Por suerte, la experiencia para un jugador se verá completada con el modo Reto, que incluye pruebas de eslalon, anillos o choques, diferentes niveles de dificultad, y la clara incitación de hacernos de superar nuestros récords. En este sentido, Excite Truck maneja unas buenas estadísticas, registrando nuestros puntos, tiempos, acrobacias (es decir, mayor salto, derrape, etc.), y nos va premiando con trofeos según vayamos realizando objetivos, como una cantidad determinadas de arboledas o superpuntuaciones.
La sensación de velocidad que va creando el juego es muy destacable, sobre todo gracias al uso de diversos efectos visuales de deformación, como el popular blur además del dinamismo de los escenarios que van cambiando. Debemos señalar que la distancia de dibujado es muy amplia, y en algunos casos, tras dar algún salto especialmente espectacular, podemos ver más de la mitad de los enormes trazados que componen la mayoría de las carreras. Nos encontraremos, eso sí, con algunas caídas en la tasa de imágenes por segundo (normalmente se mueve a 30 por segundo) en determinadas ocasiones, como al coincidir muchos coches en pantalla, con efectos de partículas, deformaciones del terreno y demás efectos. No es algo que suceda excesivamente, pero denota que el trabajo de optimización no ha sido tan completo como se hubiese podido esperar, posiblemente debido a que ha sido juego de lanzamiento en otros mercados y no había mucho tiempo para más cosas.
Con todo, el acabado es espectacular y sólido, aunque desde luego sigue sin mostrarse demasiado alejado de lo que podía ofrecernos la veterana GameCube. Ofrece un aspecto cuidado, sí, y desde luego a la velocidad que se mueve no hay espacio para barroquismos en los entornos. Es más que posible que unos aspectos se hayan sacrificado por otros, pero creemos que Wii puede ofrecer más. Pese a todo, es un juego más que destacable dentro del catálogo actual de la consola en este sentido. Ofrece, claro está, todas las opciones deseables dentro de Wii: 60Hz y posibilidad de jugarlo a 480p. Falla en la presentación, con unos menús un poco toscos, que también dan una sensación de poco refinamiento en el producto final, pero desde luego no es nada que sea grave.
La música, por el contrario, es altamente insatisfactoria, con temas muy machacones. Son de estilo rock, muy apropiadas para el estilo de juego que presenta Excite Truck, pero estamos seguros de que muchos usuarios optarán por introducir sus propias canciones en formato MP3 en la tarjeta SD de su consola y aprovechar la opción de usar esa música en el juego. Al fin y al cabo, grupos como Audioslave, Black Label Society o Motorhead ofrecerán a los jugadores canciones no demasiado alejadas del estilo musical propuesto por sus creadores, con la diferencia de que serán temas de calidad. Los efectos de sonido, por su parte, sí se muestran consistentes y acordes con el juego.
Con su estilo puramente arcade y, sobre todo, alocado, forzando al jugador a realizar las maniobras más imposibles, como los saltos de cientos de metros de altura, o golpear a los rivales mientras forzamos el turbo, Excite Truck ofrece una experiencia de juego sencilla y atractiva que se ve favorecida por un sistema de control que, sin ofrecer nada especial, sí sabe aprovechar las virtudes que presenta el mando remoto de Wii para ofrecer un control analógico muy fiable sobre la dirección de nuestros coches. Tiene ciertas carencias, como su limitado multijugador, pero se presenta como un juego de velocidad fantasioso, con una física imposible por completo, que a buen seguro logrará su objetivo de divertir sin complicaciones a quien se acerque a él y, sobre todo, algo que en ocasiones puede ser tan difícil como tentar al jugador para que se eche una partida más. Y luego otra.